La verdad o mi verdad
Adecuarme a la realidad eso es la verdad, pero si la realidad es una construcción socio cultural ¿De qué verdad hablamos? Para el espíritu hay una verdad pero para el anti espíritu hay muchas “verdades” es decir no hay verdad solo hay construcciones, luchas de interpretación, luchas de poder. El algoritmo lleva estas luchas al delirio en las redes y la posibilidad de diferenciar entre noticias verdaderas y falsas no existe. Y es que las bases de la verdad del espíritu están minadas, la fe en la promesa divina se convirtió en la fe en el mercado y se degrado, la posibilidad de establecer el ser conceptualmente no existe más aun el empirismo carece de cualquier fundamento, y se diseña mediado por el paradigma vigente https://elvuelodelalechuza.com/.../anarquismo.../... , la subjetivación de la verdad no tiene fundamento universal porque el sujeto es una construcción histórica occidental, la objetivación es un cortar el flujo de lo real para establecer una realidad.
¿Y entonces la posibilidad de la verdad está cancelada para siempre?
No lo creo, si miramos desde el otro ángulo en toda subjetivación a hay una verdad e igual en toda objetivación, es decir que el solo hecho que estas ser realicen está revelando algo, claro que difícilmente será lo que ellos exponen, sino más bien aquello que intentan negar, por lo mismo el anti espíritu, con toda su voluntad de poder y libido es un gran mar de verdad. En el anti espíritu encontramos al espíritu.
Pero qué problema porque apenas yo lo nombre será negado y a penas lo niegue será afirmado y el ciclo puede ser infinito.
La primera solución creo un campo ontológico discursivo entendiendo que mi verdadera victoria no es al ganarle al enemigo, sino al lograr que el enemigo hable con mis ideas, con mis términos, al codificar el campo ontológico mi enemigo queda atrapado en mi sistema, esto es lo que hecho toda la metafísica, al darnos los términos quedamos atrapados en su sistema, cada vez que intentemos negarlo.
El campo ontológico es decir el no ser establece las posibilidades de negación y siempre terminara en una afirmación del ser que el campo ontológico ha establecido.
La solución a esto sería crear otro sistema discursivo, lo cual nos dejaría con sistemas discursivos inconmensurables, pero y si realizo un sistema más grande, que integre a los otros sistemas en un devenir donde son superados por un tercer sistema, habré logrado la dialéctica, podre luego hacer un cuarto sistema supere a los otros tres y así sucesivamente. ¿Pero de verdad el sistema que integre a los otros los habrá superado? ¿Y si voy a la inversa y me doy cuenta que en vez de superar al anterior sistema lo que han hecho es degradarlo y perder la verdad del primer sistema? ¿Cómo recuperar la verdad del primer sistema?
Siguiendo el camino de la negaciones y llegar al principio. Pero el principio es una codificación del campo ontológico, tendría que ir a ese campo ontológico con toda su entropía y entonces deconstruiria todo el sistema, dejándolo sin ningún código.
El paso siguiente seria armar nuevos códigos, dándonos cuenta que todos los códigos son posibles, todas las culturas son posibles ¿Se ha perdido la posibilidad de verdad?
No la verdad siempre ha estado ahí, el reto seria integrar todos esos códigos, alterando y contra alterando ¿Habrá una posibilidad de comunión? Si sabemos que cada código es un juego, no se trataría de hacer un código nuevo que integre a todos, sino de integrarnos más allá de todo código y entonces la verdad no podría ser discursiva sino que está en la develación del ser y el ser se devela en esta comunión.
Pero la caída en el código sería inevitable, así sepamos que el ser y el no ser no son codificables, nosotros siempre los codificaríamos y siempre alguien diría que su código es más cercano a la verdad y es esta búsqueda de la verdad la que permite superar los códigos.
Y de hecho la verdad está en todos los códigos posibles, pero hay códigos que en su simplicidad develan el ser y otros que en su complejidad develan el devenir de este ser como hay deconstrucciones del código que permiten develar el no ser pero no todas las deconstrucciones del código ni todos los códigos valen, aunque si logran una organización o abren posibilidades des organizadoras valen y entonces la cuestión es tomar conciencia para darle valor, más la verdad siempre está, nuestra conciencia de la verdad no.
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