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miércoles, 21 de agosto de 2024

Estética religacional

 

Estética religacional

 

Supongamos que el hombre es hombre y su relación con el mundo es una relación humana. Entonces se puede cambiar amor por amor. Entonces se puede cambiar confianza solamente por confianza. De la infancia social de la humanidad, donde la humanidad se despliega en completa belleza.

 

Karl Marx  

 

ODA A FEDERICO GARCÍA LORCA

SI pudiera llorar de miedo en una casa sola,

si pudiera sacarme los ojos y comérmelos,

lo haría por tu voz de naranjo enlutado

y por tu poesía que sale dando gritos.

Porque por ti pintan de azul los hospitales

y crecen las escuelas y los barrios marítimos,

y se pueblan de plumas los ángeles heridos,

y se cubren de escamas los pescados nupciales,

y van volando al cielo los erizos:

por ti las sastrerías con sus negras membranas

se llenan de cucharas y de sangre

y tragan cintas rotas, y se matan a besos,

y se visten de blanco.

Cuando vuelas vestido de durazno,

cuando ríes con risa de arroz huracanado,

cuando para cantar sacudes las arterias y los dientes,

la garganta y los dedos,

me moriría por lo dulce que eres,

me moriría por los lagos rojos

en donde en medio del otoño vives

con un corcel caído y un dios ensangrentado,

me moriría por los cementerios

que como cenicientos ríos pasan

con agua y tumbas,

de noche, entre campanas ahogadas:

ríos espesos como dormitorios

de soldados enfermos, que de súbito crecen

hacia la muerte en ríos con números de mármol

y coronas podridas, y aceites funerales:

me moriría por verte de noche

mirar pasar las cruces anegadas,

de pie llorando,

porque ante el río de la muerte lloras

abandonadamente, heridamente,

lloras llorando, con los ojos llenos

de lágrimas, de lágrimas, de lágrimas.

Si pudiera de noche, perdidamente solo,

acumular olvido y sombra y humo

sobre ferrocarriles y vapores,

con un embudo negro,

mordiendo las cenizas,

lo haría por el árbol en que creces,

por los nidos de aguas doradas que reúnes,

y por la enredadera que te cubre los huesos

comunicándote el secreto de la noche.

Ciudades con olor a cebolla mojada

esperan que tú pases cantando roncamente,

y silenciosos barcos de esperma te persiguen,

y golondrinas verdes hacen nido en tu pelo,

y además caracoles y semanas,

mástiles enrollados y cerezas

definitivamente circulan cuando asoman

tu pálida cabeza de quince ojos

y tu boca de sangre sumergida.

Si pudiera llenar de hollín las alcaldías

y, sollozando, derribar relojes,

sería para ver cuándo a tu casa

llega el verano con los labios rotos,

llegan muchas personas de traje agonizante,

llegan regiones de triste esplendor,

llegan arados muertos y amapolas,

llegan enterradores y jinetes,

llegan planetas y mapas con sangre,

llegan buzos cubiertos de ceniza,

llegan enmascarados arrastrando doncellas

atravesadas por grandes cuchillos,

llegan raíces, venas, hospitales,

manantiales, hormigas,

llega la noche con la cama en donde

muere entre las arañas un húsar solitario,

llega una rosa de odio y alfileres,

llega una embarcación amarillenta,

llega un día de viento con un niño,

llego yo con Oliverio, Norah

Vicente Aleixandre, Delia,

Maruca, Malva Marina, María Luisa y Larco,

la Rubia, Rafael Ugarte,

Cotapos, Rafael Alberti,

Carlos, Bebé, Manolo Altolaguirre,

Molinari,

Rosales, Concha Méndez,

y otros que se me olvidan.

Ven a que te corone, joven de la salud

y de la mariposa, joven puro

como un negro relámpago perpetuamente libre,

y conversando entre nosotros,

ahora, cuando no queda nadie entre las rocas,

hablemos sencillamente como eres tú y soy yo:

para qué sirven los versos si no es para el rocío?

Para qué sirven los versos si no es para esa noche

en que un puñal amargo nos averigua, para ese día,

para ese crepúsculo, para ese rincón roto

donde el golpeado corazón del hombre se dispone a morir?

Sobre todo de noche,

de noche hay muchas estrellas,

todas dentro de un río

como una cinta junto a las ventanas

de las casas llenas de pobres gentes.

Alguien se les ha muerto, tal vez

han perdido sus colocaciones en las oficinas,

en los hospitales, en los ascensores,

en las minas,

sufren los seres tercamente heridos

y hay propósito y llanto en todas partes:

mientras las estrellas corren dentro de un río interminable

hay mucho llanto en las ventanas,

los umbrales están gastados por el llanto,

las alcobas están mojadas por el llanto

que llega en forma de ola a morder las alfombras.

Federico,

tú ves el mundo, las calles,

el vinagre,

las despedidas en las estaciones

cuando el humo levanta sus ruedas decisivas

hacia donde no hay nada sino algunas

separaciones, piedras, vías férreas.

Hay tantas gentes haciendo preguntas

por todas partes.

Hay el ciego sangriento, y el iracundo, y el

desanimado,

y el miserable, el árbol de las uñas,

el bandolero con la envidia a cuestas.

Así es la vida, Federico, aquí tienes

las cosas que te puede ofrecer mi amistad

de melancólico varón varonil.

Ya sabes por ti mismo muchas cosas.

Y otras irás sabiendo lentamente.

 

 

Pablo Neruda

 

 

Vallejo escribiendo sobre la soledad mientras se muere de hambre;

la oreja de Van Gogh rechazada por una puta;

Rimbaud huyendo a África buscando oro y encontrando una sífilis incurable;

Beethoven quedándose sordo;

Pound arrastrado por las calles dentro de una jaula;

Chatterton comiendo veneno para ratas;

el cerebro de Hemingway derramándose en un jugo de naranja;

Pascal rebanándose las muñecas en una tina de baño;

Artaud encerrado por su locura;

Dostoievsky en el paredón de fusilamiento;

Crane lanzándose a las aspas de un barco;

Lorca baleado en el camino por tropas españolas;

Berryman saltando de un puente;

Burroughs disparándole a su esposa;

Mailer acuchillando a la suya.

esto es lo que ellos quieren:

un dios maldito

que muestre un anuncio de neón

en medio del infierno.

esto es lo que ellos quieren,

montón de

estúpidos

dispersos

seguros

tristes

admiradores de

carnavales.

Charles Bukowski

 

 

 

 

https://www.facebook.com/watch?v=1192437711878838

 

 

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Tal vez porque el árbol

siempre ha querido ser como ella

es que hay árboles que llueven

después de la lluvia.

Cuando la lluvia pasa

el árbol sigue lloviendo.

Sacudiendo su animalidad

latente,

su versión de cabello

como el sauce llorón,

como el cerezo,

como ciertos y espigados

pinos.

Como el duraznero

que es un árbol tan tímido, tan cohibido, tan desárbol

que hasta la lluvia

tiene cierto cuidado

de no lastimarlo, de no herirlo, de no ser

muy sincera al lloverle a este árbol.

*

Probablemente me equivoco

y la lluvia no sea un lugar

sino un camino,

una dirección que coge el mar

buscando

otra manera de llegar hasta nosotros;

o de buscar las criaturas que el hombre

se lleva

en sus redes de pesca.

Tal vez el mar sale del mar

para buscar caracoles y traerlos a casa; y eso sea la lluvia.

Mi madre decía que el agua se cree dios

y que por eso llueve.

*

Yo desde niño amé a la lluvia.

No como se ama a un padre

ni a un amigo,

sino que estuve enamorado de ella.

Fue mi primer amor

la lluvia,

esa lluvia con la que me sentía más seguro,

como si estuviera entre puras niñas.

Así oía yo a la lluvia por entonces

como muchas niñas hablando al mismo tiempo.

Una lluvia

con la que platicaba de todo,

con la que no necesitaba ser fuerte,

con la que nunca necesité justificarme.

Aunque yo fui para ella

sólo un niño más en la ventana.

*

El viaje

que piensa el mar

se llama lluvia.

El regreso que sueña el río

se llama lluvia.

El sueño que sueña el agua

se llama lluvia.

Y lluvia se le dice

al agua

cuando se levanta y camina.

A.E. Quintero, El pequeño libro de la lluvia, 2017

 

 

NI SIQUIERA SOY POLVO

– Jorge Luis Borges (Argentina)

No quiero ser quien soy. La avara suerte

me ha deparado el siglo diecisiete,

el polvo y la rutina de Castilla,

las cosas repetidas, la mañana

que, prometiendo el hoy, nos da la víspera,

la plática del cura y del barbero,

la soledad que va dejando el tiempo

y una vaga sobrina analfabeta.

Soy hombre entrado en años. Una página

casual me reveló no usadas voces

que me buscaban, Amadís y Urganda.

Vendí mis tierras y compré los libros

que historian cabalmente las empresas:

el Grial, que recogió la sangre humana

que el Hijo derramó para salvarnos,

el ídolo de oro de Mahoma,

los hierros, las almenas, las banderas

y las operaciones de la magia.

Cristianos caballeros recorrían

los reinos de la tierra, vindicando

el honor ultrajado o imponiendo

justicia con los filos de la espada.

Quiera Dios que un enviado restituya

a nuestro tiempo ese ejercicio noble.

Mis sueños lo divisan. Lo he sentido

a veces en mi triste carne célibe.

No sé aún su nombre. Yo, Quijano,

seré ese paladín. Seré mi sueño.

En esta vieja casa hay una adarga

antigua y una hoja de Toledo

y una lanza y los libros verdaderos

que a mi brazo prometen la victoria.

¿A mi brazo? Mi cara (que no he visto)

no proyecta una cara en el espejo.

Ni siquiera soy polvo. Soy un sueño

que entreteje en el sueño y la vigilia

mi hermano y padre, el capitán Cervantes,

que militó en los mares de Lepanto

y supo unos latines y algo de árabe…

Para que yo pueda soñar al otro

cuya verde memoria será parte

de los días del hombre, te suplico:

mi Dios, mi soñador, sigue soñándome.

 

 

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Dos deidades, dos dioses, dos agentes abrumadores, gobiernan y dividen nuestro ser, Amor y muerte Eros y Tánatos. El conflicto entre ellos determina los ritmos de la existencia y de la procreación, de la evolución psíquica y somática. Pero al final, contrariamente a nuestro expectación instintiva intuitiva a nuestras esperanzas, no es eros el amor sino Tanatos el que es el más fuerte, el que está  más cerca de las raíces del hombre, lo que la especie se esfuerza por conseguir finalmente, no es la sobrevivencia y la perpetuación, sino el reposo, la inercia perfecta.

Sigmund Freud

Y entonces la estética no trata sobre las percepciones o los estilos que se logran representándolas sino del estado en  el que  por fin salimos del lenguaje así la estética no es una rama de la filosofía, sino la matriz de toda la cultura humana  donde el amor se devela como belleza.

Y ¿Que es la belleza? Muerte profunda.

 

           


1 comentario:

Christian Franco dijo...

https://www.facebook.com/reel/1632868597509383