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jueves, 5 de octubre de 2023

El conflicto sujeto objeto

 

El conflicto sujeto objeto

La integración  del sujeto y los medios de producción  

Construyendo la madre estado 




La idea era que, con la filosofía de Kant, fitche y finalmente Hegel, el capitalismo llegaba a la superación del sujeto – objeto, por lo tanto, la sociedad burguesa, era la sociedad de la libertad, pero el sujeto – objeto no llega a superarse, porque aun en esa sociedad todavía está la ruptura, la escisión, y el pecado, el llamado ‘’estado ético’’ era la sociedad liberal, por ello, el capital en todo el siglo XIX Y XX tuvo que aplastar a su enemigo: el proletariado, aplastado este último, aún queda la separación sujeto – objeto, ¿Cómo lo quiere superar? Por medio de la inteligencia artificial y el ciborg.

Joel Agón

Christian Franco Rodriguez

Repasemos primero a Hegel y su filosofía de del derecho: https://biblioteca.clacso.edu.ar/.../2010060902.../9cap8.pdf 1. Contexto histórico

“Hegel no puede ser pensado sin la Revolución Francesa y Napoleón con sus

guerras, esto es, sin las experiencias vitales e inmediatas de un período histórico extensísimo de luchas, de miserias, cuando el mundo externo aplasta

al individuo, lo arroja contra la tierra, cuando todas las filosofías pasadas fueron criticadas por la realidad de modo tan perentorio”. Antonio Gramsci

H

egel es no solamente el gran filósofo alemán del siglo XIX, sino también el máximo filósofo de la revolución burguesa, que a partir de la revolución francesa se expande por toda Europa, llevada por las armas de

los ejércitos napoleónicos. Para comprender su filosofía es necesario, en consecuencia, tener en cuenta por un lado la etapa en la que se encontraba el capitalismo, y por otra la situación de Alemania.

En el siglo XVIII se había producido la revolución industrial y con ella el capital había pasado a realizar la subsunción real del trabajo al capital. Ello significa que el capital había ya producido su efecto específico, la separación del productor con relación a los medios de producción, lo cual había significado la destrucción de las totalidades orgánicas en las que se encontraba inserto el individuo:

la familia patriarcal afincada al suelo, el feudo, el gremio, la Iglesia.

El individuo queda solo, aislado. El campesino irá a buscar trabajo en la manufactura o en la fábrica, o se hará asaltante o mendigo. Cada cual debe buscar su

orientación en la vida y llevar a cabo sus luchas. Se forma lo que, a partir de Hegel,

se llamará la sociedad civil –bürgerliche Gesellschaft-, literalmente sociedad bur -

guesa, o sea, del burgo, de la ciudad. Es el ámbito de la particularidad, del individuo. El particular se escinde del universal. Un fenómeno nuevo que crea los nuevos problemas que los filósofos políticos de la modernidad tratarán de resolver.

Hegel presentará la cosmovisión más atrevida de la modernidad. Ello fue posible porque la nueva sociedad a la que pertenece esta cosmovisión ya se había

consolidado. Ninguna gran cosmovisión tuvo lugar antes de que la práctica la hiciera posible. Esta cosmovisión será dialéctica, es decir, la superación del particular en el universal. Sin la escisión del universal que se produce en los orígenes

del capitalismo, la dialéctica de Hegel no se habría desplegado.

El tema central a resolver por los filósofos políticos es precisamente cómo lograr que la desestructuración que ha provocado el surgimiento de la particularidad, escindiendo toda universalidad, no terminase en la plena anarquía en la que

la vida humana no sería posible. En otras palabras, se plantea el problema del Estado. Los individuos aislados en mutua contraposición deben de alguna manera

ser reconducidos a la unidad, a vivir juntos. Se proponen diversas soluciones en

la filosofía política. Podemos distinguir cuatro tipos:

a) El Estado absolutista: es la propuesta de la coerción que debe imponer el

orden por medio de la fuerza. Se piensa que los individuos de la sociedad civil se encuentran, como dice Hobbes, en un estado de naturaleza, pre-social,

en el cual cada cual vela por sí mismo y agrede a los otros. La única solución

es un pacto mediante el cual se entregue absolutamente todo al soberano, que

como gran Leviatán mantenga a todos en orden.

b) El Estado liberal: es el Estado que ya no debe inmiscuirse demasiado en

la sociedad civil, o sea, en lo económico. Debe proteger la propiedad, o sea

el mercado, y dejarlo que se desarrolle de acuerdo con sus propias leyes, pues

es el encargado de distribuir los bienes y lo hace como con “una mano invisible”. Es la propuesta de Locke y de Adam Smith.

c) El Estado democrático: es el Estado en el cual el contrato es de todos con

todos, mediante el cual se crea la voluntad general, la plena libertad. Dos son

sus ejes, el contrato y la religión, pero una religión civil, sin dogmas que unan

interiormente a todos los individuos como verdaderos ciudadanos de la patria

y no del cielo. Es la propuesta de Rousseau. d) El Estado ético: es el Estado como plena realización de los seres humanos mediante una dialéctica que incorpora por vía de superación todos los logros de la historia, desde el derecho, pasando por la moral individual, para

culminar en la eticidad, matriz de los valores más altos de la humanidad, expresados en el arte, la religión y la filosofía. Es la propuesta de Hegel que debemos analizar

 

Y entonces la contradicción del capitalismo es que nos deja a un sujeto aislado de su comunidad aquí está  el problema de la escisión sujeto objeto, al ser separado de sus medios de producción porque son apropiados por el capital por medio de la propiedad privada, el sujeto pierde la relación con su entorno lo que significa en la filosofía de Hegel que pierde su espíritu y entonces la tarea es recuperar el espíritu, por lo mismo el estado que propone Hegel no es liberal sino más bien el de una conciencia que se encuentra a sí misma en una subjetividad superado e integradora la cual es el estado.

2. Fundamentos de la filosofía del derecho Hegel trabajó sobre toda la temática que trata en los Fundamentos de filoso - fía del derecho durante los últimos treinta años de su vida. “Conocemos al menos 8 redacciones, 4 en Jena, de las cuales 3 permanecieron inéditas por mucho tiempo, 1 elemental, en Nuremberg, luego las 3 publicadas, 1 de Heidelberg y 2 de Berlín: las etapas intermedias del sistema -derecho, economía, moral- cambian, pero la culminación es siempre la misma: el Estado" (Bobbio, 1981: p. 23). Conocemos ocho redacciones, pero sólo tenemos los manuscritos de tres de ellas, los correspondientes a los cursos de 1817/18, 1818/19 y 1819/20 1 . Estos datos son suficientes para comprender la importancia que todo lo referente a la política tenía para Hegel. En cierta forma se puede afirmar que constituye el núcleo de todas sus preocupaciones y de su filosofía. Ello aparecerá claramente a medida que nos vayamos adentrando en el tema. 2.1. Conocer la razón como la rosa en la cruz del presente En las obras publicadas Hegel suele hacer preceder el tratamiento de los temas de un “prólogo” –Vorrede- y una “introducción” –Einleitung-. El primero generalmente está referido más a los conceptos centrales que animan su pensamiento filosófico, que deben ser tenidos en cuenta, y en la segunda se refiere más específicamente a la obra en cuestión. Trataremos pues algunos de los conceptos centrales de ambos. En el prólogo aclara Hegel que se trata de un manual o compendio para las clases, lo cual no significa un mero resumen, sino todo el ámbito de la ciencia en cuestión. De manera que, si bien en forma sintética, en él se desarrolla todo el pensamiento filosófico político hegeliano, centrado en su concepción del Estado. Los puntos a tener en cuenta que nos parecen centrales serían los siguientes: a) El método filosófico no es el de la “lógica antigua”, que no sobrepasa el conocimiento meramente intelectivo o formal, ni el que se basa en el sentimiento, la fantasía o la intuición fortuita, sino el saber especulativo según fue desarrollado en la “Ciencia de la lógica”.

b) El saber especulativo implica que forma y contenido están unidos. “La for - ma en su significación más concreta es la razón en cuanto conocer conceptual –que concibe-, y el contenido, la razón en tanto que esencia substancial de lo ético, así como de la realidad natural siendo la identidad consciente de ambas la idea filosófica” (Hegel, 1993: p. 60). c) Por lo tanto, de lo que se trata es de “conocer la razón como la rosa en la cruz del presente” (Hegel, 1993: p. 59). El simbolismo de la rosa y la cruz alude a los rosacruces. Hegel lo aprovecha para referirse al problema de la racionalidad del Estado moderno que implica las injusticias y contradicciones de la sociedad civil. Ésta es la cruz que es necesario comprender en su racionalidad. d) La filosofía es “el sondeo de lo racional ”, por lo cual necesariamente “es la comprensión de lo presente y de lo real” (Hegel, 1993: p. 57). Se identifican, de esta manera, lo racional –das Vernünftige-, lo presente –das Gegen - wärtige- y lo real –das Wirkliche. Es menester comenzar por la categoría de lo real o de la realidad. Hegel emplea esta categoría en dos sentidos, uno débil y otro fuerte. En el sentido débil indica un hecho empírico cualquiera, un acontecimiento como una lluvia, el nacimiento de un individuo, una batalla. Para este sentido emplea el sustantivo Realität. En el sentido fuerte “realidad” –Wi r k l i c h k e i t - indica siempre la realidad subjetual o, mejor, intersubjetual. La verdadera realidad está constituida por los sujetos, por los seres históricos. La familia, la sociedad civil, el Estado, no son re a l e sino w i r k l i c h e . Son verdaderas realidades. Sólo las verdaderas realidades son “racionales”. Pero también lo racional se entiende de dos maneras diversas. Existe la racionalidad como Ve r s t ä n d i g k e i t, que es propia de la racionalidad matemática y de las ciencias. Tiene la racionalidad propia del entendimiento o intelecto –Ve r s t a n d -. Es la racionalidad pre-dialéctica. Responde a la necesidad de abstraer y fijar, propia de la manera de conocer. La verdadera racionalidad es la correspondiente a la razón –Vernunft-. Solamente ésta capta la dialéctica. La función del entendimiento es preparar el material, abstraer y fijar. La razón vuelve a poner en movimiento lo que el entendimiento ha fijado. Sólo la razón comprende la realidad y sólo ésta es racional. Por otra parte, la realidad está presente. No puede ser de otra manera. e) De aquí saltamos a la frase del escándalo: “Lo que es racional es real, y lo que es real es racional” Ríos de tinta se han vertido, ya sea para descalificar como para exculpar a Hegel 2 . Karl Ilting sostiene que Hegel acomodó la frase para escapar a la censura. Como prueba alude a los manuscritos de los cursos. En parágrafo 134 del curso de 1817/18 figura la frase “lo que es racional debe acontecer” y en el prólogo del curso de 1819/20 afirma: “Lo que es racional deviene real; y lo real deviene racional” (Hegel, 1983: pp. 16 y 17).

Creemos que las diferencias entre estas distintas expresiones es más aparente que real. Lo que Hegel afirma en el prólogo de la publicación de 1821 es similar a lo afirmado en la Fenomenología del espíritu de 1807 3 . Hegel está hablando de la realidad en sentido fuerte, o sea, de la intersubjetividad y nada menos de la intersubjetividad en su máxima expresión, la del Estado. 2.2. El objeto de la filosofía del derecho “La ciencia filosófica del derecho tiene por objeto la idea del derecho, el concepto del derecho y su realización” (Hegel, 1993: § 1). Para Hegel la ciencia en sentido fuerte es la filosofía como conocimiento de la totalidad o cosmovisión. En realidad la expresión “ciencia filosófica” es una redundancia, pues para Hegel la filosofía es la ciencia por excelencia. Sin duda quiere señalar que no se trata de un conocimiento cualquiera, sino de un conocimiento riguroso. En contra de la concepción propia de la Ilustración, de la que también participó Kant, Hegel sostiene que la verdadera ciencia tiene lugar en el ámbito subjetual, el de la sociedad, el del Estado, y no en el de la naturaleza. El objeto pues de la filosofía del derecho es “la idea del derecho, el concepto del derecho”. Se identifican aquí “idea” y “concepto”. Aclara Hegel que “la filosofía tiene que ver con ideas, y por tanto no con lo que al respecto se acostumbra a denominar simples conceptos, cuya unilateralidad y carencia de verdad ella muestra, así como también muestra que el concepto (no lo que a menudo se oye llamar así, que sólo es una determinación abstracta del entendimiento –Verstand- ) es lo único que tiene realidad -Wirklichkeit-, y ello de tal modo que se la da a sí mismo” (Hegel, 1993: § 1). Lo que se suele denominar “concepto” es un mera abstracción propia del entendimiento. El verdadero concepto del que trata Hegel es la verdadera realidad, es decir el sujeto. El verdadero sujeto no es un sustantivo sino un verbo. Ser sujeto es hacerse sujeto, ponerse como sujeto, crearse como sujeto, concebirse, o sea, ser concepto. La única realidad en sentido fuerte es la conceptual, es decir, la subjetual. Por otra parte, concepto e idea son, en cierto sentido, sinónimos. En cierto sentido, por cuanto en sentido estricto ‘idea’expresa la máxima realización del concepto. En este texto Hegel los utiliza como sinónimos. El tema es el concepto del “derecho”. Se trata de la filosofía política, y Hegel la denomina “filosofía del derecho”. Ello se debe a que Hegel quiere indicar que tratará del objeto propio de la filosofía política, o sea, del Estado, a partir de sus mismos inicios, desde su máxima pobreza. El derecho abstractamente considerado es el primer momento de la dialéctica del Estado. El concepto o sujeto se da a sí mismo distintas configuraciones a lo largo de su historia, como derecho abstracto, de la moralidad, de la familia, de la sociedad civil, del Estado. De la misma manera Marx analiza en el Capital las diversas configuraciones que va asumiendo la praxis alienada: mercancía, valor de uso, valor de cambio, ganancia, salario. 2.3. El ámbito de la filosofía del derecho “El ámbito del derecho es en general lo espiritual y su lugar más exacto y punto de partida la voluntad, que es libre de tal modo que la libertad constituye su sustancia y determinación, y el sistema del derecho es el reino de la libertad realizada, el mundo del espíritu producido a partir de él mismo como una segunda naturaleza” (Hegel, 1993: § 4). El ámbito del derecho, o de lo político, es “lo espiritual”. No se trata de ninguna abstracción. El espíritu es el sujeto, ya se trate del sujeto individual que es cada uno, como del sujeto colectivo que puede ser la familia, la corporación, la Iglesia o el Estado. Pero el sujeto va pasando por distintas configuraciones, como acabamos de considerar. La configuración propia del ámbito político es la voluntad. Para comprender esto es menester superar la concepción objetual de la realidad. En esta concepción al sujeto se lo piensa como una especie de recipiente en el que se colocan objetos. Así, Kant supone un sujeto que tiene tres facultades, la sensibilidad, el entendimiento y la razón. Para Hegel se trata del sujeto que en el hacerse va asumiendo diferentes configuraciones como sensibilidad, entendimiento, voluntad y razón. El tema central de lo político es el tema del poder. Para afrontar esa problemática el sujeto se configura como voluntad. Por ello Hegel dice que es “su lugar más exacto y su punto de partida”. Por otra parte, se trata de la voluntad que es libre, en tanto que la libertad es “su sustancia y determinación”, de manera que “el sistema del derecho”, es decir, el sistema político, es “el reino de la libertad realizada”. El tema de la libertad es el tema rousseauniano por excelencia. En contra de la concepción liberal que piensa la libertad como un espacio propio del individuo, limitado por el espacio del otro, Rousseau piensa en una libertad sustancial que se potencia en la medida en que se crean nuevas y mejores relaciones entre todos. Todos entregan todo en el contrato social para ser plenamente libres, obedeciendo a leyes que ellos mismos se han dado. Ese mismo es el concepto hegeliano de libertad. Por ello considera que el Estado es “el reino de la libertad realizada”. No puede darse libertad fuera del Estado, no considerado éste como un aparato, sino como la totalidad de los sujetos que lo componen, quienes juntos conforman el gran sujeto colectivo. Ese sujeto es “el mundo del espíritu producido a partir de él mismo como una segunda naturaleza”. El sujeto es un ser natural-antinatural, ha roto con la naturaleza y crea una segunda naturaleza, a la que veremos aparecer como “eticidad”.

La voluntad presenta los tres momentos propios de la dialéctica, el universal abstracto o en-sí, el particular o para-sí y el universal concreto o en-sí-para-sí: a) “La voluntad contiene el elemento de la pura indeterminación o de la pura reflexión del yo en sí”, de tal manera que contiene “la ilimitada infinitud de la abstracción absoluta o universalidad, el puro pensamiento de sí mismo” (Hegel, 1993: § 5). Para entender este primer momento es necesario tener en cuenta que el sujeto no es una sustancia o recipiente que tiene algunas cosas como voluntad y razón, sino que éstas son configuraciones del sujeto o del concepto. Ello significa que entre razón y voluntad no hay oposición, sino identidad. Se entiende que se trata de la identidad dialéctica. La universidad abstracta es la libertad negativa, es decir, la negatividad de todo contenido, la pura abstracción, “la huida de todo contenido como de un límite”. Es el ámbito del entendimiento que abstrae y fija las abstracciones. Este momento dialéctico ha tenido y sigue teniendo manifestaciones históricas tanto en el plano teórico como en el práctico. En el plano teórico “deviene en lo religioso el fanatismo de la pura contemplación hindú”. En el plano práctico “tanto en lo político como en lo religioso, resulta ser el fanatismo de la destrucción de todo el orden social existente y la expulsión de los individuos sospechosos de un orden, así como la aniquilación de toda organización que quiera resurg i r ” . Cuando se frena la dialéctica en el universal abstracto, en el nivel práctico político se producen, para Hegel, las formas de gobierno peores. Son formas dictatoriales o despóticas. La única manera que tienen de afirmarse es destruyendo todo tipo de organización. Afirman querer la igualdad absoluta, pero en realidad no quieren nada positivo. Quieren la aniquilación de todo lo positivo, empujados por “la furia del destruir”. Hegel está apuntando de esta manera a la dictadura jacobina de Robespierre, y en general a los gobiernos despóticos que coloca en el origen de la dialéctica de los Estados, como veremos posteriormente. En la Fenomenología del espíritu este momento es expresado como el momento de la virtud que quiere imponerse directamente como universal sobre toda particularidad, siendo finalmente vencida por “el curso del mundo”, es decir, por la dialéctica universal-particular-universal 4 . b) “El yo es igualmente el tránsito de la indeterminación indiferenciada a la diferenciación, al determinar y el poner una determinación como contenido y objeto [...] Por este ponerse a sí mismo como determinado entra el yo en la existencia en general; es el momento absoluto de la finitud o particulariza - ción del yo” (Hegel, 1993: § 6). Es el momento de la particularización. El sujeto se particulariza, se da un contenido, se pone. Es el momento de las mediaciones. El primero era el de la in mediatez. Las mediaciones o negatividades estaban, pero no estaban puestas. Es la negación de la primera negatividad abstracta. “Este segundo momento está ya incluido en el primero, y es sólo un poner aquello que el primero ya es en sí”. Esta observación es fundamental, pues se refiere a la diferencia entre la dialéctica de Hegel y la de Fichte, a la que Hegel se refiere directamente en este parágrafo. El poner, el decidir, el afirmar –thesis- no pertenece al primer momento, sino al segundo. En Fichte el primer momento, el yo, es tomado “sólo y exclusivamente como positivo” al que “ulteriormente le adviene la limitación”. Esta limitación es la antítesis o contraposición que adviene a una realidad ya positiva. Hegel dice que Fichte no comprende “la negatividad inmanente en lo universal” 5 . c) “La voluntad es la unidad de ambos momentos, la particularidad reflejada en sí y por ello reconducida a la universalidad, esto es, la individualidad, la autodeterminación del yo de ponerse en lo uno como lo negativo de sí mismo” (Hegel, 1993: § 7). Es el universal concreto, la negación de la negación, la negación de la particularidad, la que, a su vez, es la negación del universal abstracto. Con ello se recupera el universal, pero ahora concreto, debido a la incorporación de las particularizaciones, o sea, de los contenidos.

2.4. La estructura de la filosofía del derecho Las divisiones del objeto estudiado por Hegel nunca obedecen a una mera metodología. No es algo propuesto desde afuera, simplemente para ordenar el contenido. Todo lo contrario, es el mismo objeto, o sea el sujeto, el que se divide de acuerdo a su movimiento dialéctico. Por otra parte, a cada movimiento dialéctico le corresponde un momento histórico. Vistos los tres momentos de esa dialéctica, es fácil comprender las divisiones que Hegel va enumerando y desarrollando en la Filosofía del derecho. El primer momento, el del universal abstracto, corresponde al Derecho abstracto o formal que históricamente Hegel ubica en el imperio romano y en la sociedad feudal. El segundo momento, el de la particularización, corresponde a la Moralidad. Se trata de la moral del particular, del individuo como particular, miembro de la sociedad civil. Históricamente corresponde a la modernidad en la que aparece el individuo como tal y se desarrolla la moral del individuo, es decir, la moral kantiana, que Hegel se encarga aquí de criticar. El tercer momento, el del universal concreto, es el de la Eticidad –Sittlichkeit-. Se trata del rico contenido ético del pueblo. Universal y particular se superan en el mundo de las costumbres, los valores, las instituciones, las leyes, finalmente en el Estado. Nos encontramos naturalmente en la modernidad, como en el segundo momento. Esta tercera parte es evidentemente la más importante. Forma una nueva dialéctica, cuyos momentos son: a) La familia como espíritu ético inmediato o natural. b) La sociedad civil constituida por la “unión de miembros en cuanto que in - dividuos independientes en una universalidad por tanto formal al través de sus necesidades y de la constitución jurídica como medio de seguridad de las personas y de la propiedad, así como al través de un orden exterior para sus intereses particulares y comunes” (Hegel, 1993: § 157). d) El Estado, superación dialéctica de lo particular y universal.

 

 

 

 

 

 

 

Hasta aquí la recuperación del pensamiento de Hegel y su filosofía del derecho, la cuestión es ¿El capitalismo logra la subjetividad estado? Si pero la máxima expresión de esta subjetividad estado se da con el nazismo y este es derrotado en la segunda guerra mundial, la propuesta que queda es la comunista y la liberal, los comunistas pretenden superar la contradicción del capital  por medio de la socialización de los medios de producción, pero la cuestión es ¿Se pueden socializar los medios de producción y mantener el crecimiento económico capitalista? Y la respuesta es clara no, de hecho el comunismo  lo que propone es la integración del capitalismo, logrando el desarrollo de las fuerzas productivas capitalistas para después pasar al comunismo pero una vez se haga ese paso sin plusvalía no hay crecimiento económico comprendiendo que el plus valor no solo viene de la explotación obrera sino de los mercados negros, de la depredación ecológica, de la especulación financiera, de la evasión de impuestos, de la circulación ficticia del capital, si a todas estas estrategias de generar ganancia se las puede clasificar como plusvalía, la cuestión es que no se puede dar el salto del capital al comunismo sin acabar con el crecimiento económico, cualquier gran salto producirá un desorden tal que constara millones de vidas, sin tomar en cuenta el cambio espiritual cultural que es necesario para dar ese salto.

 

Nos quedamos solo con el capitalismo liberal ¿Cómo pretende este superar la contradicción entre el sujeto- objeto? Pues con un neoliberalismo con la promesa de Thatcher de que todos pueden acceder a la propiedad privada, esto lo conocemos mejor en el desarrollo teórico de Hernando de Soto en el libro el misterio del capital. ¿Pero pasado más de 30 años de neoliberalismo hemos podido acceder a la propiedad privada? Ella decía en su mensaje al igual como se consiguió el voto para todos ahora conseguiremos la propiedad privada para todos pues bien la lógica del  capital no permite eso es imposible que todos accedan a la propiedad privada, esta conciencia del fracaso del neoliberalismo está  recorriendo el mundo global ¿Cuáles son las opciones que se están ensayando?    

 

 

Fracasado el anarquismo del que no hemos hablado en este texto, fracasado el nazismo, fracasado el comunismo y por ultimo fracasado el neoliberalismo cerramos el ciclo de las propuestas transmodernas industriales y podemos pasar a las propuestas pos industriales posmodernas las cuales a diferencia de las propuestas utópicas transmodernas no plantean un mejor mundo ni la solución de ninguna contradicción  sino distopías  en lo que lo que importa es que el sistema sea resistido, ya no estamos en las dialécticas Heguelianas o Marxistas que platean una superación de la contradicción   sino ante dialécticas negativas que saben que la contradicción no puede ser superada y entonces el pos estructuralismo nos plantea desde la deconstrucción la indeterminación, toda metafísica y desde ella toda ideología nos ha pedido que elijamos entre el ser y el no ser, entre lo bueno y lo malo , entre la luz y la oscuridad , el problema es que siempre nos pide esto desde una doble moral porque aquello que se dice luz es en el fondo oscuridad y por esto pasamos de la metafísica a la dialéctica pero la dialéctica nos revela su propia verdad la contradicción no puede ser superada y está en todos nosotros no hay buenos ni malos, sino seres equívocos incapaces de librarse de su error, seres trágicos, pero pos estructuralismo agudiza más la mirada y se da cuenta que no hay ser no ni no ser el hombre, que aún la dialéctica sigue de alguna manera un sistema formal, solo en estos sistemas hay verdad o falsedad, en la realidad  no alcanzamos nunca lo verdadero ni lo falso siempre estamos indeterminados entre uno y el otro pero la posmodernidad da un paso más allá declarando la imposibilidad de cualquier determinación en este mundo de interpretaciones todas son válidas y ninguna realmente importa, así entramos en el mundo de la pos verdad, el hombre deja de buscar y se da fin a la historia ya no hay posibilidad de ninguna transformación entramos a una nueva edad media, en esta nueva edad media lo que pedimos es una corrección política donde se respeten todas las interpretaciones sin importar su consistencia porque realmente nada es consistente.

Esta es la base de la izquierda posmoderna llamada por muchos  caviar ante esta izquierda  pos progresista se levanta una derecha conservadora que si quiere determinaciones  y que piensa de manera ingenua o desde una doble moral que si se pueden superar las contradicciones y que se debe de volver a la familia sin comprender que la separación entre el sujeto y los medios de producción es el causante de la crisis familiar, porque como bien lo entendían ya los ilustrados la lógica del capital terminaría por disolver toda posibilidad social pero la derecha conservadora reaccionaria no lo comprende ni lo quiere comprender, no se puede conservar a la familia y conservar el capitalismo.             

 

¿Podrán los posmodernos vivir en la indeterminación tranquilos en la permanente transgeneración? ¿Podrán los neoconservadores proteger a la familia como último reducto de lo humano y social?  No nó podrán por esto el capitalismo lleva a acabó   el datismo con su absoluto algorítmico en una sociedad el espectáculo virtual que se diluye en la sociedad de la información, en la pos modernidad uno toma conciencia de que los signos son incapaces de generar sentido, que el significado no llega a concebirse, quedando siempre en una indeterminación  de horizontes hermenéuticos tempestuosos pues ene l mundo digital virtual los signos son presencias por sí mismos , claro que presencias simuladas pero que dan la ilusión de poder e integración al sujeto más con el costo de que este debe de renunciar a toda subjetividad a toda búsqueda de concepción o sentido, ahora solo hay la posibilidad de ser una maquina deseante procesadora de información, un ciborg, con esto no se está  superando la contradicción sujeto objeto sino más bien destruyendo al sujeto y al objeto virtualizando a ambos, simulándolos quedado solo un flujo de información que el nuevo capitalismo datista controlara. Tomemos conciencia de que el capitalismo si logra la negación de la negación donde se supera a si mismo recreando nuevamente su contradicción pero aquí el precio de esta superación capitalista es el fin del hombre el cual si quiere sobrevivir en este sistema debe de pasar del Homo sapiens sapiens al homo Ciborg.

El imperio global  conformado por las potencias aliadas no es un sujeto consciente o preocupado por un proceso de autoconciencia, sino un vigilante de los enemigos del capitalismo y su “libre” mercado, la nueva aristocracia transnacional datista, no son los mejores sino más bien los que impulsan desde lo económico-cultural la transhumanidad  y la sociedad del espectáculo no es una democracia sino el poder de los medios de comunicación para enajenar mientras la sociedad de la información desarrolla al ciborg y va excluyendo a los seres humanos, por lo mismo no nos enfrentamos a una lucha de clases sino a una lucha ontológica de especies donde hay dos seres en pugna uno humano que intenta superar su contradicción y volver a la comunidad y otro pos humano que busca su configuración para adaptarse al sistema pos capitalista datista.

 

 

¿Cómo enfrentamos este conflicto?

Debemos de volver a la comunidad para esto recuperemos el sujeto cuyo fundamento no puede estar en el sujeto moderno sino en Dios y es en el que la contradicción se supera no por medio de la razón  sino por medio del amor divino. Pero aquí entramos en todo el problema de la iglesia y su imposibilidad para manifestar el reino De Dios. Es decir para integrar al sujeto y al objeto que en el fondo no es otra cosa que la integración del ser y el no ser, de lo eterno estático y del devenir, de Cristo y su iglesia. Es hora de que el hombre supere su contradicción o desaparezca, hay que reconciliarnos con Dios, he ahí el absoluto, revelarlo en nuestra expresión creativo y fundar nuestra subjetividad en él proyectando desde esta subjetividad el reino de Dios, logrando la integración del cielo y la tierra ¿Lo lograremos? No al menos que acabe el devenir y Cristo vuelva pero por lo menos nuestra espera será activa intentando develar la unidad del ser y el no ser en el amor cristiano, una dialéctica de la dialéctica donde la sintransferencia, la sintergia, la sincronicidad, la sincausualidad es decir la síntesis acontezca como superación de la contradicción, a este sistema no sistema  lo llamamos comunismo complementario   porque en él se supera libremente la escisión que causa la propiedad privada  volviendo a la vida comunitaria no como un regreso al paraíso porque estamos en el devenir donde prima la contradicción pero si como una primicia del reino de Dios en el infierno porque a pesar de la contradicción permanente no perdemos nuestro amor   logrando familias como arcas de libertad, sociedades como comunidades en biotejido y estado como la madre estado donde se gesta al hombre integrado he aquí el evangelio de la Matria, la nueva matriz espiritual para este tiempo apocalíptico.   

 

  

 

             

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