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miércoles, 28 de febrero de 2007

El camino es la subversión del imaginario

1.
Los seres humanos vivimos en sociedad bajo el imperio de un estado, totalidad regulada según principios jurídicos. La sociedad no es un ente amorfo. Se configura según diferencias y jerarquías internas que, su vez, corresponden a las variables articulaciones de las tres formas asumidas por el poder en el mundo humano: religión, política, economía. Mientras la sociedad civil de origen europeo moderno, a la que pertenecemos, no llega a generar estructuras integradas de poder económico, el estado, con su dual configuración religioso-política, prevalece sobre ella. La historia moderna, convertida hoy en planetaria, se halla dominada por la gradual organización del cuerpo social según el poder económico, proceso virtualmente completo en nuestros días. Esto significa que, en forma paralela, se han cumplido procesos de cambio en la índole del estado y de los sistemas jurídicos en los que cristaliza el nexo de la sociedad con este último.
En el momento actual, hay manifiestas discordancias entre las estructuras sociales, las efectivas organizaciones de los estados y los sistemas jurídicos. Por diversas razones (sincretizadas en formas ideológicas en las que la ignorancia sirve a fines ajenos al saber), las ciencias sociales no han considerado tal discordancia en toda la amplitud de su significado. La primera tesis de este ensayo consiste en afirmarla como factor central del presente momento histórico, de nuestro presente primario, lo cual lo torna momento de transición, no de consumación. En otros términos: es más decisivo lo que está viniendo que lo que ya fue.
2.
La sociedad civil europeo-moderna se desarrolló a partir de un orden burgués protocapitalista hasta llegar al capitalismo mundial de redes de producción en gran escala y, por fin, de altos valores tecnológicos. (La diferencia entre producción masiva y producción selectiva se torna esencial para la presente situación del mundo. Esta es la segunda tesis a explicitar aquí.) En consecuencia, se han producido mutaciones en todas las sociedades actuales que conciernen al equilibio entre lo mundial y lo local. En dichas mutaciones, domina la tendencia a integrar una unidad cada vez más sencilla, funcional y eficiente, tendencia cuya meta es hacer real la sociedad mundial. A grandes rasgos, la burguesa sociedad civil europeo-moderna, devenida planetaria, pasó de un orden estamental a un orden clasista en el que fue determinante la diferencia entre capitalistas y proletarios. A su vez, en la actualidad, dicho orden experimenta cambios que tienden a extinguir esa diferencia como foco y motor histórico y a instaurar una única sociedad global y uniforme en cuanto a sus basamentos económicos. Dicha sociedad, ya en gestación, exhibe un sencillo ordenamiento jerárquico: amplia base productora y consumidora, por una parte; restringida cúpula capitalista (la zona de los grandes réditos, diría Braudel), por otra. Más allá de estos límites --que son límites configuradores del trabajo de la sociedad-- se hallan las zonas del ocio: sórdida y resentida, la del "Lumpen"; hueca y fatua, la del "jet-set", zonas permitidas por la misma sociedad mientras le sean relevantes, es decir, actúen como válvulas de descompresión. (Conservo dichas fórmulas, en algún sentido anticuadas, por la plasticidad metafórica que mantienen.) Ahora bien: base y cúpula no se tocan en forma directa; las separa el vacío dejado por la caducidad de las antiguas diferencias de estamentos y clases, o sea, de las reales mediaciones. Mas este vacío no es inerte; lo ocupa la instancia legalmente coactiva, otrora colocada encima de la sociedad: la administración sistemática, institucionalizada, pública. Cada vez más, el estado se torna órgano de esa administración: divide la sociedad en campos de ejercicio y control de la actividad de individuos y grupos: educación, salud, seguridad, etc. En su caída a la apariencia sin esencia, la razón reduce el significado de "ser" a control: el sum (Descartes), la positio (Kant), el significante originario (Hegel), la juntura o ex-ventura (Heidegger) quedan reducidos a control, a súper-visión, es decir, a una pan-óptica vigilante que internaliza cada vez más las estructuras carcelarias.
3.
El orden económico de la actual sociedad planetaria repercute en la organización de ella misma de manera por momentos desconcertante. Conforme los sistemas de administración pública se extienden y la tecnología se desarrolla, la figura global de la sociedad civil se altera. Para captar lo que esto significa, es necesario colocarse allí donde el capitalismo se concentra y las tecnologías de punta se tornan factores determinantes de la vida económica. Se tomará, pues, como paradigma, el caso de los Estados Unidos, no por cursi menosprecio de las naciones empobrecidas y reducidas a meros reflejos de las hazañas de control administrativo-crematístico, sino porque en dicho caso el futuro del capitalismo mundial se insufla en nuestro presente, en el presente primario de todo el planeta. La transformación de las estructuras del trabajo acaecidas en las dos últimas décadas en esa nación, según la expone Robert Reich en su libro El trabajo de las naciones (1991), depende de los siguientes factores: 1) La efectiva internacionalización del capital, por lo que pierde sentido la idea de economía nacional. 2) El paso de un sistema centrado en la producción masiva, de "alto volumen", a otro centrado en la producción de "alto valor" (Por ejemplo, tecnológico, informático, jurídico). 3) La sustitución de las grandes corporaciones "nacionales", de estructura piramidal y ritmos rígidamente preestablecidos, por redes internacionales de estructura arborescente y expansiva, de movilidad acorde con la creación de diferencias sociales crecientes de acuerdo con la índole del trabajo, diferencias que anulan el tradicional sentido atribuido a las clases sociales.
De acuerdo con este último punto, las tres emergentes categorías del trabajo son: 1) servicios rutinarios de producción; 2) servicios "en persona"; 3) servicios simbólico-analíticos. Los estratos sociales que se perfilan, en consecuencia, son los siguientes: 1) Los trabajadores de la producción de alto volumen, que asumen los caracteres del obrero tradicional y de los mandos medios no creativos en la estructura de la ya clásica gran corporación industrial. 2) Los trabajadores del ramo "servicios personales", quienes también asumen la tradicional imagen del asalariado. 3) Los "analistas simbólicos".
Lo poco adecuado de esta última fórmula pone de manifiesto la perplejidad inherente a la nueva figura, así denominada, de la racionalidad social. La fórmula da nombre a las élites creadoras de los procesos productivos. Reich reconoce en ellas tres momentos estructurales: 1) identificación de problemas, 2) intermediación estratégica, 3) resolución de problemas. Los momentos 1 y 3 corresponden al trabajo de los creadores de alta tecnología, dominio abarcador de actividades como el diseño de software, el management, el marketing, las asesorias jurídicas y financieras, la investigación y la enseñanza especializadas, la producción editorial, la dirección y producción cinematográficas y televisivas, etc. El momento 2, de intermediación estratégica, corresponde a los altos niveles gerenciales de las corporaciones que se van integrando a las redes creativas mundiales y transforman, en consecuencia, sus propias índoles económicas primarias. En suma: los analistas simbólicos aparecen como creadores de nexos conceptuales imprescindibles para el infinito crecimiento de las estructuras-madres de la economía. (La fórmula filosófico-matemática "estructura-madre" (Bourbaki) puede ser usada aquí sin reparos.) Son los creadores de las redes semióticas sustentantes de los procesos económico-sociales. (Reich dice: "lo que se comercia son símbolos - datos, palabras, representaciones visuales y orales" (trad. esp., p. 171).)
El trabajo social se escinde, pues, en tres ramas: 1) de los manufactureros; 2) de los que prestan servicios personales; 3) de quienes crean estructuras semióticas ( los llamados "intelectuales", según lenguaje heredado, o "técnicos", o "especialistas"). Conforme dichas ramas se distinguen entre sí y las diferencias se sutilizan, la función de la élite creadora se torna más decisiva para el ordenamiento social. En efecto, propende a contituirse como clase opulenta, de intereses divergentes respecto de los otros dos agrupamientos.
Las tesis de Reich no pueden tomarse más allá de lo que, al pie de la letra dicen. Conciernen a una transformación de la base económica de la sociedad norteamericana y, por extensión, de las sociedades ya determinadas por las economías de punta; conciernen, en suma, a la índole del trabajo, no directamente al capital, en tanto unificador planetario. (El capital es el gran ausente del libro, aunque sea el fundamento que le da sentido.) El analista simbólico, o inventor semiótico, es la figura de una función social que está gestándose. Parece corporizar la función-gozne entre base productivo-consumista, a la que pertenece, y cúpula capitalista, a la que sirve. En consecuencia, esta figura es decisiva por su repercusión en la nueva índole del estado y su base jurídica. Es el tecnólogo en su específico sentido: el transformador de lo real en un sistema de apariencias administrables y controlables. Así se dice que: 1) dirige la reducción de la base social a un agrupamiento uniforme, condicionado desde sus necesidades básicas; 2) ejecuta los designios de la cúpula social en tanto entidad condicionante, presa, a su vez de sus propias funciones; 3) empuja al estado a confinarse en instancia administradora y controladora de los condicionamientos incrementantes del poder de la cúpula.
4.
El estado nacional soberano fue el marco jurídico de constitución del poder económico mundial desarrollado por la sociedad civil burguesa y europea. El afianzamiento del poder económico se constituye, para la conciencia moderna, según ciertas formas significantes de la experiencia, formas por cierto transociales: determinantes del todo social, con sus diferencias y antagonismos internos.
La conciencia es instancia de significado, del hacerse signo el ser y de reflejarse ulteriormente como correlato del significante. La conciencia es, pues, el foco que se estructura como sistematicidad de los sistemas de significancia, y ésta se explaya, ante todo, como sentimiento del mundo, como experiencia global de su sentido. Primero, lo experimentó como templo (hasta fines del medioevo); después, como teatro (hacia los siglos XVI y XVII); en un tercer momento, como burdel (siglo XVIII y parte del XIX); por fin, como cárcel (finales del siglo XIX y el siglo XX). Este es un esquema harto simplificado; aquí se lo cita sólo para iluminar el sentido de la función del estado respecto de la sociedad civil; dicho con más rigor: para esclarecer los fundamentos de juridicidad de tal función.
No es aquí necesario considerar en detalle los nexos de los poderes religioso y político en otras culturas y en diferentes etapas históricas. Tampoco es imprescindible estudiar ahora lo ocurrido desde la quiebra del orden antiguo hasta el surgimiento del moderno estado nacional, hacia el siglo XIV, y su probablemente primera teoría, el Defensor pacis (1324), de Marsilio de Padua. Baste sólo con señalar que, en esa etapa de la historia europea, la iglesia es la fuente del derecho y del poder de los estados. El suyo es el derecho supremo, razón por la cual se lo puede caracterizar como divino. (Con la fórmula "derecho divino" se menciona aquí el derecho supremo, aquel que corporiza el decreto y la mirada de los dioses, por lo cual es el principio sustentador de todo el aparato jurídico.)
Una larga historia de luchas lleva a abolir ese derecho supremo y a instaurar otro, de complejo equilibrio conceptual, adecuado a la naciente expansión de la economía protocapitalista. Esa nueva estructura jurídica cristaliza en la fórmula "derecho divino de los reyes". Al respecto, cabe observar que "rey" -el que conduce y gobierna- sólo es uno de los términos de la ecuación política moderna; el otro es "pueblo": agrupamiento socialmente orgánico, cuya unidad le viene de la cohesión dada por la instancia conductora. Rey y pueblo son las dos columnas del derecho moderno. Es manifiestamente frágil el equilibrio del edificio que ellas sostienen. Al promediar el siglo XVI, dicho equilibrio se rompe en favor del monarca. Puede, entonces, hablarse sin restricciones del "derecho divino de los reyes", respecto del cual la revolución -con sus tres momentos originales: inglesa, francesa, rusa- actúa sustituyéndolo por el divino derecho de los pueblos. (Que la postura anticlerical de la revolución iluminista elimine el adjetivo "divino" no cambia un ápice en la función estructural de la idea de pueblo.) En el actual presente planetario casi todos los estados nacionales, reconocidos como soberanos, fundan su poder en el derecho divino de los pueblos.
5.
La expansión económica, código genético de la sociedad civil moderna, aniquila cualquier efectividad real remanente en aquello que fue considerado pueblo. Antes había anulado a la iglesia y a los monarcas como centros generadores de poder y derecho. En verdad, el pueblo, en tanto unidad orgánica, ya agonizaba cuando se lo invocó como fundamento jurídico del estado soberano. El actual paso a las redes económicas de producción de alto valor hace visible, sin ningún disimulo, esta ausencia: el pueblo ha muerto. Si su agonía se manifestó en el proceso mediante el cual fue reducido a juego de partidos políticos y a dictadura de los jefes de estos, su defunción se acusa en la disolución de la conciencia de su unidad viviente: tras haber perdido vigencia su identificación con la burguesía o con el proletariado, su unidad queda acogida a un significante vacío.
Sin que se repare en ello, en nuestros días acaece una mutación básica en los fundamentos del derecho, pues el ilustre cadáver ya no alcanza a sustentar la juridicidad de la expansión económica. Esa mutación es el núcleo conceptual de nuestro presente. Hay en ella elementos futuros aún ignotos. Eso no obsta, empero, para que se manifieste como unidad abarcadora de todo un circuito de tiempo, en el que, desde luego, el futuro es lo determinante. No se trata, pues, de profetizar; sí, en cambio, de descifrar el futuro ya presente.
Las aceleradas mutaciones económicas de la sociedad civil planetaria no serían teóricamente relevantes si no tuvieran como resultado desplazar al estado del centro de la historia y hacer visible la mutabilidad de los principios fundamentales del derecho. El futuro llega, sobre todo, por un canal: la progresiva invalidez, incluso la extinción, del principio jurídico fundamentador del estado nacional soberano en tanto corporización institucional del pueblo. Sin duda, muchos de esos estados sobrevivirán aún largo tiempo, así como han sobrevivido iglesias y monarquías. Pero tal forma de estado ya ha cumplido su misión respecto de la sociedad civil.
¿Qué derecho divino está gestándose? El de la gran corporación rediforme, hipermóvil, planetaria, surgida de una célula capitalista tecnocrática que contiene el código genético de la próxima figura global de la conciencia histórica. No se trata, desde luego, de la corporación preindustrial del medioevo ni la clásica "corporation" que constituyó la cumbre del orden capitalista moderno, jurídicamente centrado en el estado nacional soberano. Tampoco se trata de formas jurídico-sociales actualizables por la república liberal-burguesa ni por la república social-popular fascista o comunista. El estado pierde a ojos vista su sentido moderno.
De encarnación del espíritu objetivo, el estado pasó a ser, en los dos últimos siglos (etapas del mundo-burdel y del mundo-cárcel), mero administrador de los intereses de las clases sociales dominantes. Ahora, sin embargo, es visible que la estructura clasista de la moderna sociedad civil sufre, a su vez, una mutación básica cuyo soporte es el burgués fundamento estamental premoderno y cuyo motor es la economía basada en la producción de alto valor. Los extremos cronológicos se tocan: signo de que un ciclo histórico se consuma y a lo lejos se perfilan, como diría Vico, "i tempi barbari ritornati". La sociedad del capitalismo actual posee una estructura básica que refleja la de las corporaciones medievales. Braudel la detectó en el Japón de la preguerra. Yo la he sugerido respecto de la sociedad occidental moderna, donde se halla velada por un sinuoso y difícil desarrollo histórico.
De instancia espiritual soberana el estado pasa a ser la "división" pública de la red corporativa del capitalismo tecnológico en cuya cumbre se sitúa la inventiva semiológica. El analista simbólico, o inventor semiótico, es figura fundamental de la corporación rediforme aún no afianzada del todo. Para que el estado asuma a cabalidad su exclusiva función de administrador sistémico según el nuevo principio de derecho divino hace falta que se produzca la fusión del analista simbólico, el capitalista y el burócrata político en una hiperfigura consumadora de la gran cárcel del mundo. Dicha figura, una y trina, de superhombre es condición de posibilidad de la soberana gran corporación futura y de su control total sobre el planeta.
La clave del nuevo derecho consiste en que la libertad se identifica con la gran cárcel del mundo. La concepción hegeliana según la cual la libertad es la verdad de la necesidad experimenta ahora una reversión dialéctica: no hay más libertad que en la consumación de la necesidad. Las nuevas formulaciones de los derechos fundamentales se harán -futuro aún no presente- de acuerdo con esta estructura-madre, en la cual el estado tendrá nuevo sentido: perderá soberanía, y así como en el medioevo estuvo subordinado al poder religioso, en el próximo futuro quedará subordinado, no sólo de facto sino también de iure, al poder económico. Este es el punto en que, en nuestros días, la inventiva jurídico-política se enfrenta a una tarea en extremo delicada. Será necesario estar atento a su emerger para no profesar triviales optimismos.
6.
Este cuadro, al parecer objetivo, suscitará alegría en algunos, y en otros, tristezas e, incluso, temor, según se piense que se acerca un período de bienestar generalizado o uno de enormes restricciones a la libertad individual, por cuanto los sistemas perfectos no pueden permitirse excepciones y privilegios. La ambivalencia de las reacciones certificará, en todo caso, que se toca la máxima profundidad histórica, aquélla en la que se tejen y destejen ciertas formas básicas del tiempo, sus mutantes y a la vez permanentes estructuras-madres, en un eterno retorno que hoy sólo tiende a mostrarnos su cara de novedad.
¿Qué cabe esperar a los individuos y a los grupos ante este panorama? ¿De qué modo situar, ante la olímpica majestad del implacable poder que subordina al estado (mal que mal, todavía nuestro paño de lágrimas) y al derecho, que sanciona y santifica su vigencia, fenómenos tan desmesurados como las hambrunas y las guerras sucias, el terrorismo (también el buro-tecnocrático), las crisis -apenas veladas- del sistema económico mundial, la génesis de potentes focos de resentimiento, la degeneración de la productividad de alto nivel (opiáceos químicos, ideológicos y hedonistas; armas carísimas que presuntamente nunca han de usarse; cretinización informatizada)? ¿Qué hacer? ¿Cabe hacer algo?
Las anteriores son variantes de una misma pregunta, aquélla por la autoafirmación de la parte frente al todo, del universal concreto frente a la representación abstracta; en suma: por un derecho divino siempre sofocado y nunca vigente: mi derecho y el de los míos (familia, linaje, comunidad profesional, amigos), por el derecho en primera persona, frente a un orden socio-económico que puede concederme todo menos permiso para abandonarlo. Y esta pregunta no es un mero componente anárquico-romántico frente a la inminencia de un nuevo milenio de sistemas jurídicos. Concierne a la mutación del derecho y al destino del estado, antes deducidos de las transformaciones económicas básicas.
Muchas dispersas regiones del planeta soportan ya la producción de alto volumen -- con sus secuelas de deterioro ecológico, desarraigo de tradiciones y pauperización degenerante -- para hacer posible la producción de alto valor en los móviles centros de la omnipresente red de poder económico, desde Silicona – Valley hasta los centros de computopía a lo Masuda. Muchos individuos se degradan a la sola condición de átomos de magma social para permitir la fusión de capitalista, inventor semiótico y político burócrata en la unidad trina del superhombre corporativo del futuro. Dichas regiones corresponden a supérstites estados soberanos sin poder en la sociedad mundial. Esos individuos son -somos- miembros fantasmales del cuerpo descompuesto del populus, sin más perspectiva que alienarse en el vulgus.
¿Estos individuos y estas naciones tienen como única alternativa ser pasivos portadores de metástasis social? ¿Naciones como las latinoamericanas han de resignarse a aceptar con carácter de némesis divina las minusvalías productiva y jurídica? ¿Cabe que, para ellas, el juego de expansión y recesión sea el signo de su permanente desaparecer de la experiencia histórica? ¿Y el hombre de genio, no integrado a las redes de análisis simbólico –es decir, el inventor semiótico no sustentado en la intermediación estratégica de las grandes corporaciones-, tiene por eso que ser un irredento paria, sujeto pendular entre alienación y frustración?
El interior de cada hombre y de cada individualidad colectiva es el punto de partida de las aventuras del espíritu, incluso, de aquellas del poder que, en primera instancia, se les sobrepone desde fuera. Allí, -- in interiore hominem --, es donde la libertad tiene su sede. Pero el interior de cada hombre es cada vez más una rareza en nuestros días. La interioridad se compone cada vez más de información abstracta internalizada, sobre la que trabajan los analistas simbólicos. Las mutaciones del derecho tienden a centrarlo en el sujeto standard así formalizado. Y el destino del estado se limita a protocolarizar ese derecho. Si el interior del hombre es ahora la cárcel internalizada, las libertades de las naciones abstractamente soberanas y de los genios no integrados por mediación estratégica se muestran exhaustas antes de emprender vuelo. (Esto acaba, también, siendo verdad para las naciones poderosas y los genios integrados.) Para liberarnos de nosotros mismos, la sociedad civil moderna dio con la solución radical: el interior del hombre sea una cárcel.El camino es la subversión del imaginario la nemesis que se va creando como aparato global jamas se terminara de completar.


"Todo lo sólido se desvanece en el aire..."

Así como la Tierra "firme" de los continentes es apenas una "placa", que se desplaza, flotando sobre un mar de magma volcánico...

Al parecer, el actual "status" es algo mucho menos "estable" de lo que parece...
Creemos tener una idea clara de lo que es, pero, ¿corresponde a la Realidad?


EL CAMINO ES LA SUBVERSIÓN

El camino es la subversión Cuesta decirlo en un País , que ha vivido el terrorismo, desde hace màs de dos décadas , ya que este no se a extinguido, sino que más bien se ha desplazado, hasta nuestras relaciones individuales de poder por el miedo, y como uso sistemàtico de poderes, como el estado o transnacionales, pues el juego esta bien jugado, ya que el miedo apunta a la inmovilidad, lo que se va cediendo, es tanto como se pueda para que nada realmente cambie, y todo vaya cambiando al mismo tiempo día a dìa. Es tan fuerte la carga de la subversión, y tan grande su represiòn en este paìs y ahora en el mundo entero, que solo puede estar reservada para los locos o los que serán llamados como tal, pero es preciso recuperarla, sin esta el poder terminara siempre por afianzarse, ya que no hay cuestionamiento que arriesgue que en si no sea subversivo. El arte tiene en su compromiso subversivo, lo que realmente le da vida y verdad. Por eso no hablamos de subversión de coches Bombas y balas, sino una de signos de comunicación, para desnudar al poder y al no poder. El 11 de septiembre acabo lo que se entiende como Postmodernidad y empieza una guerra entre lo local y Global, los discursos se viene enhebrando y construyendo sus redes, el individuo las va sintiendo. Pero también puso una vaya muy alta al arte, la acción terrorista produjo la “imagen Teatral” màs poderosa de todos los tiempos, una imagen mediática, que le lanza un reto a toda el arte de estos tiempos, en el Perú Vladimiro Montesinos también lanzo el reto, jamás una obra podrá deconstruir el proceso del poder como él lo logro, màs creemos que puede intentarlo. Pero para esto deberá de dejar sus actuales espacios y herramientas, el camino ya a estado dado desde hace mucho tiempo, ya es hora de tomarlo abierta y sistemáticamente, dejemos los teatros, la verdadera teatralidad, esta en lo social, en las acciones políticas, en los medios, hay que alterar los sistemas, subvertirlos, los artistas no pueden ver a los poderes del estado como sus aliados, ni a los poderes privados como tales, a todos ellos hay que usarlos si , pero para confrontarlos, la nación y el País no se construyen por esos poderes, ellos controlan y reprimen el crecimiento, hay desnudar su verdadero juego, traicionarlos constantemente y por otro lado el no poder de las grandes masas, tampoco podrá ser nuestra bandera, el discurso de la emancipaciòn del pueblo vendrá por su propia lucha, directamente nada tenemos que ver con ellos, no podemos representarlos, aun si venimos de ellos, el mecanismo de la representación es impostado, lo que hay que hacer esconfrontarlos y cuestionarlos también, tanto o más que a los poderes instituidos, si hay algo que corrompe al hombre es el poder pero si hay algo que lo envilece màs es el no poder. Colectivos de personas conscientes, sensibles. Preparados con una inteligencia Militar, que puedan generar El imaginario Artístico más potente, aquel que deje el hito histórico de la lucha constante, más no se trata de cuadillos, sino de todo lo contrario, lo más subversivo es la verdad, subversión, no es otra cosa que dejar la versión subterránea a la vista aunque sea por unos segundos, y estas son irrestibles a los hombres, generàn su odio y su miedo. Así que la subversiòn es aquella que esta dispuesta hacer subvertida , dejando ver el terrible juego de egos que la soporta, la lucha contra los sistemas, no puede pasar por el acciòn pura, como la ley del espejo el trasgresor se convierte en una cosa peor de la que combate. Por esto el gran sacrificio, la recuperaciòn de la tragedia. El arte y la vida, el sueño y el sueño tendrán que evidenciar sus lazos màs internos sus cordones umbilicales jamàs cortados, el Artista tendrá que mancharse y dejar sus espacios sagrados, para infectar al Cratos y que esto lo infecte a el, al final solo podemos decir que bendita sea la maldad ya que ella nos somete a la critica de la conciencia. --------------------------------- En esta ocasión presentamos en la muestra nuestro último proyecto Exaltación al Miedo, más no completo, este es solo uno de los que hicimos y de los que presentamos en la temporada en Barranco y los que presentaremos en la exposición esperamos en Noviembre en mesa Redonda, trabajos como: Combate en Irak Hacia Un sendero luminoso, Economía informal, vota por N, y suspiro Chileno, queda afuera de muestra ya que tememos, que la critica quedara enterrada por el olvido y la indiferencia, una cosa así fue la que paso en el 2002 con nuestro proyecto Mu-Art Delivery, el cual causo un interesantísimo impacto en la muestra, para luego ser relegado afuera de los limites del Teatro y olvidado como toda cosa importante en este país. Lo malo es que estos trabajos no presentados explicarían mucho mejor la propuesta que construimios ahora, la cual llamo Alteración de sistemas, l consiste en infiltrase en x sistemas y alterarlos, saliendo totalmente del hecho escénico, pero consiguiendo la teatralidad del Simulacro, tendencias como estas las podríamos recoger, desde los perfomances y otras pero quizás lo que más se aproxime sean las experiencias de A gusto Boal, más nuestro verdaderos maestro son los retos a los que nos confronta nuestro tiempo y sobre todo los Mass Media. El trabajo que presentamos es el más cercano al código teatral “convencional” mas este trabajo se entiende mejor mirándolo como una intervención que pasa del código de representación a una más de presencia, performatico, con un lenguaje fragmentado, no quiero decir más de este trabajo de lo que esta en el programa y sobre todo de la lectura que ustedes le den al trabajo, pero si quiero compartir algo de su proceso , ya que olvidamos mucho esta parte esencial de la creación, olvidando de el proceso socio económico que soporta nuestra obras. La actual nace del proceso autogestionario de Teatro Loco, aunque con apoyos de Cuatro Tablas, Edith Sachs Artes Visuales y del Teatro de San Marcos, compañeros que de alguna manera entienden aunque mal, la responsabilidad del ser colega dentro de la jungla de producción Cultural limeña, ensayada en la Playa y plazas públicas, el proceso solo podría referenciar como de Apropiciación colectiva muy atenta al imaginario social yPsicológico, es decir esta creado con un robo sistemático, como creo que yo que se debe y se crea la cultura, en una época de las informaciones, donde la Internet y los medios nos bombardean de información es de estúpidos no aprovecharse y los conflictos de autoría no los puedo más que tildar de arcaicos y de doble moral, como no nos sorprende, los robos de Shakespeare para su obra, o todo el imperio ingles hecho con la base de los Piratas y Corsarios, o el Robo de Picaso a las culturas africanas sin dejar nada a cambio y si nos escandalizamos por la piratería. Por el Hueco por Quilca, para ellos mi enorme agradecimiento, en fin siquiera quiero reconocer un poco a quienes les hemos robado: Agusto Casafranca Adios Ayacucho, Dramaturga belga obra Porque Porque Wanulele tocando la temática de Ruanda, Diana Collazos actriz que deserto del proceso pero que lo enriqueció increíblemete,Martín Padilla que se fue bastante desgastado enriqueciéndolo también, Ricardo Riyawar, JuliaSalinas, Yuri, José Behr, Julio Achaúi, los Niños de las playas,los rateros y asesinos,los cuales asesinaron a una persona con 11 cuchilladas a metros de la playa en que ensayábamos, la familias de las plazas y playas, Ancon, Barranco, campo de Marte, el Rimac, Cómas (Teresa Rodríguez, Jorge Alvarez , Nadia Alvarez, Seres más que hermosos y fallidos y que le dan su vida a esta puesta) en fin muchos más imposible mencionar a todos, Martín medina, Toño Quispe, Enrique Mágico,Angelo Quispe, Miguel Blásica, Lucho Paredes, Jorge Rodríguez, Mario delgado a los cuales estoy más que agradecido.Los testimonios de la guerra civil terrorista en el Perú recogidos por la comisión de la verdad, los testimonios del 11 de septiembre, los testimonios dela resistencia Palestina, Noam Chomsky, Lyotard, Ludwig Von bertalanffy, Peirce Nietzsche, Grotowoski, Artaud y la Biblia. El espacio de la obra es la Psiquis del espectador, el espacio físico es solo referencial aunque es importante que sea público y que este cargado de imaginario no vació, el espacio vacío es un engaño, la obra esta estructurada por un método extrapolado a la Música el cual llamo metagrama y que voy perfeccionando, esta es una de mis grandes preocupaciones de que es lo que puede estructurar un arte interdisciplinario, o el acto de la vida cotidiana y la alteración de sistemas, entender el trabajo de Teatro Loco A.S como vanguardia es una estupidez, solo se trata de tomar los retos que nos lanza nuestra contemporaneidad, entender que los miembros de Teatro Loco suscriben este o otros textos también lo seria creo que cada uno le encuentra o busca su particular sentido al Arte subversivo que propongo. Y siendo así de abierto invitamos a todos aquellos que tengan el valor de participar en una experiencia subversiva y ser parte del grupo contactos:92138872, teatroloc@yahoo.com No se trata de una militancia obediente, se trata una lealtad critica y es eso lo que ahora esperamos de todos ustedes su crítica Ah no propongo una subversión de mascaras ni de capuchas, ni de seudónimos, propongo una valiente, con la mirada al descubierto, y el corazón herido, propongo como ya lo dije la recuperación de la Tragedia. Christian Franco Exaltación Al Miedo Jueves 22 de Junio 5:00 PM Esquina de Jirón Ica con Cámana 2006 X Muestra Regional de Teatro Teatro Loco A.Sco

La locura y el cambio Social

Reflexionando sobre la LOCURA Y el CAMBIO SOCIALReflexionando sobre la locura, la enfermedad mental, los nudos vitalesque nos hacen sufrir, voy perfilando posiciones, afilando el discursopara construir un pensamiento que se corresponda sobre deseos quetenemos las personas que relacionamos una óptica revolucionaria parala sociedad con una praxis no opresiva del ser humano en loterapéutico.El tema tiene una gran complejidad, ya que cuando uno avanza en elconocimiento y la búsqueda de una vía de liberación social y unasformas de terapia no alienante, ni violenta se va dando cuenta de queno hay soluciones puras y perfectas del tipo, que la psiquiatría da ala cuestión de la locura o como ellos (psicólogos y psiquiatras)prefieren llamarlo enfermedad mental (sin que ambas cosas sean lomismo)[1] Partimos de una critica a la simplona, reduccionista,peligrosa y corta idea que tienen la psiquiatría institucional[2] delser humano y de la locura. Para esta corriente avalada por la nueva"verdad absoluta" y "objetiva", la Ciencia, el ser humano tiene unosproblemas síntomas o enfermedades que tienen que ser erradicadas,eliminadas, anetesiadas o modificadas sin ningún tipo de reflexión quevaya mas allá. Sin entender que el síntoma es resultado de unconflicto tiene un significado dentro del todo contradictorio que esel ser humano y si lo eliminamos sin más estamos matando una parte delsujeto, que no siempre tiene porque ser perjudicial.A lo largo de la historia de la psiquiatría los métodos han idoevolucionado pasando de una gran brutalidad (encierro violento,"terapia" electroconvulsiva, camisa de fuerza, etc.) a ser más sutilesy "civilizados" (refuerzos, extinciones, castigos, psicofármacosanestesiantes, etc.).Es decir se cambian los medios aunque los fines siguen siendo losmismos modificar, corregir la conducta para normalizar a la población,aniquilando la pluralidad y las ganas de vivir de otra forma que nosea la más productiva para el sistema social en que vivimos.Otro apunte es realzar el carácter histórico y social de la locura ysus respectivas formas de curación, con esto quiero decir que lalocura paso en un momento histórico de ser un error de juicio (unaopinión diferente) a ser, con la creación de los manicomios y eldesarrollo de la psiquiatría, un defecto o debilidad mentalinferiorizante a corregir. Otro ejemplo de ello es como hasta hace 40años la homosexualidad era considera por los psiquiatras como untrastorno mental, una enfermedad a curar.Sin olvidarnos de las diferencias culturales que hacen que otrassociedades (supuestamente menos civilizadas) cambien sobre todo haciauna mayor la aceptación social de los llamados locos (inclusovaloración y utilidad de las locuras) posibilitando que las locurassean vividas sin marginación, estigmatización y violencia. Además esinteresante apuntar que en otras culturas no se dan algunasenfermedades que se dan casi en exclusividad en la cultura occidental(ejemplo el estrés).La terapia que significa servir, cuidar o ayudar a quien lo quiere, laentiendo como una labor social que debe tener prácticas basadas en lalibertad que debe aliase con nosotros los de abajo (oprimidos/as) enpos de paliar el sufrimiento que esta sociedad nihilista e injusta nosprovoca. Sin olvidar dos cosas importantes; que el sistema social(capitalismo y patriarcado) es directa o indirectamente el generadordel sufrimiento de la humanidad. Y que para que este terrible sufrirno siga pasándose no tenemos que hacer terapia sino la revolución. Enel mientras en el que estamos podemos hacer terapia como alivio,desarrollo y compresión individual, con la intención de vivir másplacenteramente pero con la atención puesta en no caer en laautocomplacencia fácil y la falta de compromiso social y colectivo.Respecto a la compatibilidad de una actitud revolucionaria y aposibilidad de una terapia no opresiva no podemos creernos que esposible ser muy "progres" de ideología (votar PSOE, colaborar con unaONG, dar limosna, etc.) y en la práctica dar descargas o hacermodificación de conductas. Esto no parece muy congruente ycorrespondería a pensar que la psicología no tiene ideología o estavaciada de ella (algo demasiado habitual y muy perjudicial) y que notiene un papel de control, disciplinario y normalizador que resultadeterminante para construir a unos sujetos bien sujetados, dominados,sirvientes y contentos en su opresión.Voy a intentar adentrarme en la cuestión de la locura y el cambiosocial. El intento de entender en su complejidad la locura es unlugar de partida privilegiado para criticar la normalización comocura, que se nos quiere imponer contra la voluntad de muchos denosotros. Cuestiones que relativizan y complejizan la enfermedadmental son:El síntoma puede tener un valor valioso para entender al ser humano (acada cual) no siempre tiene que ser eliminado. La psicología en miopinión no es un mercado donde cada cual cambia el caprichito de loque menos le gusta de si mismo (unos kilitos de mas o un miedocotidiano) y mal vamos si se trata a raja tabla de los mismosprincipios del capitalismo la oferta y la demanda[3]. Hay procesos queson llamados patológicos que pueden entenderse como nudosexistenciales o problemas vitales que pueden hacernos crecerpersonalmente (como ejemplo a veces la depresión) y que no tiene queser siempre eliminados o tratados con el afán de estar siempre happy,happy (obligación de felicidad y prohibición de la tristeza muycaracterísticas de nuestros días). En la vida el dolor y el conflictoexisten y no podemos negarlos, en todo caso podemos aliviar ycomprender para llevar el sufrimiento menos asfixiantemente yanalizar los conflictos internos y externos para que el deseo nosempuje a conseguir un mundo más justo y más placentero para todas laspersonas. Cuando eliminamos síntomas, modificamos conductas oobligamos a dar fármacos ¿a quien estamos sirviendo y cuidando? (a lospsiquiatrizados o encarcelados o enfermos) o ¿lo que estamos estranquilizando y curando a los demás de su intolerancia y miedoshacia la locura que todos llevamos dentro? ¿y que algunosexperimentan de manera mas intensa o diferente porque no quieren o nopueden reprimirse sus locuras?.Todo esto no es aunque parezca (por ahora) una apología de la locura,de la ruptura con la realidad, del sufrimiento, sino un relativizarponiendo en cuestión la violaciones éticas y sociales que sufren losafectados por la psicología y psiquiatría en todos sus campos deaplicación (que por desgracia son cada día más). No esta demás aunquepueda parecer exagerado y extremista poner topes a la violenciairracional de la razón que a olvidado a la personas que hay detrás de"sus" etiquetas y bajo el paternalismo de la ayuda ha hecho y hacehoy en día autenticas barbaridades que no voy ahora a enumerar.Desde la necesidad del cambio social y la lucha por él, la ruptura conla realidad generalizada a nivel intrapsíquico o psicosocial nosdificulta o imposibilita la imprescindible organización yconcienciación necesaria para ir en camino de la emancipación de lasopresiones.La adaptación racionalista y sumisa (normalización) que nos propone lapsicología como solución frente a la enfermedad mental me parece unapeligrosa y contradictoria opción, si tenemos en cuenta que esanormalización tiene consecuencias muy negativas según los criteriosde; no alienación, de desarrollo personal, intelectual, social,sexual, etc. que tenemos las personas que creemos que el ser humanopuede ser algo mejor (más pleno, consciente, autónomo, libre, justo,vital) que el ciudadano normal (el mayoritario ) el que ellos nuncaquieren describir pero al que siempre aluden para dictaminar quienesno somos lo normales y quienes somos enfermos mentales[4].Frente a la posición reaccionaria e ilusa que defiende lanormalización[5] como cura y solución a la enfermedad mental, tenemosalternativas que si no completas y perfectas creo que apuntan otras"salidas" interesantes y congruentes con nuestros deseos. Lasprincipales aportaciones a este se las debemos al movimientoantipsiquiatrico en su vertiente más subversiva y política. Yo mepermito dar mis versus (alternativas-soluciones no perfectas oacabadas). Contra: la adaptación, la normalización, los tests deinteligencia, el conductismo, los electroshock, los fármacos, elcastigo, el control, el encierro, las 10.000 por sesión, la represiónsexual, la experimentación animal, la soledad, la autoridad, elcapital relacional que tenemos que explotar, la psicología alservicio de la policía, los empresarios y los jueces, el trato comoobjeto, la etiquetación, el aislamiento social, el consumismo, elcapitalismo, el trabajo asalariado, la ideología burguesa, lamodificación de conductas, la terapia sexual, la falta de cariciasafectivas y sociales, los problemas y angustias económicas, ladiscriminación y la problemática de genero, aniquilar o anestesiar elsíntoma, la miseria sexual, etc. Contra esto tenemos latransformación, la subversión contra lo establecido, las comunidadesterapéuticas sin barreras, la libertad sexual y su promoción, lapsicología vivida desde abajo y con los de abajo, el apoyo mutuo, lapluralidad, la rebelión, perder los miedos y los tabúes, fomentar laautonomía personal, la Antipsiquiatría, el humanismo, los grupos deautoayuda popular, colectivos de cooperación sexual, una sociedad nopatriarcal, la cultura popular, la escucha de igual a igual, escucharel síntoma, la economía comunitaria, la sexualidad y la libertad comoterapia, la nueva identidad, el autoconocimiento y aceptaciónpersonal, el psicoanálisis, la no patologización, unos hábitos masafectivos que faciliten el contacto corporal, el no reprimir lossentimientos, la persona por delante, el hablar, la revolución,,,,,,es decir las Soluciones, que no los parches, vendrán si nosotros ynosotras las conquistamos. Manos a la obra.--------------------------------------------------------------------------------[1]Locura es un termino popular que tiene distintos interpretacionesya que su significado es abstracto (ejemplo, los locos de amor o dealegría). Parte de que cada persona tiene las suyas, sondifícilmente demostrables y estigmatizan menos que la enfermedadmental. Que es un termino científico-técnico, que margina y posibilitala dominación legitimando el orden social en que vivimos. Es unconcepto paternalista que utilizo la psiquiatría para apropiarse de lalocura para poder curar o eliminar este defecto o debilidad (laenfermedad mental) como haga falta.[2] Son los seguidores y creadores de los DSM y CIE, verdaderasBiblias donde esta "la verdad" sobre la anormalidad y la enfermedadmental. ¿Las nuevas leyes?. También podemos incluir destacadamente alos conductistas o como prefieren llamarse ahora( por aquello de noquedarse anticuado con lo de la caja negra) conductal-cognitivo enesta corriente.[3] El supermercado psicológico que satisface a la persona demandante.Sea lo que sea. Aunque la problemática sea una obsesión impuestasocialmente (unos kilos de mas, ser el mejor en, triunfar en, serperfecto en). El sujeto activo se convierte en un cliente- objeto querecibe unos servicios a cambio de dinero sin ninguna consideraciónética, ni política por parte del que da el servicio (el empresario) elpsicólogo.[4] Estaría bien que explicaran que atributos debemos tener para estardentro de la norma (normalidad), para saber ya "científicamente" quetipo de personas debemos ser por las buenas o convertirnos ycorregirnos por las malas. Parece que el ciudadano normal seria algoasí; persona con ingresos altos, televisivo, consumista, sumiso,heterosexual, competitivo, demócrata, que trabaja mucho, casado, noextremista y sin desviaciones ni manías, etc.[5] Normalización. Pretender y exigir la normalidad es matar lapluralidad, la diferencia. Esto es digno de un pensamiento fascistatotalitario. Normalizar no nos lleva a cuestionar, si esa normasubjetiva y arbitraria es beneficiosa y justa para todos. Ser elciudadano normal parece partir de supuestos como; respetar las leyes(justas o no), las normas morales (beneficiosas o no para uno y lasociedad), de que la mayoría siempre tiene razón, que de la opresiónsocial s algo justo e inmóvil. por tanto es un criterio ideológico ypolítico reaccionario.

Fundamentos para una sociologia de la Guerrilla

INSURGENCIA SIN REVOLUCIÓN.
La guerrilla en Colombia en una perspectiva comparada. Ed: TM, IEPRI (Universidad Nacional de Colombia). Colombia, 1996.
-Eduardo Pizarro Leongómez-

CAPÍTULO 1: INSURGENCIA Y REVOLUCIÓN EN AMÉRICA LATINA
· En AL se pueden distinguir dos etapas o estrategias en la lucha guerrillera:
- 1. El Foco guerrillero: Llevado a cabo en Áreas rurales (59-70) de países andinos y centroamericanos como Cuba y Bolivia, y como guerrillas urbanas en Brasil y otros países del Cono Sur (a partir de la muerte del "Che" Guevara).
- 2. La guerra popular prolongada: Que se suponía era motor y preludio de una insurrección popular. (Guatemala, El Salvador, Colombia, Perú)
· Revolución (concepto). El concepto de revolución que por cuestiones metodológicas utiliza el autor tiene tres elementos:
- Es un cambio súbito.
- Requiere que en el proceso de cambio se produzca simultáneamente un cambio político y un cambio socioeconómico.
- Se produce a partir de una confrontación violenta entre grupos insurgentes y el poder establecido.
· No toda revolución es exitosa. Para el marxismo clásico, la revolución es una regla necesaria de cambio histórico, pero esta es una lectura muy optimista y triunfalista, ya que la historia ha demostrado que no toda situación revolucionaria conduce inexorablemente a un éxito revolucionario. La distinción entre situación y resultado revolucionarios nos pone en la necesidad de explicar las causas de este éxito o fracaso.
· No es posible tampoco generalizar sobre las condiciones necesarias para el surgimiento de una revolución, ya que esta obedece a procesos complejos de interacción que pueden o no fracasar. Se reconocen entonces tres procesos convergentes:
- La aparición de una coalición de contendientes que pretenden el poder, en la cual el segmento revolucionario tiene mayor capacidad de decisión.
- Existencia de un apoyo significativo de la población.
- Incapacidad del grupo que se halla en el poder de reprimirlos.
· Según Michel Dobry, los recursos para la acción colectiva no son inagotables y dependen en buena medida del contexto en el cual se inscriben. Debido a esto, un proceso revolucionario debe ser considerado como un proceso complejo, por lo que son impredecibles por naturaleza. Así, existen condiciones necesarias para que un proceso revolucionario tenga alguna posibilidad. Para Pizarro estas se dan según: La capacidad del poder político de controlar a los grupos insurgentes. El liderazgo y la capacidad de estos para tejer alianzas. Y la forma en que estos aprovechan las distintas circunstancias o coyunturas que se presentan. Así, "...la diferencia entre las experiencias fracasadas y las experiencias logradas es, en lo fundamental aun cundo no exclusivamente, de orden político..."(pp.8.)
· Para el caso específico de AL, y a partir de los estudios de diversos autores[1], Pizarro concluye que "...las revoluciones exitosas se produjeron bajo regímenes políticos afectados por hondas crisis de legitimidad y los movimientos insurgentes fueron, a su turno, capaces de generar una legitimidad alternativa que encontró apoyo, incluso en el exterior del país."(pp.12) En otras palabras, Pizarro pone el acento en la capacidad de los grupos en medio de contextos favorables para su victoria.

CAPÍTULO 2: LA EMERGENCIA DE LOS MOVIMIENTOS INSURGENTES
· Para un buen análisis de la emergencia de estos movimientos, es necesario diferenciar tres formas distintas de violencia colectiva
- Violencia social: en función a intereses concretos y a demandas concretas de un grupo social. Ej.: huelgas obreras, rebeliones campesinas y movimientos sociales en general que involucren graves enfrentamientos con la fuerza pública
- Violencia política: Animada por la "conducta política" de un grupo organizado, "implica ataques destructivos desarrollados por grupos opositores en el seno de una comunidad política, contra sus autoridades y sus instituciones políticas"[2](pp.18) Una acción guerrillera por ejemplo es ante todo una acción política, cuales quiera sean sus niveles de articulación con el movimiento social. Ahora, reducir la violencia política al simple cálculo de un grupo, es quitarle la totalidad de las relaciones sociales en que estuvo enmarcada la decisión; "(es necesario) considerar la emergencia de un grupo armado como el resultado de un proceso complejo que le exige al investigador un arduo trabajo de reconstrucción de la historia del actor colectivo, del contexto sociocultural y político en el cual emerge y de las influencias ideológicas que incidieron en su nacimiento."(pp.20)
- Violencia mixta: Cuando un actor político se coloca al frete de un conflicto social y lo instrumentaliza en su perspectiva de confrontación con el sistema político o con el Estado.
- Conflictos no realistas: denominación que Lewis Coser da cuando el comportamiento violento carece de carácter instrumental. Es decir, la acción que estos ejecutan no representa en forma nítida un medio para alcanzar un fin. Están animados por un "comportamiento respuesta" que obedece a una situación límite como puede ser por ejemplo el agravamiento insoportable de las condiciones de vida de la población.
· Son dos las explicaciones tradicionales sobre el origen de las guerrillas.
- Explicaciones estructurales. Privilegiadas por quienes justifican o simpatizan con la guerrilla. Explican su surgimiento a partir de situaciones de marginación, pobreza o falta de democracia. Uno de sus principales teóricos es el profesor Johan Galtung de la Universidad de Oslo, quien afirma que al lado de la violencia física, es decir, aquella que se produce en forma directa sobre el individuo (lesiones, muerte), existe otra forma de violencia que él denomina "estructural" y que abarca la pobreza, frustración, represión y alienación. Esta explicación "condujo a que se piense la emergencia de los focos armados como un "comportamiento-respuesta" a determinadas insuficiencias estructurales."(pp.22).
Son varias las críticas que se hacen a este tipo de explicación, diversos estudios[3] han llegado a la conclusión que los problemas estructurales pueden llevar a un individuo incluso a la resignación y la apatía, más que a la cólera y a la movilización. Además, para que un grupo guerrillero se levante en armas debido a la marginación o pobreza debiera sufrirlas, y ahora se sabe que "los principales agentes que impulsaron los focos armados en América Latina[4] en los sesenta no provenían, en lo esencial, de las capas más deprimidas de la población. Por el contrario, se trataba de estudiantes, de profesionales y de empleados estatales, es decir, de sectores de capas medias."(pp. 24)
Existe otra vertiente similar a la violencia estructural, es la de la violencia institucional. Esta hace derivar la violencia política de la violencia física o simbólica producida por el propio Estado, reproduciendo nuevamente la idea de "comportamiento-respuesta". Contra esta explicación, Wieviorka nos recuerda que la apertura política y la extensión de la democracia pueden, en efecto, perfectamente acompañarse de una verdadera escalada de violencia, como el caso de los atentados cometidos por la ETA después del franquismo, y el surgimiento de SL y el MRTA luego de la apertura democrática de 1980.
- Explicaciones instrumentales. Privilegiadas por quienes se opusieron de manera frontal a la guerrilla. Dice que los focos armados surgieron de una manipulación externa desde centros de poder internacional. Esta explicación, que pone el acento en la voluntad como origen de la guerrilla, es defendida por Peter Waldmann diciendo: "es esencial recordar que la violencia no es el producto de estructuras sino el resultado de acciones y voluntades humanas"[5](pp.16) de forma parecida Felipe Mansilla afirma que las guerrillas latinoamericanas de los años sesenta emergieron, ante todo, como resultado de una decisión subjetiva en un contexto histórico y cultural apropiado. Así, "la emergencia de los focos armados se dio en contextos nacionales muy diversos, algunos favorables y otros desfavorables para su expansión y consolidación."(pp.28)
· Es interesante la diferencia que Aguilera realiza entre el momento del nacimiento y el momento de la consolidación y expansión de la guerrilla, ya que coloca un acento más decisional en al primer momento y más estructural en el segundo.
· Surgimiento de los grupos guerrilleros en AL en los años 60´.:
- Durante los años sesenta el eje del debate político-intelectual en AL era el tema de la revolución. Dado que la situación de la región estaba caracterizada por un estancamiento económico en el marco de una estructura social tradicional, y por una creciente movilización popular, fue interpretada como un estado prerrevolucionario. De esta forma, al contrastar los cambios rápidos y radicales de la revolución cubana, con la inviabilidad de cambio a partir del modelo capitalista de desarrollo y el fracaso de la transformación democrático-radical tanto en Guatemala (1954) como en Chile (1973), la ruptura revolucionaria se hacía necesaria.
- La existencia de las guerrillas en resumidas cuentas se justificó de dos formas: con el reconocimiento de una crisis de legitimidad de los proyectos nacionales de la oligarquía (con lo cual el proyecto político de los grupos insurgentes estaba justificado) y con la constatación de la dominación que estos ejercían (con o cual se hizo necesaria la formación de aparatos capaces de enfrentarlos en el plano militar)
- Al mismo tiempo se realizó una "inversión doctrinaria" en la medida que el partido (entendido por Lenin como la vanguardia de la revolución), era reemplazado por el foco guerrillero. A esta inversión doctrinaria, le sigue una inversión en la acción, así, "Todas las energías se hiperconcentran en la pura acción, en el ensimismamiento del grupo y en el cerramiento doctrinario, con lo cual es fácil derivar hacia ideologías absolutas que sobrevaloran la actividad restringidamente militar. El grupo insurgente tenderá a expresarse más a partir de principios, que como fuerza social real." (pp.36)

CAPÍTULO 3: FUNDAMENTOS PARA UNA SOCIOLOGÍA DE LA GUERRILLA.
· Son cinco los rasgos (siguiendo a Schmitt) para clasificar a un grupo guerrillero[6]
- Irregularidad. En tanto no son distinguibles de la población.
- Movilidad acentuada.
- Intensidad del compromiso político.
- Carácter telúrico. Intima relación con una población y territorio.
- Ilegalidad.
· Origen histórico del grupo guerrillero.
- Según Carl Schmitt, los grupos guerrilleros se definen por su irregularidad en oposición a los ejércitos modernos que surgen en las guerras napoleónicas.[7]
- El primer hito sería entonces en España, en el combate desplegado por el pueblo español contra Napoleón entre 1808 y 1813.
- El segundo hito provino del ejército prusiano sobre el Landsturm (milicia) del 21 de abril de 1813, firmado por Federico-Guillermo III llamando a una guerra nacional contra Napoleón. Para Schmitt, esta sería la ocasión en que se acreditó filosóficamente y se presentó en la corte al partisano.
- En el marco del congreso de Viena entre 1814 y 1815, se rehabilitaron las nociones del derecho de guerra que habría de dominar el panorama europeo hasta la primera guerra mundial, con lo que se buscaba darle a los conflictos reglas precisas y evitar así que se conviertan en guerras totales. Dentro de esta noción, el guerrillero no tenía lugar y en general era percibido como un criminal. La razón de esto era que no cabía dentro del marco de guerra convencional acotada, y que sus acciones podían generar un clima de terror que podía conducir a una enemistad absoluta y no relativa.
- Es en este contexto que Clausewitz hizo un aporte intelectual con su obra "De la guerra" publicada en 1832, se ubica dentro del marco de las guerras realistas[8], ya que los actores eran los Estados soberanos para los cuales la guerra estaba subordinada a los intereses nacionales. En líneas generales, lo que hace Clausewitz es introducir al pueblo como un elemento central de las guerras. Su fórmula de "la guerra como continuación de la política" implica ya una teoría del partisano. Lenin y Mao Tse Tung llevaron hasta sus extremos la lógica de esta teoría.
- La política, ya desde 1789 con la tradición democrático-liberal de la revolución francesa, era reconocida en su dimensión transformadora del hombre y la sociedad. Tanto Marx como Engels recogieron esta visión transformadora de la política y se interesaron al mismo tiempo por el tema militar. Ambos autores defendían la guerra irregular como una modalidad legítima de defensa nacional popular contra un invasor externo, pero minimizaron su papel en la lucha de clases Así, combatieron "toda forma de acción heroica de minorías exaltadas que apuntara hacia el golpe de Estado o hacia el terrorismo nihilista, así resaltaran la función de la guerra civil en momentos de crisis revolucionaria... Esta postura sin embargo, se vio atenuada gracias a los avances sociales y políticos alcanzados en algunas naciones europeas para la clase obrera, conduciendo a que se favorezca en la 2° Internacional la lucha electoral.
- Es Lenin quien piensa la guerra de guerrillas como una parte consustancial de la guerra civil. El partido debía servirse de ella, así como de otros medios de lucha legales, ilegales, pacíficos, violentos, regulares o no, según lo ameriten las circunstancias. La guerra de guerrillas debía subordinarse al partido y no ser considerada como el único, ni siquiera como el principal procedimiento de lucha. Con el tiempo, luego de la segunda guerra, tanto con el proceso de descolonización como el crecimiento ascendente del campo socialista, la guerra de guerrillas alcanzó su mayor extensión a pesar del desarrollo de armas de destrucción masiva.
- Fue Mao quien llevó hasta sus límites a la guerrilla al considerarla un brazo de lucha al igual que el ejército rojo (que sería el otro brazo). Para él "la moral de la población, es la moral de la nación en armas"(pp.55) De esta forma, Mao se convirtió en el nuevo Clausewitz al llevar hasta sus últimas consecuencias el concepto de nación en armas y la idea de la guerra como continuación de la política.
- En el contexto de AL, es el "Che" Guevara y Régis Debray quienes ejercieron mayor ascendencia. Para ellos sin embargo, el énfasis de Mao en la organización popular fue considerado superfluo, por lo que sólo se requería de un pequeño motor (el foco insurgente) para poner en marcha la revolución en toda el área. Por eso Debray afirmaba que se debía impulsar la guerra de guerrillas sin la construcción previa de un partido revolucionario. Este discurso encontró acogida en jóvenes radicales que se oponían a la izquierda reformista de la época.
· Tipología de la guerrilla. Se diferencian tres tipos de guerrilla: Societal.- busca constituirse como prolongación de un actor social organizado, apareciendo como un movimiento social armado, es de esta raíz comunitaria de donde proviene su fuerza. Militar.- con débil articulación a los movimientos sociales, compuesta por actores-soldados, puede bordear el terrorismo. De partido.- subordinada a un proyecto político partidista, se ubica entre lo limitadamente militar y lo ampliamente societal.
- Una guerrilla que haya desarrollado los tres rasgos (societal, militar y partidario) deviene una suerte de proto-Estado o Estado embrión al ser la sumatoria de una población, un aparato burocrático-militar y una determinada institucionalidad de la representación política. Es importante tener en cuenta que esta clasificación no es excluyente sino se da por predominancia de un rasgo sobre los otros. Al mismo tiempo, estas predominancias pueden ser cambiantes, "no es improbable que un grupo guerrillero, en determinadas circunstancias, se transforme de actor político en actor puramente militar, es decir, que derive hacia una simple "máquina de guerra", próxima o totalmente inmersa en el terrorismo[9]"(pp.62)
· Se reconocen también dos ejes centrales para diferenciar los grupos insurgentes.
- La dimensión relativa a su proyecto. Guarda relación con la utopía social que impulsa a los focos armados. Según esta relación, puede tener una esencia reformista o revolucionaria.
- La dimensión relativa al papel de lo militar. Según lo militar subordine lo político, o lo político subordine lo militar.
· A partir entonces de las tipologías de guerrillas y de los ejes centrales en que estas se diferencian, Pizarro recorre las distintas formas en que estas se originaron, cómo constituyeron su proyecto político, cómo definieron a su enemigo y sus objetivos finales, cómo se legitimaron y cómo se relacionaron con el territorio.
Origen histórico:
A pesar de las transformaciones que sufre todo movimiento, siempre los manifiestos iniciales dejan una impronta difícil de borrar. Muchas de las experiencias post buscarán ser asimiladas con base a la historia de la organización. Así, la guerrilla militar es expresión de una iniciativa política con débil conexión con las tradiciones de lucha de los agentes sociales; la guerrilla de partido es expresión de una iniciativa política de orden partidista; y la guerrilla societal es expresión de la lucha de un actor social relacionado con la experiencia de los agentes sociales.
Proyecto político, relación social y papel de lo militar:
Es necesario diferenciar el proyecto ético-político (fin) del proyecto militar (medio). Pero esta diferencia puede quebrarse al interior de los grupos e invertirse en la práctica. Así:
- Guerrilla militar: Se produce una doble subordinación. Una del aparato político al militar y una del proyecto político al proyecto militar. Esta "militarización de la política, cuyo fanatismo puede estar determinado por el carácter absoluto de los fines que impulsa el grupo y que no sólo supeditan, sino incluso niegan, los intereses inmediatos de los sectores de la población que afirman representar..."(pp.67), llegándose en algunos casos a niveles ilimitados de violencia que sustentan la acción por la acción misma.
- Guerrilla societal: "Al menos en un plano hipotético, se supone que existe una motivación circunscrita al ámbito de la representación societal o comunitaria"(pp. 68). Aunque existe una supeditación del aparato militar al proyecto social, si algunos elementos étnicos (piel, religión) se convierten en valor absoluto, puede derivarse hacia objetivos totales.
- Guerrilla de partido: Subordinación a lo político del aparato y proyecto militar. "...la lógica de la acción militar no va en detrimento de la lógica política tendiente a la sustitución del Estado"(pp.69).
Definición del enemigo:
"La diferenciación entre enemigos relativos o totales sirve a su vez para distinguir entre tipos de guerra acotadas o absolutas. En las primeras, la guerra encierra una posibilidad de paz y en las segundas, la solución del conflicto sólo puede culminar en la destrucción total del adversario."(pp.73) La forma en que se conciba al enemigo tiene relación con el nivel de crudeza del conflicto. Si el enemigo es concebido como relativo, la guerra podía terminar siendo un instrumento para negociar, si el enemigo es concebido como absoluto, la guerra sólo puede culminar con su derrota total
- Por parte del Estado son la ilegalidad y la ilegitimidad los dos grandes criterios para la medición de lo delincuencial, yéndose así desde la concepción relativa (derecho interestatal clásico) a la absoluta del enemigo (derecho internacional antiterrorista)
- Por parte de los grupos revolucionarios se puede calificar de trampa ideológica la concepción del derecho y de Estado, llegando a declararlo como criminal. Los movimientos más articulados a la lógica de lo social o que se manejan con discursos relativos tienden a considerar a su enemigo como relativo y son más abiertos a la negociación. Por el contrario los estrechamente militares o que animan proyectos absolutos suelen criminalizar totalmente al adversario.
Modalidades de legitimación frente a sus bases inmediatas
Se refiere a al forma en que se logra la obediencia de la población. Por Miedo, es el caso de las guerrillas militares, al prescindir de la sociedad terminan buscando u obedeciendo subordinación, no participación. Interés, es el caso de las guerrillas societales. Valores, es el caso de las guerrillas políticas (en la medida que se basan en una ideología) y de las societales (en la medida que se comparte un mismo sistema de valores).
Relación con el territorio
Directamente relacionada con:
- La capacidad de control territorial del Estado. Tanto en las zonas urbanas como en las industriales, la presencia del Estado hace poco factible que las guerrillas logren crear formas de contrapoder local.
- La movilidad y la pertenencia del grupo guerrillero a un territorio. Dado que los grupos foquistas tienden a ser demasiado móviles y no logran relacionarse con la población, no estimulan las reivindicaciones locales y tienen como único mecanismo de control, la represión o la amenaza de su utilización. Los grupos más arraigados al territorio estimulan las reivindicaciones locales y suelen (al menos a un nivel hipotético) reducir los márgenes de arbitrariedad teniendo un tipo de control social de carácter más preventivo.
· Potencial de negociación de los grupos guerrilleros. El potencial de negociación de los grupos guerrilleros está determinado ante todo por tres factores que Pizarro desarrolla con dos hipótesis. Primera hipótesis, el factor ético-político y el papel de la acción militar. Segunda hipótesis, el factor de la relación con las bases sociales:
- Primera hipótesis. Se debe considerar en le proyecto ético-político el nivel de absolutización (cuando lucha por una ruptura radical del orden político y social) o de relativización (cuando lucha por una democracia antidictatorial). También es importante tener en cuenta la relación del proyecto con el papel que se le asigna a la violencia como medio para alcanzar los objetivos. Pizarro considera como "...más rígidas las utopías políticas que la formas de acción militar, ya que estas últimas, salvo en el caso de que se trate de una organización en franco proceso de degradación terrorista, requiere de una cierta adaptación a las distintas coyunturas políticas."(pp.82) más adelante añade que "...tanto la absolutización del objetivo final como la prioridad de la vía armada para alcanzarlo constituyen grandes barreras para que pueda existir una disponibilidad para la negociación política en un actor insurgente."(pp.83)
- Segunda hipótesis. "Entre más aislado y marginal sea un movimiento, más honda será su tendencia al mesianismo y a la suplantación. Por el contrario, un movimiento articulado a significativas redes sociales no pude dejar a la vera del camino las reivindicaciones de estos sectores y, por tanto, es probable que asuma conductas "reformistas"."(pp.83) Quiere decir, que en su encuentro con las demandas concretas de la población, el grupo insurgente que no quiere separarse de sus bases sociales, se ve en la necesidad de negociar o relativizar sus principios.

CAPÍTULO 5: EL APOYO CAMPESINO Y LA EXPANSIÓN GUERRILLERA
· Pizarro comienza con dos advertencias necesarias para el análisis del apoyo campesino a la guerrilla. La primera es que si bien el apoyo campesino es indispensable, no es determinante para el éxito de una guerrilla. No ha existido movimiento campesino que por si sólo tenga éxito, siempre ha sido necesario que se produzca una fusión con el descontento de otras clases sociales. La segunda es que no se debe homogeneizar al campesino, su comportamiento político pude variar de acuerdo con las diferencias entre distintos sectores campesinos y las diversas condiciones que ellos enfrentan.
· Los indicadores que Wickham-Crowley dio para definir el apoyo a los grupos guerrilleros son 3. Es importante tener en cuenta al momento de usar estos indicadores, la comparación entre el apoyo dado a las autoridades y aquél ofrecido a sus contendientes; y el tiempo que va durando el conflicto, ya que es muy probable que entre más tiempo dure menor sea el apoyo, esto debido a que es la población campesina la que sufre los efectos directos de la represión estatal en su intento por debilitar a la guerrilla.
- El primer indicador analiza las modalidades de apoyo que van desde un apoyo pasivo (posible comportamiento no voluntario, inducido por la fuerza o la amenaza) hasta uno activo (por el riesgo que implica presupone un alto grado de aceptación voluntaria). Así, en orden, las formas de apoyo serían: la negativa a informar la presencia de personas armadas en la vecindad, el suministro de información, el abastecimiento de alimentos, la actuación como guías o vigías, la realización de tareas ocasionales de milicia o la incorporación como combatientes a tiempo completo.
- El segundo indicador tiene que ver con la proporción de campesinos que suministran tales bienes y servicios.
- El tercer indicador relaciona las circunstancias en que se da tal ayuda. Si es mantenida o retirada frente a serias amenazas.
· Algunos autores coinciden en que la expansión del capitalismo en el tercer mundo y el cambio macroestructural que produce la dislocación campesina a lo largo del S. XX, la intromisión del Estado y el mercado, y la difusión de un sistema cultural particular proveniente del Atlántico Norte, son las principales causas del apoyo de los campesinos a las guerrillas.
· Sin embargo, a pesar del consenso sobre las implicancias de la expansión del capitalismo, no se ha llegado a un acuerdo sustancial con respecto a las diferentes clases de impactos provocados por este cambio global y la mayor o menor proclividad de algunos sectores específicos del campesinado.
- Wolf y Scott relacionan la proclividad a la insurgencia con la tenencia de propiedad y la independencia relativa (económica y política) a la sociedad nacional para poder desarrollar un movimiento.
- Paige considera por el contrario que estos pequeños propietarios de los que hablan los autores anteriores, son mas bien conservadores y que los más proclives son los que no tienen tierra ya que su ingreso depende de un salario. Así, da al problema una perspectiva que se centra en las relaciones de clase. El conflicto "suma cero[10]" al que se ven obligados los terratenientes que no derivan su ingreso de otra actividad mas que la de la tierra, los obliga a no hacer ningún tipo de concesión al campesino obligándolo a su vez a sublevarse.
- Wickham-Crowley añade a la tesis de Paige la categoría de "campesinos transicionales" o colonos, que al compartir con los otros grupos de cultivadores una forma de conflicto tipo "suma cero", son proclives a apoyar a la guerrilla.
- Migdal encuentra que el campesinado que se halla orientado hacia adentro, afectado por las crisis económicas producto del imperialismo, busca explicar cómo puede establecerse un proceso de intercambio social entre una vanguardia revolucionaria y esas poblaciones campesinas locales, a partir del intercambio de apoyo por incentivos y recompensas personales que sostenidos en el tiempo pueden resultar en beneficios colectivos.
· A continuación Pizarro recorre distintas zonas campesinas de Colombia para analizar las relaciones con los grupos guerrilleros.
- El corredor andino. En las zonas altas del ande parece confirmarse la tesis de Paige, y en las regiones del Cauca y el Tolima al suroccidente del país parece mas bien contradecirse las de Scott y Wolf. En estas últimas, los campesinos son propietarios de sus tierras. Según Wolf los campesinos pobres y los sin tierra son improbables iniciadores de una lucha armada ya que no tienen la independencia estratégica para comenzar una revolución. El caso es que en las tierras altas del ande, a pesar que los campesinos son propietarios, andan continuamente al borde de la ruina y no se hallan aislados ni son independientes ya que se encuentran en medio de la región más urbanizada del país estando constreñidos a un campo de poder que los controla.
- La zona cafetera de occidente. En el pasado la combinación de hacienda comercial con pequeña y mediana propiedad como resultado de la expansión cafetera desde el siglo XIX explicó de alguna manera las revueltas agrarias de 1946-1953. Pero hoy, los sectores dominantes de estas áreas no dependen de la tierra (ya que se dedican al comercio y la exportación) por lo que han concedido reformas sustanciales en favor del campesino. Esta independencia adquirida no ha sido suficiente como Wolf esperaría para la formación de grupos guerrilleros, talvez debido a que el papel del café en la economía nacional ha mantenido a los campesinos bajo estricto control político.
- La costa Atlántica. Desde los 60´ se ha convertido en un área donde predomina la gran propiedad y el uso de mano de obra basada en los campesinos sin tierra o los trabajadores migratorios. Desde la perspectiva de Paige esta ocasión propicia la generación de un conflicto suma cero entre los terratenientes y los trabajadores. En efecto fue ahí donde se desarrolló un movimiento campesino durante los 60´, movimiento que fue reprimido por el Estado. No hace muchos años, dice Pizarro algunos grupos han logrado un cierto apoyo de la población[11]. Sin embargo, la geografía formada por planicies y tierras bajas ha impedido el desarrollo de grandes enfrentamientos armados.
- La zona bananera de Urabá. En esta zona bananera los campesinos dependen absolutamente de los salarios para sobrevivir. A pesar que los terratenientes no derivan sus ingresos sólo de la tierra, la actitud que han tomado ha creado un conflicto suma cero con los cultivadores, ya que no quieren hacer ninguna concesión a sus necesidades. Dentro del esquema de Paige, el hecho de que los terratenientes tengan otra actividad debiera resultar en una actitud más flexible, sin embargo no fue así. Este ejemplo llama la atención sobre la necesidad de no tener lecturas tan mecanicistas que no toman en cuenta otras variables de carácter político, ideológico en incluso cultural y étnico.
- Las zonas de colonización. Claudia Steiner hizo una comparación a partir de trabajos sobre la colonización en otros países, y el mapa de los conflictos armados ocurridos en Colombia durante los 80´ (coincidente en lo fundamental con aquellas áreas que han sido colonizadas durante las tres o cuatro últimas décadas en el país). Así, constató que todo proceso de colonización es conflictivo, ya que las tierras carecen de legalidad, se abren luchas por los recursos vitales, se producen encuentros entre culturas distintas, etc. Esto crea una situación en la que el Estado presenta insuficiencias manifiestas en su capacidad de defensa del campesino frente a la invasión de sus tierras por parte de otros sectores más poderosos. En algunos casos incluso, el Estado se partidirisa con estos últimos. Todo esto, puede llevar a un apoyo de los colonos a la guerrilla, pero esto en tanto se de un conflicto suma cero por la propiedad, una ausencia de títulos legales sobre la misma, una ausencia del Estado o una presencia pero abiertamente comprometida a favor de sus adversarios, etc.Hasta aquí el autor llama la atención sobre la insuficiencia para comprender el apoyo de los campesinos a los guerrilleros si no se toma en cuenta cuestiones más políticas como la capacidad del Estado para ejecutar reformas sociales. Se debe tener en cuenta entonces los factores económicos como los sociales y los políticos, así como el grado de cohesión e identidad de los grupos en conflicto, las fracturas étnicas que diluyen o refuerzan las identidades de clase, la relación de los campesinos con el "campo de poder", etc. En síntesis, dice Pizarro, "La cuestión reside en el cómo y el cuándo, es decir, bajo qué circunstancias esta relación se torna en un conflicto de tipo suma cero."
[1] Robert Dix, Timothy Wickham-Crowley, Peter Waldmann, Carlos Vilas y John Walton
[2] Michel Wieviorka, Sociétés et terrorisme, París, Fayard, 1988, pág.462.
[3] Raymond Boiudon, Snyder y Tilly, Paul Lazarsfeld et.al.
[4] Por ejemplo Venezuela, Colombia, Bolivia, y Brasil.
[5] Peter Waldmann, "La violencia polític en América Latina", en Varios autores, Procesos de reconciliación en América Latina, Bogotá, Instituto de Estudios Liberales, 1986, pág.29.
[6] Scmitt utiliza la palabra "partisano", que es el aparato armado de un grupo político. Una guerrilla en cambio no diferencia el aparato armado del político. En este trabajo Pizarro usa indistintamente ambos conceptos.
[7] Aunque por la forma de acción algunas modalidades de la lucha guerrillera (emboscada, guerra de traición, poca exposición) han sido utilizadas desde tiempos inmemoriales.
[8] En el capítulo 2 al hablar de tipos de violencia, se menciono la violencia social, política, mixta y no realista. Esta última se definía por la ausencia de un fin en el ejercicio de la violencia. Según esto, todas las anteriores podrían ser consideradas "realistas".
[9] Para Michel Wieviorka "El terrorismo puro es una lógica de acción muy particular que distorsiona completamente la experiencia que le sirve de referencia (...). No es solamente una ruptura entre aquellos que la utilizan y aquellos contra los cuales se dirige, sino también y ante todo, es una relación que se convierte en irreal o artificial entre sus protagonistas y la figura colectiva que estos pretenden representar"
[10] Aunque Pizarro no define este concepto, es evidente que se trata de una situación en la que ya no hay ningún tipo de concesión. Los dueños de tierras al tener estas como único sustento, no son capaces de negociar con los campesinos sus demandas, eliminando toda forma de negociación.
[11] EPL, ELN y PRT.

. "El Terrorismo, la violencia política en el mundo".

WIEVIORKA, Michel. "El Terrorismo, la violencia política en el mundo". Ed. Plaza & Janes/Cambio 16. Barcelona, 1988.

Este trabajo se centra en el estudio de casos de grupos terroristas cuya procedencia tiene significación social y que tomaron forma de derivaciones ligadas hacia ideologías de extrema izquierda.

CAPÍTULO 1. MOVIMIENTO, ANTIMOVIMIENTO SOCIAL Y TERRORISMO.
Cuando se radicaliza el terrorismo, se rompe la relación entre el sentido que él mismo se atribuye y la sin razón con que lo miran sus supuestos representados. En esta radicalización se produce una hiperconcentración de sentido, negándose la relación con el nexo social político. Esta hiperconcentración ocurre cuando, luego de haber seguido una espiral de violencia ascendente, el terrorismo ha mantenido las significaciones que al inicio animaban sus actos pero de una forma cada vez mas ideológica, asegurándose unas maneras que le son propias y que son sólo comprensibles desde dentro. Maneras que se expresan a través de las armas y una abundante producción discursiva.
A pesar que los movimientos sociales continúan siendo su referencia, los grupos terroristas no tienen ninguna relación concreta con ellos. Un grupo terrorista es por tanto un antimovimiento social que invierte las tres dimensiones de un verdadero movimiento social (identidad, oposición y totalidad) y en lugar de integrarlas, las fusiona.
En la acción terrorista no es necesaria la encarnación de las aspiraciones sociales. Es decir, la inversión de las tres dimensiones del movimiento social (producida en el antimovimiento social) se ha degradado todavía mas, al punto que terminan funcionando por si solas. Los grupos terroristas, se hallan proféticamente[1] en constante proceso de disociación y ruptura.
Refiriéndose a una esencia o identificación subjetivas a la historia, luchando contra enemigos objetivados y clamando por la ruptura, invierten las categorías del movimiento social, se apartan de las del antimovimiento y las condensan en un todo ideológicamente coherente. (pp.27)
- Así, se invierte la identidad del movimiento social al devenir antimovimiento. Su identidad deja de relacionarse con la identidad social para relacionarse con una figura, un principio o un proyecto. La identidad se vuelve meta o infra social.
Más adelante se desestructura la identidad del antimovimiento al devenir en terrorismo. Se desemboca en un subjetivismo que basa su identidad en la entrega absoluta. Se piensa entonces que la población alienada necesita de la conciencia del grupo terrorista, debido a que se encuentran alienados, son incapaces de actuar, y no toman conciencia de su papel histórico.
- Se invierte la oposición del movimiento social al devenir antimovimiento, ya que el adversario se transforma en imagen de guerra y es buscado paranoicamente tanto dentro como fuera del grupo.
Más adelante se desestructura la oposición del antimovimiento al devenir en terrorismo, cuando se produce una objetivación del enemigo que lleva a su eliminación.
- Se invierte la totalidad del movimiento social al devenir antimovimiento, cuando el grupo se distancia del proyecto del movimiento social y piensa en la necesidad de un cambio profundo. En los casos más extremos, se llama al todo o nada en la necesidad de romper con el orden actual.
Más adelante se desestructura la totalidad del antimovimiento social al devenir en terrorismo, cuando se disuelve en una ruptura que funciona como lucha a muerte. Lo más importante no es crear una nueva sociedad sino destruir el orden actual.
Estas tres inversiones y degradaciones tienden a condensarse en un conjunto ideológicamente coherente[2], y este conjunto puede traducirse (o no) en violencia o sectarismo. Sin embargo, no se puede asociar toda la violencia del antimovimiento con el terrorismo. Es cuando esta violencia deja de ser el reflejo de la voluntad de la comunidad que podemos hablar recién de violencia terrorista.
El terrorismo entonces en una forma invertida del movimiento y desestructurada del antimovimiento. Esta degradación lleva al terrorista hacia conductas bélicas, y a la necesidad de tejer alianzas que suponen cálculos y estrategias procedentes de la imagen de una lucha ilimitada que reduce el mundo a un mero campo de fuerzas.
Pero, ¿Es posible que surja del seno de un movimiento social, un antimovimiento y luego un fenómeno terrorista?
Para responder esta pregunta Wieviorka analiza los movimientos obreros que, como todo movimiento social, tiene dos caras o aspectos que pueden aparecer disociados pero que se respaldan mutuamente.
- Una luminosa, creadora de proyectos capaces de impugnar a los que "actualmente" dirigen la sociedad y que dan la capacidad de negociar (es la conciencia orgullosa de los obreros de oficio al reconocerse dotados de una destreza).
- La otra es sombría, defensiva, excluida, alienada y colérica, tentada por la ruptura y la revuelta, más cercana al antimovimiento (conciencia proletaria sin principios positivos, como el oficio o la destreza, con una imagen más difusa de su adversario quien es reconocido únicamente en los agentes que le son mas próximos, como el capataz) Sin la conciencia sombría, la conciencia luminosa pierde su carga de ruptura y su capacidad de hablar en nombre de una liberación social general.
Así, responde Wieviorka:
En un mundo obrero sobreexplotado, en una coyuntura de gran incertidumbre política, puede suceder que la violencia social parezca llegar a un nivel político y dirigirse hacia la formación de un fenómeno terrorista. Sin embargo, o bien estos episodios revisten de hecho, como en el caso de los luditas, una conciencia orgullosa enfrentada a diversas amenazas sociales que hay que apartar y más tarde solucionar, o bien agrupan alrededor de agentes políticos externos (llegados probablemente de Lyon, en el caso de la Banda Negra) a una población limitada, clase más peligrosa que laboriosa, y marginada en cuanto a las luchas que tienen sus raíces en el trabajo y en la producción. (pp.34)
"No se pasa directamente de una violencia obrera a una violencia terrorista. Si el movimiento obrero puede transformarse por sí mismo en terrorismo no es porque contenga en su seno elementos de antimovimiento: el terrorismo es un proceso exógeno, dirigido por la intervención de actores específicos, exteriores al movimiento obrero, así como a sus zonas más sensibles a las modalidades del antimovimiento"(pp.36)
El movimiento obrero por si mismo, al disociar su cara de sombra (proletaria) y su cara de luz (orgullosa), puede aportar los elementos de un fundamentalismo obrero que los actores políticos pueden transformar en violencia terrorista.
Pero usualmente, los estudios de los movimientos revolucionarios no distinguen entre el movimiento social y las fuerzas políticas, ni analizan el movimiento obrero en sí mismo y en sus relaciones específicas con la violencia. La mayoría de estudios no toma en cuenta que las fuerzas revolucionarias pueden movilizar a los actores más decadentes y a los menos integrados del movimiento obrero, mostrando su poca preocupación por expresar el ascenso y la transformación del movimiento social.
Para terminar el capítulo, es importante también diferenciar lógica de acción terrorista de método de acción terrorista. Un Método de acción terrorista no implica necesariamente la existencia de un grupo terrorista. Por ejemplo, un movimiento de liberación nacional luego de pasar por ciertas coyunturas difíciles termina usando métodos terroristas. La lógica de acción es una desviación por la que unos grupos se separan de la comunidad a la que apelan, intentando luego radicalizar su lucha por medio de una acción voluntarista.

CAPÍTULOIII. LOS INTELECTUALES Y EL TERRORISMO
Los actos de violencia social que desembocan en formas de conducta organizadas, se dan por lo general gracias a la intervención (ideológica y práctica) de agentes específicos (profetas o partidos).
Contra más se acercan al terrorismo, el carácter de su acción se hace más autónomo. Sin embargo, es necesario aclarar que los modelos de acción violenta no se reducen al plano intelectual. No sólo por que en la práctica los llamados intelectuales no resultan siendo más que simples estrategas. Sino por que aquello que suele denominarse teoría de la acción violenta, es en realidad resultado de una labor que los propios actores políticos aplican sobre sí mismos y no el resultado de una comprensión de la situación. Es decir, no es resultado de una abstracción ni de una comprensión intelectual.
Los intelectuales (o profetas) de los grupos insurgentes, producen representaciones y abstracciones sin preocuparse por los hechos reales. Esta filiación con lo absoluto desligada de lo concreto y de las posibilidades reales, puede llevar al todo o nada, a la defensa de las certezas absolutas y al terrorismo.
Siguiendo la denominación de clérigos con que Julien Benda prefiere llamar a estos actores, Wieviorka dice:
"Los clérigos producen representaciones abstractas y apelan tanto más a su absoluto y al derribo del orden establecido, cuanto están apartados del campo de los asuntos públicos y pueden desarrollar cómodamente sus ideas, sin preocuparse por los hechos reales o posibilidades de reforma (...) La filiación por lo absoluto, por el todo o nada, el llamamiento a la ruptura y, consecuentemente, el terrorismo, serían obra de los clérigos más marginados y, por lo tanto, condicionados por su posición relativa frente al poder."(pp.60)
La posible situación de marginación y frustración de estos personajes es un punto importante a tomar en cuenta. Tanto Raymond Aron como Lewis Coser y Michel Confio nos ilustran a los "clérigos" o intelectuales como seres que han vivido experiencias de exclusión y resentimiento ante la sociedad.
Sin embargo, esto no nos debería llevar a simplificar la responsabilidad del intelectual sobre la lucha armada, las variantes de acción y percepción son muchas. Sartre por ejemplo, primero apoyó y luego frenó a los maos de la izquierda proletaria en los 70´. Otros intelectuales como Charles Maurras plantearon el compromiso intelectual como un problema moral y teórico. Y la justicia estatal suele jugar entre dos opciones que son, como dice Bernard-Henri Lévy, "muy poco satisfactorias": Una, hace del intelectual un chivo expiatorio a partir de acusaciones a ideólogos que no estuvieron necesariamente implicados en la formación del grupo insurgente. Y la otra, remite el problema a la propia conciencia del intelectual supuestamente implicado.
Así pues, el papel de la ideología es indisociable del transcurso de la violencia terrorista. Y la complejidad de esta violencia, nos obliga a dar mayor atención a los procesos de ruptura y desviación ideológica que a los de continuidad.
Para algunos autores y algunas propuestas investigativas, se debe establecer la relación entre la práctica terrorista y sus fuentes ideológicas. Dándose mayor importancia a la continuidad que a la ruptura. Puede verse en el terrorismo, como dice Philippe Raynaud
"...un fenómeno estrictamente ideológico, la persecución de una idea, la lógica de una idea que, en la última instancia, emancipa completamente al que la mantiene de toda relación con la experiencia concreta y con la realidad."(pp.64)
Esta propuesta puede criticarse de dos formas. La primera: No se examinan las condiciones o las circunstancias de producción de los textos en que se basa el discurso terrorista. Muchos de estos fueron escritos en prisión o en distintas circunstancias de la trayectoria del grupo. La segunda: Al definir la ideología terrorista, se da prioridad a los elementos doctrinarios y no a las situaciones en que estos se han aplicado. Y se da más importancia a la continuidad histórica de la ideología que a la ruptura y derrocamiento de la matriz intelectual de la que provenían los terroristas.
La importancia del análisis de la ruptura en lugar del de la continuidad ideológica, se comprueba a partir de la presentación de diversos casos como el de los grupos paraterroristas en la Francia de la pre-guerra, el de la ruptura de la ETA con el PNV, e incluso el del curioso origen cristiano de muchos militantes en el movimiento palestino y en el terrorismo italiano.
También se refleja en la "renovación" de las fórmulas marxistas-leninistas por parte de muchos grupos guerrilleros foquistas.
De esta manera, el marxismo leninismo clásico vio en el compromiso intelectual la prosecución de valores como la razón, la justicia, y la verdad. Y planteó que el "intelectual orgánico" debía ponerse al servicio de la clase obrera, ya que sus únicas dos opciones eran, la adhesión a una opción política a favor de los amos o a favor de los servidores. Es en Francia donde este modelo se quiebra por los compromisos personales y concretos que los intelectuales fueron adquiriendo, y la contradicción que se dio entre estos y el movimiento de mutación cultural de los años 60´ y 70´. La duda en la ciencia y el rechazo de los valores industriales no pudieron ser seguidos por los intelectuales, disolviéndose la clásica figura del intelectual comprometido y reemplazándose por la del clérigo que no encuentra otro receptáculo que las fórmulas de un marxismo-leninismo pero de carácter renovado. Más adelante, la experiencia maoísta demostró otras vías de cambio distintas a la bolchevique. La noción de revolución se completó con la de guerrilla y pensó que era posible crear una situación revolucionaria que salte las mediaciones políticas clásicas y maneje las armas en nombre del pueblo pero sin el pueblo.
Entonces, las crisis ideológicas pueden aparecer como procesos de continuidad y ruptura en las representaciones e intervenciones de los intelectuales. Y pueden también aparecer concentradas en espacios y tiempos definidos en los que se opera la manipulación de las ideas.
Uno de los lugares en el que esto último sucede es en las Universidades, lugar de donde muy a menudo procede la violencia.
Son dos los procesos que eventualmente se combinan en la práctica histórica de las Universidades. La producción de intelectuales y la constitución de movimientos estudiantiles. Así,
En el primer caso, los estudiante a los que agrupa constituyen una intelligentsia; en el segundo, éstos se inscriben en el terreno de una acción propiamente estudiantil. La primera de estas dos definiciones significa que la Universidad es el lugar donde se forman las élites políticas e intelectuales, donde se encontrará y formarán grupos organizados y de donde saldrán los dirigentes de eventuales movimientos de lucha armada., al margen de toda referencia estudiantil específica. La segunda quiere decir que la Universidad es el centro de movimientos que cuestionan la organización de la producción y difusión del conocimiento, situada así a un nivel sociológicamente menos elevado que las condiciones de vida y de trabajo de los estudiantes.(pp.72)
Más adelante añade,
A partir del momento en que el sentido de la acción deja de tener una especificidad estudiantil para producirse al margen de la Universidad, comienza el proceso que conduce, a través del populismo, a una acción terrorista que culminará mucho más tarde. (pp.72)
La deserción estudiantil que se dio en las Universidades de Francia e Italia de los 60´ y 70, la de los jama´at islamiyya en Egipto de los 70´ y la de Sendero Luminoso en Perú, dan muestra de la ruptura del sentido de la acción al dejar de ser estudiantes y al alejarse de sus significaciones iniciales.

CAPÍTULO V. LA VIVENCIA DEL TERRORISMO
Entre el desarrollo del movimiento terrorista y la vivencia de este, existe un vínculo directo. Son dos las tesis que explican la forma de vivencia terrorista.
- Existencia de una lógica propia a la violencia y la autoproducción de la espiral que desemboca en terrorismo.
Esta tesis supone conductas que no pueden mas que exacerbarse y actos irracionales que obedecen a una cierta lógica
Lógica en primerísimo lugar de la clandestinidad. Ligarse a una vida subterránea significa romper lazos profesionales, de amistad, familiares, para penetrar en un universo que funciona según su propio ritmo (...) La experiencia de la clandestinidad, al aislar al actor en un grupo, al mantenerle dentro de organizaciones que le dictan hasta sus actos más personales, más íntimos, moldea mentalidades, desarrolla ciertos rasgos de la personalidad y atrofia otros. Crea hábitos de comportamiento enteramente centrados en la seguridad y la eficacia de la acción, a menudo también fundados en la sospecha. (pp.87)
Con el paso del tiempo y la llegada de los primeros incidentes armados (ya sea por accidente o por torpeza) tanto la represión como la clandestinidad misma acrecientan las prácticas violentistas. Este mecanismo se refuerza por procesos ideológicos que legitiman las prácticas y que vinculan a quienes lo realizan. La necesidad de más armas relaciona al grupo con los proveedores haciendo que en determinadas circunstancias terminen como mercenarios. A esto hay que añadir los conflictos intra e inter organizativos que pueden ser incompresibles desde fiera, pero que pueden llevar al grupo a situaciones en las que se dudaba penetrar y terminan actuando incluso cuando las acciones se consideraban políticamente innecesarias. El reclutamiento de nuevos militantes en estas circunstancia ya no pasa tanto por las capacidades o intereses políticos sino por el gusto que estos tengan por la guerra, por lo que sus acciones (exageraciones) individuales pueden comprometer a la organización.
- La relación guerrera que se establece entre los actores terroristas y aquellos que los reprimen.
Esta tesis coloca a un nivel relativamente autónomo tanto al grupo insurgente como al Estado que lo combate. Así, todo se reduce a una guerra en la que apenas cuentan los golpes asestados y recibidos y en la que las formas extremas de violencia están dominadas por una estricta relación de fuerza.
Ambas perspectivas resultan insuficientes debido a que olvidan el trabajo ideológico del actor y no se interesan por las transformaciones que pueden llevar a una pérdida de significado, así:
La idea de un juego bélico, de dos o varios contrincantes, que arrastra al actor violento a la sobrepuja terrorista, así como la idea de un engranaje autoproducido, deben ser completadas por aquello que está en el núcleo de la producción terrorista: los procesos de inversión por los que una acción colectiva se desprende de las significaciones que inicialmente le daban sentido. (pp.92)
En el próximo capítulo se recorrerá esta última idea, la de la inversión del sentido. Antes de eso el autor analiza un lugar donde la vivencia terrorista es de vital importancia, la prisión.
Las cárceles son un espacio cerrado donde los militantes insurgentes al relacionarse con presos comunes. Debido a los sentimientos y experiencias anteriores de estos últimos, pueden ser llevados (sobre todo si son rebeldes) hacia prácticas políticas.
En estos recintos las posiciones mas duras (a veces por la fuerza) se imponen a las más prudentes y la presión moral mantiene un clima de oposición radical al Estado. Así mismo, pueden ser utilizadas para buscar un apoyo de la opinión pública a partir de la demostración del carácter inhumano del Estado en el trato a los presos, intentando reconstruir un movimiento que ya no tiene bases sociales.

CAPÍTULO VI. LA INVERSIÓN
La inversión es una tarea ideológica y práctica por la que un actor se aparta de la vivencia de aquellos en cuyo nombre actúa, se sume en el terrorismo y se convierte en la futura heterónoma de un combate que no es el suyo, o lo es muy accesoriamente. (pp.96)
No hay que subestimar ni la importancia de la estrategia confrontativa ni la de la lógica interna en la evolución de las organizaciones de lucha armada. Pero hay que también tener en cuenta que, como acción política que es, el terrorismo crea un sentido para sus protagonistas.
El trabajo de administrar el sentido, como subrayan aquellos que tejen la compleja genealogía de los orígenes intelectuales del terrorista, consiste en dar forma a una "política ideológica", (...) Pero dicho trabajo se define también y sobre todo en relación con la escena social y política de donde la violencia emerge.(pp.96)
La relación a la que la cita se refiere, está justo en el alejamiento de las luchas concretas de las que el terrorismo surge. Este alejamiento se produce a través de distintos mecanismos que Wieviorka analiza a continuación:
- La inversión simple por alejamiento del movimiento de referencia.
Se produce por un distanciamiento entre un movimiento social y un actor político que pretende representarlo. No se refiere a la falta de vías de comunicación a causa de la represión estatal sino a la inversión de intereses. Esta inversión se da a partir de la afirmación fundamentalista de un proyecto que no corresponde a las aspiraciones del actor social, o a partir de la asunción del movimiento social por su faz sombría. Así:
"Ya no existe entonces una relación concreta, real, con la base social, y todo llega a ser posible y legítimo, toda vez que el actor se ha atribuido el monopolio del significado. Este proceso de inversión simple es diferente, y depende de que el movimiento social al que se refiere esté en crisis y se degrade ante todo en antimovimiento, o más bien se institucionalice hasta el punto de abandonar cualquier proyecto de transformación general de la sociedad."(pp.98)
- La inversión hacia arriba.
Es un caso raro de inversión pero en sentido opuesto al anterior, como el terrorismo anarquista de fines del siglo XIX, en el que los obreros no sólo se sublevaban contra el orden sino que -debido a la falta de significado y acción social- los terroristas sentían que lo esencial de su acción social estaba en el futuro.
"Este terrorismo cesa cuando el vacío se colma y se impone la imagen positiva de un movimiento obrero que, a través del mito de la huelga general y con el desarrollo del mercado de trabajo, puede aportar la esperanza de una sociedad nueva y justa.(pp.104)
Las ideologías que los unen son doctrinas libertarias que no posibilitan la formación de una organización y que por lo tanto, no estructura ni en lo ideológico ni en lo práctico su acción.
- La fusión.
"Hablaremos de fusión para designar, un poco a la manera de Sartre, el momento en que se opera en un grupo la totalización, que es la condición necesaria, aunque no suficiente, para la violencia, presente o futura. Se trata de una etapa corriente que consiste en condensar, en un discurso y una práctica unificados, elementos de sentidos contradictorios o hasta el momento disociados en la práctica social y política. (pp.105)
Esta asociación lleva por necesidad a contradicciones y una de las vías de salida es la violencia. Esta síntesis (o superación de la contradicción) les permite objetivar un adversario que a menudo toma la forma de un orden, como "el Estado", "el Imperialismo", "Occidente", etc.
"La fusión, cuando desemboca en el terrorismo, tiende siempre a disolver los diversos componentes que dan sentido a la acción y a reducirlos, a fin de cuentas, a puro subjetivismo. El actor encarna por sí solo toda clase de luchas, todas las liberaciones le están condicionadas. La ruptura que provoca por el recurso a las armas es, a la vez, existencial y política, resuelve de un solo gesto un inmenso conjunto de problemas con los que él se autoidentifica"(pp.107)
Paralelamente al razonamiento sociológico que trata la fusión y el sincretismo, se puede hacer uno psicológico apoyándonos en la teoría de la disonancia cognoscitiva que intenta mostrar cómo las conductas humanas crean sentido, y nos recuerda la existencia de un sujeto en la acción. En esta teoría, la disonancia o existencia simultánea de elementos de conocimiento que no concuerdan, conllevan un esfuerzo por parte del individuo para hacerlos concordar mejor
- Escisiones y fraccionamiento del espacio de la violencia.
"Por homogénea que pueda parecer, una organización que practica la lucha armada, incluso si está limitada a un puñado de individuos, está siempre surcada por debates, por conflictos que provienen de su carácter político."(pp.109)
Constantemente se producen escisiones y recomposiciones que dan cuenta de la tarea ideológica que el actor realiza sobre sí mismo .Así, estas escisiones puede llevar a un fraccionamiento del grupo, dando lugar a que varias organizaciones compartan un espacio de lucha armada, diferenciándose tan sólo por la forma en que orientan los significados de la acción, por la importancia que dan a cada uno de estos significados y por su posición en el proceso de inversión.
Es posible también que luego de la experiencia violentista, el grupo efectúe un retorno al significado ya sea regresando a prácticas de lucha social, o diluyéndose. Esta disolución es sólo posible cuando una sola organización monopoliza la violencia, ya que se basa en la voluntad y habilidad de sus dirigentes para disolver el grupo. Pero si son muchas organizaciones y el espacio queda fragmentado, entonces la disolución de un grupo no hace sino alimentar a los otros grupos.
- "Militares" y políticos.
El control de las armas es sumamente complejo,
"La práctica de las armas, efectivamente, tiende siempre a escapar del control político-ideológico de los que la han impulsado y quisieran organizarla."(pp.111)
Por ejemplo, cuando la militarización se produce de un desdoblamiento entre la acción política o de masas y la clandestina, el desfase es casi estructural y la acción militar impone su propio ritmo. Si en cambio, la organización inicial goza de un (muy) amplio asentamiento, la acción militar puede alentar la acción de grupos lejanos a la cúpula, pero que se unifican a duras penas en función de ella.
En estos casos, los dirigentes se ven obligados a asumir estas acciones (sufriendo el distanciamiento por rechazo de la opinión pública) o a negarlas (con lo cual pueden ser desacreditados y perder credibilidad)
La autonomización de la acción militar tiene múltiples y posibles variaciones que en general van en desmedro de la acción política. Sin embargo, este conflicto no suele ser utilizado por los gobiernos en su lucha contra los grupos insurgentes
"Fusiones, escisiones y tensiones entre "militares" y "políticos" indican que el espacio del terrorismo no está nunca definido de manera estable. Esta constatación llega a no ser raramente el centro de la acción antiterrorista, que se basa más a menudo en la represión y la información que en una política que apunte a reducir la violencia aprovechando su carácter fluctuante y heterogéneo"(pp.112)
[1] "El profeta -dice Vidal- es agente de mutación, hombre de trabajo, actor de paso. De paso por la muerte de la relación social, después de haber crucificado palabras y cuerpos"(pp.29)
[2] Coherente en tanto todo tiene un lugar y una interpretación en su ideología.