Curando el hambre con el pez de oro
Usaid era el anillo para controlarlos a todos, financio a la
oposición Mexicana ya la Venezolana
Financio a Fujimori y al maidan en Ucrania, financio todas las revoluciones de
colores, que son golpes de estado. Usaid adopto todos los movimientos a sus
intereses, que son los intereses del imperio:Si te tiene en la nomina ya no
haces la revolución. La democracia liberal es un mercado donde los políticos son
productos, el ciudadano un comprador y usaid un cajero electrónico con plata
para comprarlos a todos, creer que una agencia de Estados unidos promueve el
socialismo es parte de una idiotez colectiva, que se niega a ver los como el sistema produce sus hechos una
estupidización mundial sin precedentes.
Y entonces es claro
que usaid no está para calmar el hambre,
sino para dar más hambre, pero hambre de Estados unidos, que es hambre del
hambre, deseo de consumo, de éxito , de espectá-culo hasta el infinito y entonces ¿Porque el gobierno de Trump deja de
hacerla funcionar? ¿Sera que el
liberalismo pasó de la seducción a la imposición llevándonos a un neofascismo? Y si es así ¿Cómo podemos superarlo? Para pensarlo
leamos le respuesta de David y mi reflexión a su respuesta
Colaborador en ascenso
Christian Franco
Rodriguez Hola!, Quisiera establecer un marco espacio-
temporal adicional al presentado por Cristian Acerca del sistema Mundo
característico de albergar el desarrollo de las lógicas capitalistas históricas
propias de la modernidad occidental y muy importante pues constituye el actor
Hegemoníco representativo de la derecha.
Enrique
Dussel,A Quijano, Immanuel Wallerstein, otros etcétera concluyen que la
expansión Colonial Europea (1492) marca el inicio de una nueva Civilización.
La
Civilización occidental colonial/Moderna/Imperial Sistema-mundo.
1492(----
---)2026
Que la
acumulación incesante e insaciable de riquezas derivada de los procesos
coloniales son una característica histórica del Capitalismo histórico moderno.
Cito: Lo que
Wallerstein quiere plantear con la cuestión del Sistema mundo es una gran Zona
geográfica dentro de la cual se da una división internacional del trabajo y un
intercambio mundializado de mercancías y personas así como un flujo de capital
y trabajo (Wallerstein, 2005,pg 21). Una de las Características de este Sistema
-mundo es que supera una UNIDAD O SUJETO POLÍTICO, por tanto contempla o agrupa
diferentes unidades Jurídicas, por lo que el elemento que unifica los distintos
agentes Políticos es la estructura de División del Trabajo y el intercambio
constituido con éste. Para los comunistas es la reproducción capitalista
ampliada expropiando las soberanías Nacionales de los pueblos proletarios.
El proceso
de temporalidad y espacialidad estructural del Sistema Mundo, tiene un
desarrollo histórico progresivo (de sociedad -mundo)hasta el punto álgido del
siglo XIX y XX en donde su organización industrial y capitalista transnacional
con tendencia monopolica colapsan con la categoría Estado Nación afectando la
Autodeterminación soberana de los pueblos Político/económica, impidiendo la
superación de las contradicciones que en términos generales tiende a tener el
Viejo Estado-Nación como unidad prepotente y PRIVILEGIADA de la modernidad
frente a los intereses interclasistas propios de las relaciones de dominacion y
explotación tradicionales o del la burguesía civil emergente através del
liberalismo, cuyas sus lógicas Civilizatorias occidentales promueven una
integración multicultural Capitalista.
En pocas
palabras ser una UNIDAD O SUJETO POLÍTICO es pertenecer a la categoría Estado
Nación y por consiguiente ocupa el espacio de ser de otro...
Dando por
sentadas las características constitutivas de occidente derivadas del legado
Europeo, se debe así mismo reconocer que Contrariamente al Rol tradicional del
patriarcalismo Cristianocentrico Eurocentrico como elemento característico
tradicional del sistema Mundo,que el Socialismo Cristianocéntrico Europeo y las
bases Históricas del Fascismo toman distancia del proceso Zivilizatorio
capitalista y de su universalismo liberal y se apresuran a organizar una
oposición racional frente a un fenómeno inevitable La Zivilization material y
el Comunismo. Los Europeos dan constancia de reconocer esos 2 actores
Hegemonícos en la escala geopolítica internacional.
Políticos
empresarios como Walter Rathenauu, evidencian ser opositores a la Civilización
occidental, en defensa de la Legítimad del Estado Nacional. Es importante
recordar que en defensa de la categoría Estado Nación se encuentran Alienados
los opositores geoestratégicos de Occidente, Venezuela, Rusia, China, Korea
etcétera (Hoy en día).
Entonces no
es correcto asociar el concepto de Fascismo a los líderes actuales de la
derecha internacional, aunque sean figuras carismáticas, populares, con
movimiento político o identidad política organizada desde su ideología
personal.
Colaborador en ascenso
En Alemania
la superación de la crisis demoliberal capitalista significaba legitimar el
Fascismo por encima de la burguesía civil lo cual Generaba la sensación de
concordancia con el proyecto MaschinenVolk Estado Nación.
Era la
manera revolucionaria y conservadora de dar solución a la crisis liberal
del contrato Social.
El Sionismo
opta por la misma medida para legitimar su movimiento socialista Fascista
Nacionalista. Pero a diferencia del Fascismo Cristiano Europeo, No tiene un
conflicto directo con el Capital, por consiguiente no debe hacer uso exacto del
patrón oro Alemán con fines de desarrollo.
Legitimar el
Fascismo en reciprocidad con la voluntad generalizada de estructurar un Estado
Nación, entendido éste como derivado de la libertad Religiosa y particularmente
de la Hierocracia Cristiana, implicaba reconocer bajo la libertad Religiosa
El Estado
del Vaticano como Nación Estado soberana, en contrapeso a la organización
Popular laica y secular de la organización civil demoliberal.
Al elevar el
Cristianismo a categoría Estado Nación, el mecanismo de Legitimación
Carismática de Weber recibía el visto bueno de las autoridades eclesiásticas y
conservadoras Europeas para legitimar el Fascismo Socialista como herramienta
racional del Estado Nación.
Los líderes
de las tésis económicas Capitalistas de la derecha internacional se opusieron
al Fascismo Europeo considerando que el liberalismo económico de las
democracias occidentales debían establecer las reglas de la organización civil
y del proyecto Novus ordum seclorum, por lo que El Sionismo y la masonería eran
vistos como asideros ideológicos Teocrático alternativos de culto al Logos.
Winston
Churchill mencionaba que el verdadero Cristianismo se manifestaría en libertad
y que como Sionista Romántico prefería abogar por la continuidad de la
organización demoliberal y la Verticalidad alternativa de asociación que
representa la masonería.
Max Weber,
pro Aleman en tiempos de guerra, concluye que para la emancipación del
proletariado internacional la derrota Alemana (sin quererlo) era el paso más
acertado frente a los acontecimientos. También menciona que una fiesta de las
mismas características vívidas en Alemania, tendrían lugar en Israel.
Autor
Colaborador en ascenso
David GM Excelente
ahora pienso que podemos discutir: Primera cuestión- ¿El estado nación nace del
proceso sistema mundo que tiene su inicio en la modernidad occidental con el
descubrimiento de américa? Yo comprendo que si, es decir que nace del proceso
liberal en especial de la revolución francesa según el propio Wallerstein , la
pregunta es cuando nace el fascismo defendiendo el estado nación en contra de
este proceso liberal, ¿La respuesta es en la republica de Weimar? ¿En concreto
con el pensamiento de Rathenau, la hierocracia cristiana tomada de Weber, el
proyecto machinen volk y el patron oro alemán? Si esa es la respuesta el aporte
a mi me parece fundamental, pero necesito comprenderlo aun no me queda claro lo
de el patrón oro alemán en que se diferencia del patrón oro liberal y del
patrón oro marxista, luego haces la diferencia entre el sionismo y el fascismo
comprendiendo que el sionismo no entra en conflicto con el liberalismo pero la
cuestión es: ¿No desemboca el neoliberalismo en un neo fascismo? Esta la
hierocracia cristiana aunque protestante por los menos esa es una gran fuente
de poder de Trump, esta la defensa del estado nación si bien no en contra del
proceso liberal si en contra de perder el control de este proceso y hay una
especulación con las criptomonedas y un tecno feudalismo virtual que pienso que
si habla de un choque con el proyecto global del que ellos pierden hegemonía
pero tu dices que Rusia, Venezuela korea y ¿China? defienden el estado nación
una localidad en contra de la globalidad y entonces ¿Ellos serian fascistas?
Pero ¿China defiende la localidad? Claro en ciertos temas como Taiwan pero en
otros lo que defiende es el libre mercado en contra de los aranceles estado
unidenses, la cuestión es compleja, parece que la deconstrucción del
liberalismo por medio de las izquierdas pos estructuralistas dio en su
multiplicidad a neo fascismos deconstruidos tanto de izquierdas como de
derechas, es decir fascismos ambiguos que no luchan en contra del proceso
liberal sino por el control del mismo y otros fascismos de resistencia a ese
proceso o el otro camino que tu pareces seguir, con categorías con limites
rigurosos en los que no es posible hablar de fascismo ni siquiera al referirse
al sionismo, pero si yo redeconstruyo y me pregunto ¿Qué es el fascismo? yo lo
encuentro en la expresión conservadora de la ansiedad del poder, en su intento
por imponer desde la violencia una unidad ideal y por lo mismo nunca dejaría de
haber fascismo en tanto el poder quiera imponer una unidad ideal.
Y entonces tenemos redeconstruyendo:
Liberalismo
Medición
Política-individual
De la herida
Capitalizar
El Hambre-El
deseo
Fascismo Anarquismo
Mediación
↓ Mediación
Política-conservadora Política
progresista
De la herida → Herida ← de la herida
Imponer
abolición
Una unidad ideal ↑ De cualquier forma de
autoridad
Comunismo
Mediación
Política-Colectiva
De la herida
Socialización
Del
hambre y del deseo
Así en la redeconstrución, toda conservación que media la
herida es fascismo
Toda progresión que medie la herida es anarquismo
Toda capitalización de la herida es liberalismo
Toda socialización de
la herida es comunismo.
Es decir que todo movimiento transferencial político es
fascismo →
Así como todo movimiento retransferencial político es anarquismo
←
Como todo movimiento
de levedad del ser de la herida es liberalismo ↑
Como todo movimiento de gravedad del devenir de la herida es
comunismo ↓
Y como no podemos ir afuera sin ir adentro el fascismo y el anarquismo están unidos configurando
sistemas, así como el liberalismo y el comunismo cada sistema se legítima en
oposición al otro, de echo toda su estructura dependen de esa contra transferencia.
Liberalismo
↓
Fascismo→←anarquismo
↑
Comunismo
Esto es el sistema mundo en el que nunca dejara de haber
fascismo, anarquismo, liberalismo, comunismo
al menos claro que se cure la herida pero si es así ¿Porque no hubo antes fascismo, liberalismo,
comunismo, anarquismo?
Para explicarlo miremos esta película:
Hambre
https://www.youtube.com/watch?v=Aowaj0RMMsg&t=4s
La pregunta es la protagonista cuando estaba en su restaurante
de familia
¿Tuvo hambre? es decir deseo e insatisfacción producto de
tener más hambre.
Que es al final lo único que tienen los ricos hambre y más
hambre.
La película nos hace entender que no que al volver a su familia
ella vuelve a su raíz pero lo cierto es que en su familia también hay hambre
pero no el hambre que tienen los ricos, es el clásico esteriotipo del buen
salvaje, uno piensa que el hombre primitivo era bueno pero no es cierto, solo
que aún no tenía los medios, para transferir la herida, pero la herida estaba ahí
así los chamanes creaban tabus para controlarlos a todos desde el miedo, pero el
poder de la herida no era tan grande, el hombre aun podía consolarse en el
hombre, igual que muchos aun encuentran algo cálido al volver a sus casas aunque
cada vez son menos pero cuando compites en el mundo, te das cuenta que de lo
que se trata es de provocar hambre.
Así podemos decir que siempre hubo fascismo, pero no tenía los medios como para manifestar su forma política,
así como siempre hubo liberalismo, anarquismo, y comunismo solo que se encontraban
reprimidos en las teocracias imperiales y en timocracias feudales aristocráticas,
la revolución francesa fue un liberar esa represión y aunque muchos soñaron con
la liberación de la herida, como antes se soñó con el evangelio, lo único que se encontró fue
el poder de la misma para transferirse y es que nadie realmente quería acabar con
su hambre, solo querían comer más.
Por esto mismo podemos asegurar que siempre habrá fascismo, liberalismo, comunismo, anarquismo,
aunque el liberalismo haya triunfado y es que lo que realmente hay es la herida,
el mal transfiriéndose, el cual no tendrá escrupulos en imponerse violentamente
o en bajarse toda autoridad o en socializar según conveniencia, la deconstrucción
posmoderna borra los límites y hace
posible cualquier estrategia con tal de asegurar el “poder”, claro en la
mentalidad enana de los ansiosos de poder sin darse cuenta que solo son piezas
en un tablero más grande donde el mal lo corrompe todo para que jamás volvamos
a encontrarnos.
¿Pero es posible vencer al mal?
Por supuesto, miremos la película del hambre y veremos estos
4 pasos:
Paso cero estoy en mi casa con mi familia pero en la
precariedad tengo hambre el sistema siempre me lo hace sentir pero no solo el
hambre sino la impotencia de no poder saciarla aun así el hambre no es tan grande, hay un equilibrio.
Paso primero el sistema me llama, me da una oportunidad, me
esfuerzo pongo todo de mí y logro entrar, muchos no lo logran y se quedan
envidiando a otros o frustrados para siempre.
Segundo paso me doy cuenta de la contradicción dentro del
sistema, veo como la sufren los que están
dentro y esta contradicción me hace
sufrir, la mayoría evade el dolor y se relaja mirando para otro lado pero si
tienes el valor de ver la contradicción querrás superarla.
Tercer paso una reforma, una revolución o salirse del
sistema, en la reforma yo mejoro las formas pero con el tiempo estas vuelven a
decaer, en la revolución yo destruyo el sistema pero el sistema que arme si lo
logro volverá a estar mediado por la herida, y entonces me salgo, ¿Pero se
puede salir?
Disomnia
https://www.youtube.com/watch?v=dxc7cDlw1-A&t=7s
En esta película yo tengo que morir para poder volver a dormir.
¿Pero porque la gente no duerme?
Byun Chul
han nos diría porque se auto explotan y auto explotándose están dormidos a la vida pero despiertos al sistema que los
consume, ese es el problema.
Solo el amor de una madre permitirá que sus hijos se
despierten es decir que duerman.
La película tiene una crítica epistemológica porque las
iglesias trabajan desde una razón
instrumental y la ciencia también ninguna podrá salvarlos, solo su amor que le
permite transferir no solo su herida sino su ser, la salvara salvando a sus hijos, al punto que hasta su hijo mayor reconocerá
el amor de la madre.
Que distinta a la película de Julia Roberts donde los
blancos americanos son incapaces de amar
https://www.youtube.com/watch?v=yz7yKfXabpU&list=PLYGs0KbMA0hEYALIWDYu0tUpdwvAjbHw2
Al punto que su hija en el único lado que encuentra amor es
en la serie de los 90 Friends
Pero hoy los latinos son expulsados de Estados unidos y con
ellos de pronto se va la única posibilidad de salvación, un amor que venza a la
muerte.
Cuarto paso vivir en la presencia de Dios, este es el
regreso a una nueva raíz.
Primer despertar
La clave está en que
mi nada se una con la nada del logos:
La mismidad absoluta se manifiesta como nada no objetivable
en la conversión que tiene lugar en el interior de la personalidad. A través de
esa conversión, cada actividad corporal, mental y espiritual que pertenece a la
persona se revela como obra de las penumbras que se mueven en el escenario de
la nada. Este escenario representa el más acá del yo personal. Es el campo que
comúnmente se contempla como el más exterior para el yo personal y se refiere
como el mundo externo presente realmente en el aquí y el ahora, siempre
cambiante. Al mismo tiempo, es el campo de la nada que brota desde la intimidad
más profunda del interior del yo personal. Es la realización última y la
expresión de la nada no objetivable y, en este sentido, es subjetiva de forma
elemental. Es, por decirlo así, el lugar de la desinteriorización. El exterior
es aquí más interior que lo más íntimo. El mundo exterior aparece como una
autorrealización de la nada no objetivada, o mejor dicho, se hace presente como
es, en identidad con la nada. El campo de la verdadera existencia humana se
muestra más allá de lo interior y lo exterior, en un punto en el que el hombre
en la penumbra es uno con la mismidad absoluta. Aquí tenemos una autoidentidad
total.
El pensar, sentir y actuar son, en cualquier situación,
apariencias completamente ilusorias, sin nada tras ellas, son el corazón y la
mente oscurecidos del hombre en penumbra. Y, en cualquier situación, son uno
con la mismidad que es consciente de sí como nada no objetivada absoluta, más
allá del tiempo y del espacio. Esta unidad es la autoidentidad. Estas
actividades de la conciencia son lo más familiar para el sí mismo que permanece
en la mismidad absoluta. El campo que ocupa el yo en ese momento no es el punto
de vista de la mera personalidad o de la conciencia de ego, sino de la nada. No
es el mero punto de vista de la autoinmanencia personal del interior de la
propia personalidad, o de la autoinmanencia consciente en el interior de la
conciencia misma. En la medida en que el campo de la nada es completamente uno
con la personalidad y la conciencia, la totalidad de esa unidad se halla
presente en el interior de la personalidad y de la conciencia. A la inversa, en
la medida en que la personalidad y la conciencia pueden ser lo que son, sólo en
unidad con la nada absoluta, la misma unidad completa se encuentra
extáticamente fuera de la personalidad y de la conciencia. El interior y el
exterior absolutos son aquÍ uno y lo mismo. Lo que hace esto posible es que
hemos llegado al punto de vista de la nada absoluta, esto es, al punto de vista
de la nada-en-el ser, ser-en-la nada. El ser personal, con su corazón y su
mente, es completamente real en cuanto es totalmente uno con la mismidad
absoluta; en cuanto está del todo separado de la mismidad absoluta, el ser
personal es como una ilusión y una sombra. Por esta razón, el corazón y la
mente sumamente irreales del hombre en la penumbra, a pesar de que se originan
a cada momento como cosas totalmente transitorias y completamente imnersas en
el mundo temporal, al mismo tiempo y en cualquier situación, permanecen en su
temporalidad extáricamente fuera del tiempo. Son del todo eternos en su
temporalidad. El corazón y la mente del hombre en la penumbra, que llega a ser
y deja de ser a cada instante fugaz, es en cualquier situación desde hace mucho
¡maravilloso misterio! El sí mismo en su mismidad absoluta no es lo que
normalmente denominamos yo o ego personal o consciente, ni existe como algún
otro que el yo personal y consciente. No es otro hombre: no es ni yo ni otro. A
pesar de que el yo y el otro, como hombres, están completamente separados uno
de otro, el hombre como tal (esto es, la personalidad consciente), en todas sus
actividades vivas y modos de ser, es un fenómeno que se presenta como hombre a
la misma vez que aquello que no es un hombre, o sea, la nada absoluta. En este
sentido, cada hombre, como es en la forma real de su mismidad, no es un hombre.
Es impersonal. En otras palabras, es hombre como una aparición sin nada detrás.
Normalmente, nos encontramos a nosotros mismos en el punto de vista del ser
consciente personal. Por ello, el yo y el otro, como realidades humanas,
tienden a comprenderse, absolutamente, como dos. Sin embargo, el yo y el otro,
desde un punto de vista próximo al más acá -mientras que como personas siguen
siendo absolutamente dos, al mismo tiempo y en su dualidad-, no son en absoluto
duales en su no-humanidad, es decir, en su impersonalidad. Tan sólo desde ese
punto de vista podemos decir que el corazón y la mente del hombre en la
penumbra no son «ni yo ni otro». Éste es el punto de vista de la mismidad
absoluta, del verdadero sí mismo, que es personal en lo impersonal e impersonal
en lo personal. A su muerte, Gasan Joseki dejó estas líneas: Noventa y un años
que mi carne y mis huesos se unieron; y esta medianoche, como siempre, yaciendo
en las fuentes amarillas26• La mismidad absoluta, descrita en términos de «ni
yo ni otro», es el sí mismo del hombre cuya «piel y huesos se unierom, su conciencia
real y su existencia personal con sus actividades vivas. Sin embargo, al mismo
tiempo, todavía es siempre extático en el centro de todas esas actividades,
siempre «yace en las fuentes amarillas». En cada momento de la actividad humana
es absolutamente muerte-en-la vida, vida-en-la muerte; ser-enla nada,
nada-en-el ser absolutamente. De forma similar, Eckhart dice que el alma
encuentra su fuente de vida eterna saliendo constantemente de sí misma en el
desierto de la deidad: en la nada que reside más allá incluso del ser de Dios,
la nada que es el lugar de la muerte absoluta del alma27• Desde el punto de
vista de la mismidad absoluta, la vida y la muerte pertenecen al sí mismo, cada
una a su propio tiempo y en su propia forma. La vida y la muerte, en sus respectivos
momentos, están totalmente constituidas en el tiempo. Son del todo temporales
pero, al mismo tiempo
a cada instante y en su forma de ser temporal, son
extáticas. Son extáticamente. Desde e! punto de vista de la mismidad absoluta,
no hay ningún cambio de la vida a la muerte. Éste es e! sentido de las palabras
sobre la muerte del verso citado: «esta medianoche, como siempre» . Esto nos
recuerda la imagen de Nietzsche de la medianoche y el mediodía que llegan a ser
uno. La vida-en-la muerte, la muerte-en-la vida absolutas se manifIestan a cada
momento en la vida humana, como si la medianoche declinase hacia e! mediodía en
un rayo de sol refulgente. El maestro zen chino de! siglo XVIIl, Ma-tsu, yacía
en cama gravemente enfermo, cuando recibió una visita y al ser preguntado por
su estado respondió: «El Buda de rostro solar, e! Buda de rostro lunan. Los
gemidos de dolor y e! último aliento son como (ce! Buda de rostro solar, el
Buda de rostro lunan. Vimalakirti en Vimalakirti Sutra, sostiene que padece enfermedades
porque todos los seres sensibles las padecen. Su enfermedad es real de verdad,
aunque represente una ocasión para mostrar la gran compasión por todas las
cosas vivas. En su comentario no hay e! más mínimo indicio de una enfermedad
fingida y no debería comprenderse en sentido metafórico o simbólico. Mientras
la enfermedad que padecen todas las cosas vivas sea real, el sufrimiento que
Vimalakirti experimenta desde el campo de una no-dualidad absoluta entre el yo
y el otro no es menos real. La enfermedad que padece es real por los cuatro
costados. No obstante, decir que su padecimiento es vacío no significa que haya
que encontrar salud en algún lugar detrás de él o en su interior, sino que su
enfermedad absolutamente real es, como tal, una con la vacuidad. Es como reza
e! dicho: «El agua no moja al agua, e! fuego no quema al fuego» . He aquí el
significado central de la vacuidad. El agua hasta e! punto de no poder mojar,
no es agua; el fuego que no puede quemar, no es fuego. Sin embargo, decir que el
agua no se moja a sí misma, no significa que no sea, en efecto, agua, sino
completamente al contrario, significa que el hecho de que e! agua sea realmente
agua es la Forma real de la propia agua. La vacuidad es la forma real de la
realidad. La Forma real como tal es sin Forma. Sólo en esta no-Forma un hecho
llega a manifestarse como tal. Esto es lo que Vimalakirti tenía en mente cuando
decía: «Mi enfermedad no tiene forma y es invisible». Antes se destacó que la
Forma real de todas las cosas, incluido el hombre, viene a ser una doble
exposición de la vida y la muerte. Todas las cosas vivas pueden considerarse
bajo la Forma de la muerte sin por ello separarse de su propia Forma de la
vida. La apariencia real de estas cosas debe considerarse en el fondo sostenida
sobre la base del ser-en-Ia nada, nada-en-el ser, o de la no-dualidad absoluta
de la vida y la muerte, tal como acabamos de describir.
Segundo despertar ¿Tendrás tanta maldad como para no aceptar
el perdón?
El estado continuo del pecado es un pecado más; o para usar
una expresión más precisa, y como se desarrollara luego, permanecer en el
pecado es renovarlo, es pecar. Quizá le resulte esto exagerado al pecador, a
él, que reconoce apenas otro pecado actual como pecado nuevo. Pero la
eternidad, su contador, está obligada a registrar el estado que se queda en el
pecado, en el pasivo de nuevos pecados. Su libro no tiene más que dos columnas
y todo lo que no proviene de la fe es pecado (Epístola a los romanos, XIV, 23);
la falta de arrepentimiento después de cada pecado es otro pecado; incluso cada
uno de los instantes en que permanece ese pecado sin arrepentimiento, es un
pecado nuevo. ¡Pero cuán raros son los hombres cuya conciencia íntima guarda
una continuidad! Generalmente sus conciencias no son más que una intermitencia,
que no se manifiestan más que en las decisiones graves y permanecen cerradas a
lo cotidiano; el hombre no existe un poco como espíritu, más de una hora por
semana... evidentemente un modo bastante animal de existencia espiritual. La
esencia misma de la eternidad es, sin embargo, continuidad, y exige del hombre,
es decir que quiere que tenga conciencia de ser espíritu y lo crea. El pecador,
por el contrario, está tan en poder del pecado, que no suponiendo su alcance,
incluso ni sabe que toda su vida se encuentra en el camino de la perdición. No
registra más que cada nuevo pecado, que le da como un nuevo impulso sobre el
mismo camino, como si en el instante anterior no fuera hacia él con toda la
rapidez de los pecados anteriores. El pecado se le ha hecho tan natural o tan
una segunda naturaleza, que no percibe nada anormal en la marcha de cada día, y
no realiza un breve retroceso más que en el momento de recibir de cada nuevo
pecado como un nuevo impulso. En esta perdición, en lugar de la continuidad
verdadera de la eternidad, la del creyente que se sabe en presencia de Dios, no
ve la de su propia vida... la continuidad del pecado. ¿La continuidad del
pecado? ¿Pero el pecado no es precisamente discontinuidad? Henos de nuevo ante
la teoría de que el pecado no es más que una negación, de la cual ninguna prescrip-
ción podrá hacer nunca una propiedad, así como tampoco una prescripción no da
nunca derechos sobre un bien robado; que no es más que una negación, un
impotente ensayo de constituirse, destinado a través de todos los suplicios de
la impotencia, en un desesperado desafío, a no lograrlo jamás. Sí, es ésta la
teoría de los filósofos; pero para el cristiano, el pecado (y esto debe ser
creído, siendo la paradoja, lo ininteligible) es una posición que se
desenvuelve por sí misma, una continuidad cada vez más positiva. Y la ley de
crecimiento de esta continuidad no es tampoco la misma que la que rige una
deuda, o una negación. Pues una deuda no crece por el hecho de no ser pagada,
sino sólo cada vez que se le agrega una nueva. El pecado, por su parte, crece a
cada instante que se permanece en él. El pecador tiene tan poca razón en no ver
acrecentamiento del pecado más que en cada nuevo pecado que, en el fondo, para
los cristianos, el estado que resta en el pecado es su acrecentamiento, el
nuevo pecado. Incluso existe un dicho para expresar que es humano pecar, pero
satánico perseverar en el pecado; sin embargo, el cristiano está obligado a
entenderlo un poco diferentemente. No tener más que una visión discontinua, no
registrar más que los pecados nuevos y saltar los intervalos, el intermedio de
un pecado a otro, no es menos superficial que creer, por ejemplo, de que un
tren no avanza más que cada vez que se oye jadear la locomotora. Empero, ni el
silbido, ni el impulso que le sigue, es lo que en realidad hay que ver, sino la
rapidez continua con que avanza la locomotora y produce ese jadeo. Igual sucede
con el pecado. El estado de permanecer en el pecado es su fondo mismo; los
pecados singulares no son su continuación, sino que, únicamente, la traducen;
cada pecado nuevo no hace más que hacernos sensible la rapidez. Estar en el
pecado es un pecado peor que cada pecado aislado, es el pecado. Y en este
sentido, en efecto, permanecer en el pecado es continuar el pecado, es un nuevo
pecado. De ordinario no se lo entiende así; se cree que un pecado actual
engendra uno nuevo. Pero la razón, mucho más profunda, consiste en que
permanecer en el pecado es un nuevo pecado. Es así como Shakespeare, maestro
psicólogo, hace decir a Macbeth (III, 2) Sündentsprossene Werke erlangen nur
durch Sünde Kraft und Starke. Es decir, que el pecado se engendra a sí mismo
como una consecuencia, y en esta continuidad interior del mal, toma también su
fuerza. Pero nunca se llega a esta concepción considerando los pecados
aisladamente. La mayoría de la gente vive demasiado inconsciente de sí misma
para sospechar lo que es la consecuencia; carente del vínculo profundo del
espíritu, su vida, ya sea ingenuidad encantadora de niño, ya sea tontería, no
es más que una mala urdimbre de un poco de acción, de azar, de acontecimientos
mezclados: tanto se la ve hacer el bien, como luego rehacer el mal y volver al
punto de partida; la desesperación le dura tanto una tarde como hasta tres
semanas, pero una vez más hela aquí apuesta y de nuevo desesperada por todo un
día. Para la mayoría de la gente la vida no es más que un juego, en el cual se
participa, pero jamás llega a arriesgar el todo por el todo, jamás llega a
representársela como una consecuencia infinita y cerrada. Por esto jamás
conversa más que acerca de actos aislados, de tal o cual buena acción, de tal o
cual falta. Toda existencia, dominada por el espíritu, incluso si ese espíritu
se pretende autónomo, está sometida a una consecuencia interior, consecuencia
de fuente trascendente, que depende al menos de una idea. Pero, en una vida
semejante, el hombre teme infinitamente a su vez -por una idea infinita de
consecuencias posi- bles- toda ruptura de consecuencia. ¿No corre el riesgo de
ser arrancado a esa totalidad que lleva su vida? La menor inconsecuencia es una
pérdida enorme, puesto que pierde el encadenamiento; acaso es deshacer al
instante el encantamiento, agotar ese poder misterioso que reúne todas las
fuerzas en una sola armonía, aflojar el resorte; acaso arruinarlo todo, para
gran suplicio del yo, en un caos de fuerzas en rebelión intestina, de donde
habrá desaparecido todo acuerdo interior, toda franca velocidad, todo ímpetus.
El admirable mecanismo, que debía a la consecuencia tanta agilidad en el juego
de sus implementos de acero, tanta energía dúctil, ahora está descalabrado; y
cuando más espléndido, más grandioso el mecanismo, peor es su desarreglo. El
creyente, cuya vida íntegra reposa en el encadenamiento del bien, siente un
miedo incluso infinito por el menor pecado, pues él corre el riesgo de perder
infinitamente, en tanto que los hombres de lo espontáneo, que no salen de la
puerilidad, no tienen totalidad que perder, no siendo para ellos nunca pérdidas
y ganancias más que la parcial, que lo particular. Pero con no menos rigor que
el creyente, en lo opuesto, el demoníaco se ata al encadenamiento interior del
pecado. Es como el beodo que no deja de mantener su ebriedad día tras día por
temor a su suspensión, a la languidez que entonces se produciría y a sus
consecuencias posibles, si él permaneciera un día sin beber. A igual que el
hombre de bien, además, cuando se le quiere tentar, pintándole el pecado en
forma atrayente; su respuesta suplicante será: No me tentéis. Del mismo modo el
demoníaco, sin duda, os dará ejemplos del mismo tenor. Frente a un hombre de
bien, más fuerte que él en su posición y viniéndole a describir el bien en su
beatitud, el demoníaco es capaz de pedirle gracia, de rogarle con lágrimas en
los ojos que no le hable de ello, que no pretenda, como él dice, debilitarlo.
Pues su continuidad interior y su continuidad en el mal, hacen que también él
tenga una totalidad a perder. Un apartamiento de un segundo fuera de su
consecuencia, una sola imprudencia de régimen, una sola mirada distraída, un
solo instante con otra visión del conjunto o incluso de una parte y, como él
dice, surge el riesgo de no ser ya nunca él mismo. Es cierto que, desesperado,
ha renunciado al bien, y que ya no espera ninguna ayuda, haga lo que hiciera;
¿pero no podría aún perturbarle ese bien? ¿Suprimirle para siempre la
posibilidad de volver a hallar el pleno ímpetu de las consecuencias, en
resumen, debilitarlo? Únicamente en la continuación del pecado es él mismo, en
ella vive y se siente vivir. ¿Qué quiere decir esto, sino que permanecer en el
pecado es lo que, en lo más profundo de su caída, todavía lo sostiene, por el
diabólico reforzamiento de la consecuencia? No es el pecado nuevo, distinto, el
que (si, demencia horrible) le ayuda; el pecado nuevo, distinto, sólo expresa
la continuidad en el pecado y ésta es, propiamente hablando, el pecado. La
continuidad del pecado, que ahora va a seguir, refiérase menos a los nuevos
pecados, aisladamente, que al estado continuo del pecado, lo que es aún una
elevación de intensidad del pecado para él mismo, una perseverancia consciente
en el estado de pecado. La ley de condensación del pecado marca, pues, aquí
como en todas partes, un movimiento interior hacia una mayor intensidad de
conciencia. Capítulo I EL PECADO DE DESESPERAR DE SU PECADO El pecado es
desesperación y aumenta su intensidad el pecado nuevo de desesperar de su
pecado. Fácilmente se ve que aquí reside lo que se entiende por elevación de
intensidad, no se trata de otro pecado como, después de un robo de cien
rixdales, otro de mil rixdales. No, aquí no se trata de pecados aislados: el
estado continuo del pecado es el pecado y este pecado se intensifica en su
nueva conciencia. Desesperar de su pecado expresa que el pecador se ha
encerrado en su propia consecuencia o quiere mantenerse en ella. Se niega por completo
a tener relación con el bien, y teme la debilidad de escuchar a veces otra voz.
No; está resuelto a no escuchar a nadie más que a sí mismo, a no tener
cuestiones más que consigo mismo, a enclaustrarse dentro de un encierro más, en
fin, a asegurarse mediante la desesperación de su pecado contra toda sorpresa o
búsqueda del bien. Tiene conciencia de haber roto detrás de sí todos los
puentes y de este modo de permanecer inaccesible al bien como éste lo es para
él; al punto de que, deseándolo en un momento de debilidad, todo retorno le
será imposible. Pecar es separarse del bien; pero desesperar del pecado es una
segunda sepa- ración que exprime del pecado, como de un fruto, las últimas
fuerzas demoníacas; entonces, en este empedernimiento o entorpecimiento
infernal, tomado en su propia consecuencia, uno se obliga a considerar estéril
y vano no sólo todo lo que tiene por nombre arrepentimiento y gracia, sino
también a ver en ello un peligro, contra el cual uno se arma ante todo,
exactamente como hace el hombre de bien contra la tentación. En este sentido
Mefistófeles, en el Fausto, no se equivoca al decir que no existe peor miseria
que un diablo que desespera; pues la desesperación, aquí, no es más que una
debilidad que presta oídos al arrepentimiento y a la gracia. Para caracterizar
la intensidad de potencia hasta donde asciende el pecado cuando uno desespera
de él, podría decirse que en el primer grado se rompe con el bien y, en el
segundo, con el arrepentimiento. Desesperar del pecado es tratar de mantenerse,
cayendo cada vez más; como el aero- nauta que asciende arrojando lastre, el
desesperado que se empecina en arrojar por la borda todo el bien (sin
comprender que en un lastre que eleva, cuando se lo conserva) cae, creyendo
ascender. Y también es cierto, de más en más, que se aligera. El pecado por sí
mismo es la lucha de la desesperación; pero agotadas las fuerzas, es necesario
otra elevación de potencia, un nuevo retraimiento demoníaco sobre sí mismo; y
es esta la desesperación del pecado. Es un progreso, un crecimiento de lo
demoníaco, el cual, evidentemente, nos hunde en el pecado. Es una tentativa de
dar al pecado una continencia, un interés, de hacer de él una potencia,
diciendo que los dados han sido arrojados para siempre y que se permanecerá sordo
a todo propósito de arrepentimiento y de gracia. La desesperación del pecado no
es engañada, sin embargo, por su propia nada; sabiendo perfectamente que no hay
ya de qué vivir, más nada, la idea misma de su yo ya no le es nada. Es lo que
Macbeth mismo (II, 1), en gran psicó- logo, dice después de haber matado al
rey, y desesperando ahora de su pecado: Von jetzt giebt es nichts Ernstes mehr
im Leben; Alles ist Tand, gestorben Ruhm und Gnade. Lo magistral de tales
versos es el doble golpe de las últimas palabras (Ruhm y Gnade). Por el pecado,
es decir desesperando del pecado, se encuentra, al mismo tiempo, a una
distancia infinita de la gracia... y de sí mismo. Su yo, completamente egoísta,
culmina en ambición. Helo aquí rey y, sin embargo, desesperando de su pecado y
de la realidad del arrepentimiento, es decir de la gracia, acaba de perder
hasta su yo; incapaz, incluso, de sostenerlo para sí mismo, está tan lejos,
exactamente, de poder gozarlo en su ambición, como de coger la gracia. En la
vida {si en verdad la desesperación del pecado se encuentra en ella; en todo
caso se encuentra un estado que los hombres llaman así) se tiene generalmente
un punto de vista equivocado acerca del pecado, sin duda porque en el mundo, no
ofreciéndosenos más que aturdimiento, liviandad y estupidez puras, toda
manifestación un poco más profunda nos emociona y nos hace quitar devotamente
el sombrero. Sea por turbia ignorancia de sí misma y de lo que indica, o por
simulacro de hipocresía, o gracias a su astucia y sofística habitual, la
desesperación del pecado no detesta el hecho de darse el ilustre de ser el
bien. Entonces quiérase ver en ella el signo de una naturaleza profunda, que
naturalmente toma muy a pecho su pecado. Un hombre, por ejemplo, se ha
entregado a cierto pecado, luego ha resistido largo tiempo la tentación y ha
terminado por vencerla... Al presente, si recae en ella y le cede, el mal humor
que le invade no siempre es pesar por haber pecado, puede depender de otra
cosa, ser también una irritación contra la Providencia, como si fuera ella
quien le dejó volver a caer, y que no hubiera debido tratarlo tan duramente,
puesto que durante tanto tiempo había resistido perfectamente. ¿Pero no es
razonar como mujercita el aceptar ese pesar con los ojos cerrados; pasar sobre el
equívoco implícito en toda pasión, expresión de esa fatalidad que hace que el
hombre apasionado, a veces hasta llegar a estar loco, pueda percibir, después
del hecho, que ha dicho lo contrario de lo que creía decir? Este hombre
protestará quizá con palabras cada vez más fuertes, por toda la tortura de su
recaída, de cómo le arroja en la desesperan. Nunca me lo perdonaré, dice. Y
todo, para traduciros el bien que hay en él, la bella profundidad de su
naturaleza. Ahora bien, no es más que mistificación. En mi descripción,
expresamente, he incluido el nunca me lo perdonaré, una de esas frases,
precisamente, que de ordinario se estrecha en semejantes circunstancias. Esa
frase, en efecto, os coloca de inmediato de aplomo en la dialéctica del yo.
Nunca él se perdonará... pero si entonces Dios quisiera hacerlo, ¿tendría la
maldad, él mismo, de no perdonarse? En realidad, su desesperación del pecado
-sobre todo cuando hace gala de expresiones denunciándose (sin pensar en ellas
para nada), cuando dice que no se perdonará nunca por haber pecado de esa
manera (palabras casi opuestas a la humilde contrición que ruega a Dios el
perdón)-, su desesperación indica tan poco el bien que, por el contrario,
señala más insensatamente el pecado, cuya intensidad proviene de que uno se
hunde en él. De hecho, cuando se esforzaba en resistir a la tentación, juzgó
que se hacía mejor de lo que es realmente; se ha puesto orgulloso de sí mismo y
su orgullo está ahora interesado en que el pasado sea perfectamente terminado.
Pero su recaída, de pronto, hace de ese pasado toda su actualidad. ¡Llamado
intolerable a su orgullo! De aquí ese entristecimiento profundo, etc. Tristeza,
evidentemente, que da la espalda a Dios, que no es más que una simulación de
amor propio y de orgullo. Cuando en primer lugar debería darle humildes gracias
por haber apoyado durante tanto tiempo a su resistencia, y confesarle luego, y
confesarse a sí mismo, que ese socorro ya excedía su mérito y, finalmente,
humillarse al recuerdo de lo que fue. Aquí, como en todas partes, la
explicación de viejos textos edificantes desborda de profundidad, experiencia e
instrucción. Enseñan que Dios, a veces, permite al creyente un paso en falso y
la caída en alguna tentación... precisamente con el fin de humillarlo y
fortificarlo de este modo más en el bien. ¡EI contraste de su caída y de sus
progresos en el bien, quizá considerables, es de tanta humillación! ¡Y
constatarse idéntico a sí mismo es de tal dolor! Cuando más se eleva el hombre,
más sufre cuando peca, y mayor riesgo hay si se carece de cambio; la menor
impaciencia, incluso, lo tiene. Quizá se hundirá de pensar en la más negra
tristeza... y algún loco director de almas estaría completamente listo,
entonces, para admirar su profundidad moral, toda la potencia del bien en él...
¡como si eso fuera bien! Y su mujer, ¡la pobre!, se siente humillada junto a
semejante marido, serio y temeroso de Dios, a quien el pecado entristece tanto.
Acaso sostiene propósitos aun más engañadores, acaso en lugar de decir: nunca
podrá perdonármelo (como si ya se hubiera perdonado de los pecados él mismo:
pura blasfemia), diga solamente que Dios nunca podrá perdonarlo. ¡Ay! También
aquí no hace más que embaucarse. ¿Su pesar, su preocupación, su desesperación?
Simple egoísmo (como esa angustia del pecado, en la cual la misma angustia os
arroja en ella, puesto que es amor propio que quiere enorgullecerse de sí
mismo, ser sin pecado)... y el consuelo es su necesidad menor y es por esto que
las enormes dosis que administran los directores de almas no hacen más que
empeorar el mal.
Tercer despertar saciando
el hambre con eternidad
¿Quién eres hoy, maestro? ¿Quién?
—Y que, ¡ajos! Soy un aristócrata deshuesado y el
chullpa-tullu de un santo, un hombre con los guantes remangados. Ah, ustedes
desconocen mi alquimia; que el secreto para destilar mis extracciones me lo
aprendí en el hueso del awichu. Sépanlo ahora: yo sé que tengo hambre. Mi
hambre en este punto es el hambre de la tierra, en lo que vive y de lo que
vive. Pero aunque mi hambre sea el hambre de la tierra, y el hambre de la
tierra la de mis "pasados", como de ella ellos viven, la hambre no
vive fuera del hambre, si no en el hambre, que eso es el hombre. Ustedes,
divinos sarcófagos, sólo conocen el hambre del vahído; por lo que, cuando por
ella pregunten, lapéandoles las campanas, les dirá: —¿Quiénes sois, puerquitos?
No os conozco. ¡Talán! ¡Talán! ¡Talán! , ¿Puede mi aristarquía mejores
ejecutorias? El hambre no unce a quienes estamos habituados a sus puntapiés, ni
cuando nos viene la gana se resiste a las bodas. Así; me acomodo en cúbito
dorsal pero nó de rodillas, como se verá cuando talle el estallido de su
látigo: quién baila con él, el puerquito o yo. Tiemblen, Sólo para los
hambrientos de diablura la hambre es la barragana del Diablo. Y como el Diablo
oyó que le aludía, y sintió que mal se aludía a su barragana, le mordió la
oreja. —¡Valiente cataplasma! —le dijo—. Con mi santa esposa no te hagas el
resbaloso... De manera que inclusive la eternidad, que no es, menos mi
barragana, para tí es la hambre, y el Diablo el hambre. Y todo se reduce a que
estás de hambrecita, y hambre son tus huesos, y hambre tu hígado y el
hambriento tu sexo. Y en suma, todo tú eres sólo hambre. ¡Cachiporra! No eres
el hambre, ni en hambre te encarnas con la hambre de las hembras. Eres uno que
yo me sé y que no sientes. Los hambrientos tendrán hambre; pero casi nunca se
siente lo que se posee. Eres árbol, acémila, cañahueca, puerco y acaso ángel
también. No te des otros hipos. Para hambriento te falta un titulo...
Y de la oreja le saltó una pulga que le encaró. —¿Jaaaa?
—Si; soy yo. —¡Pestilencial! Te entiendo y no te entiendo. —Bien que me di
cuenta há rato. Todo eso tienes a tu favor. Repito que te falta un pergamino y
habrá docto más sabio que tú. Y tanto que ignoras enciclopédicamente quién
seas; si árbol, estrella o docto. —Si árbol, soy el árbol hambriento; si lo
segundo, la estrella que llora de hambre, por último, el togado de la hambruna.
Todo lo que en mi llevo y no siento. Ve si te entiendo y no me entiendo. ¿Te
queda algo más? Mételo en un alba pacata virgine y en la bosta de los amos: ése
soy... —¡Y pensar que inventaste al Diablo! De los amos hambrientos, di,
jumentillo. Ellos son los hambrientos por divina permisión y la naturaleza de
las cosas. No cuentes con mi ayuda el día de la Justicia; y duda mucho que del
Señor la clemente injusticia te sea propicia. Aquí lo que hay es que te falta
finura. El cerebro rústica de tus antepasados te impide comprender a tu hijo.
—¡Wakra wiswi!... No comprendo pero engendro. Del rabo a la cornamenta eres una
sospechosa tentación; y tienes tan pecaminoso olorcito a metafísico... Pues
bien, sábelo: mi eternidad es mi hambre. Y si la eternidad no es hambre dame
por muerto o no nacido. Te lo diré en hombre: sullu nayaha. Eternidad soy y
eternidad es mi carne; que si en mi estoy, y soy mi carne, no puedo ser sino el
hambre. No me tires las champas, que escrito está que en todo mestizo hay quien
relincha. —¡Pobre caballería! Cómo se ye que nunca te desayunaste con la
"Guía de Pecadores'" de Fray Luis. Relincho te falta, padre mío.
—Cuida nombrar lo innombrable para tí, lagarto. —¡Guá! ...¿Qué te pasa? ¿Te
volviste casto, o castizo? ¡Velay, el relincha del Khori-Puma! De manera que te
presento un aptapi; te pegas el atracón; te lames las barbas; eruptas... y ya
no eres hambriento. Qué poco favor haces al Diablo. De verdad te digo que sin
que me aludieras no estaría frente a tí, y menos en esta traza; pues metido en
la borra donde, dizque se hacen los genios, te oía con deleite. He aquí (me
decía) entre tanto cerdón el gran cerdudo, la probeta de Fausto, do hasta el
Diablo enloquece. Pero... —No será de hambre que enloquece el ahíto. El hambre
es personal; y nada menos personal que el estómago del Diablo. —¡Zambomba! —¿No
te dijo el Cristo legión eres? En mí se aísla el hambre de los hambrientos;
adquiere señorío y heráldica. Mi heráldica es lo que hambrea en mis hijos. —¿Es
que el Diablo ha de sufrir ésa tu hambre? —No te aludo! meteco; que nadie te
dio vela en este velorio. Puedes cerrar los ojos en el Escorial; mas acá debes
abrirlos. Acá comerás mugre, mugre de indio; te den allá pudridero de reyes.
—¡Indio! ¿Pretenderás que el Diablo español pueda rezar en indio? —Nó digo eso:
el indio no te conoce.
—¿Me negarás? ¿No soy tu hijo?... Tu hijo, y nó por el
idioma, que el tuyo bueno es para que lo aguanten los Nebrijas. Tu hijo soy por
las barbas. Cuídente ellas; y habla como te pida el Sacha-runa de tu gana...
—De la phusa eres el pus. Camaleón: razona alguna vez. —¿Y con qué razones? No
puede el Khusillu pedir a su hijo que razone; que si tu hijo soy no seré
guacamayo. Quien debe usar las barbas eres tú, si ya es tiempo que dejes el
árbol. ¿Conoces el infierno que haz metido en mi alma? —¿Tu alma? ¿Hablas en
parábolas también? —Aunque no me lo creas: alma. En algo tiene que atontarse el
Diablo. No me entenderás. Lo comprendo. Pero así tendremos que ir, uno junto al
otro, mudos, y corneando. —¿Y quién te metió en el cuesco que debas llamarme
padre? —¿Quién? Ella; mi madre. —¿Madre? ¿Tú? —¿Has ,olvidado al yaraví? Ella:
"la indiecilla tierna del panal de Wakhe". Ella, que adoraba en tus
barbas. Desque te las raparon perdiste la memoria; y ya no pareces un hombre,
sino amasijo de mugres. ¡Vuelve a las barbas y el Señor no requerirá de
"papitas" para perdonarme sus pecados! Imagínalo: Dios que es el más
hermoso barbón de la Creación tener que vérselas con el renegado de las barbas.
¡Déjate las barbas, quien sea por este Diablo cansado de su genio! —¿Barbas
tuve? Nó, barbas; son improperios, Belcebú. Y no míos, si de los que en mí
están. Y los siento, y sentiré; hoy y mañana, cada vez que ponga el cuello en
manos del barbero para que tale el matorral. Los siento y sentiré, hoy y
mañana, y siempre. Si miran con mis ojos; aman y gozan con mis huesos, y si han
sed han sangre; y si han cólera han lágrimas. A eso llamas mis barbas.
¿Entiendes? —Casi, a decir verdad. —¿Crees que así como medran del rastrojo y
trabucan en el thanta-khatu, jamás lograrán miniar una pedrezuela preciosa?
—Por lo que los alabas, imagino: ¡son tan wiswis! —Trágate ésta: "Sólo la
mugre escupe al Diablo". —Pardiez... Me rompiste el bautismo... Como
frase, digno de Vargas Vila. Peto en un infierno que yo me sé las frasesitas
nada valen. Lo que vale es la mujer, que para las biles de los Vargas Viles
vale tanto como para el Diablo. Para mí más bello será siempre el incienso que
en graciosas espiras sube hasta morderme la punta de la nariz. ¡Ese el dulce
olor de los Pecados Capitales, Sacha-runa! —¡Infeliz!... No conoces el
espermatoblasto. —Cómo que no le conozco. —Sabe que vengo del petróleo que lo
empuja al corazón enamorado y vuelve tierna la toronja seca, tierno al santo y
es lo que hace lagrimear el ojo putrefacto del Chullpa-tullu. —¡Ah, si: el
hedor mensual de tus cabras. ¡Cuándo comprenderás que vivo asqueando ese hedor
que satura tu borra! El hombre, para ser digno del Diablo, debe oler a nardos y
usar tanta agua dé Colonia cuanta sea necesaria hasta perder el olorcejo de la
asadura de que lo extrajo la comadrona. ¿Crees que el cielo se siente ufano
porque el hombre salga de la charca? Vélo en mí, que no me sacaron de tolinas y
no tengo el olorcito de la trucha descompuesta. No en otra virtud he recibido
la misión de odorar la borra del hombre. Huele como un bote de perfume y no
habrá quien no diga que no diste botes en la impureza, aunque en secreto hedas.
Advierte cuán sabia la sabiduría, vedántica, si después de cada parto manda
lavar a la mujer y a la misma vaca del establo, pues sostiene que quien la ve
con malos ojos y la toca con dedo malo se manchará. Y el Levítico qué no te
dice: que la mujer, porque se dispone a ser madre, cada dos lunas, es impura;
por lo que, lo que impurifica y corrompe al hombre, y a todo lo que be pone al
alcance del flujo, es el caldo cohabital. ¿O es que te gusta el freguez de los
ajos? Que el ajo te guste, lo explico; pero no el marisco ajudo ... —¡Qué bien
huele tu lengua! —Ja, ja, ja, ja... No te indignes. Aprende a soportar la
acidez y podrás reír del ácido. Hombre: compadece al Diablo y padécete. De mí
te digo que me padezco heroicamente, si es ahora, y en ti, que he visto el
deleite místico del estómago cuando ingiere y digiere: ¡Eso, el cielo, tatalay!
¿Qué puede digerir el Diablo si carece de alma? De un alma que digiere parten
las sutiles emanaciones del amor, la generación y la muerte. Y yo vivo con una
amenaza implacable de inmortalidad; una inmortalidad sin estómago. Cómo tú,
Khori-Puma, que eres el más grande de los brutos de mí te condolieras y
trasmutaras al Diablo en Khusillo; como con tu, poderosa mandíbula lograras el
milagro de todos los siglos impasible cielo se niega. Y el infeliz Khori-Puma
se puso triste por la infelicidad del Diablo. Sus ojos mareaban en borrosas
lontananzas. La imilla tierna que a la caricia se rindió del hambriento hidalgo
que en Castilla la Vieja dejara almenado castillo para morir en carne india sin
almenas ni castillos, medular, cosquilleábale la médula, como el toro de lidia
se aguza los cuernos encajonado en el toril listo a dispararse sobre el ruedo.
¿No te parió ella un día de borra y de Diablo español? Ya no podría preguntar
al hidalgo: —Y bien, caballero: ¿cómo te supo esa carne después de tanta carne
equina y de rata? ¿cómo, tras la de ese seor soldado, gordete y untuoso, que
manducaste con pimiento de indias, y tan a gloria te supo, y supo a tu gente?
Mas le quedaba el recurso de preguntárselo a sí mismo. —Y, la carne de la
imilla, acabó con el Diablo? . Sentía que fue él, y no otra, quien anduvo con
el porquerizo analfabeto, cuando, trazando, con la espada el límite del cielo,
debelara el canon de los forajidos hambrientos. —Vedlo bien, caballeros
hidalgos: por allá, la paz del puerco, paz de ermita, de manteletes,
trapizonda. Por acá: hambre, pero riqueza, pero pututu, y tres peros peraltados
por la gloria de Patria Madre. ¡Vedlo bien, hidalgos; abrid los españoles ojos:
de aqueste lado el oro; desotro la gloria de los desventurados! ... Y dio el
paso, cuál cumplía al puerco y a la Gran Bestia del Pasmo. Y entre carnales
oros y hambres en cueros, grita y fritangas, encontró la carne cuyo oro buscaba:
el suyo, y el de su vieja carne, que aún hoy bufita de hambre de oro. ¿Qué era?
Bien poca cosa: un caballerete sin hidalguía, usutas, y la explosión de todos
los partos electrónicos. Nada extraño si le ofenden. —Eres más que un indio
enhuesado en su cadena, indio poltrón, tímido y resentido, que degusta la
gloria del alcohol y no decanta el alcohol de la gloria. ¿Quién te afina?
Phuá... La "cáscara del novillo" español.
4 comentarios:
Hola Cristian
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David
Grato recibir tu comentario
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David
Muy acertado por cierto
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Enviaste
aun no lo termino estoy trabajandolo por fa unt iempo en horas lo tengo
Que gusto poder concentrarnos en medio de tanta fragmentación
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David
Ok
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Enviaste
si es un gran gusto
Dios te Bendiga
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Enviaste
igualmente amigo muchas gracias
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David
Yo también soy demoradito... Jijij
Bueno aunque a usted le rinde
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David
Parcero
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David
Parcero es como amigo acá en Colombia
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David
Fíjate que Maduro también se critianocentraliza
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David
Como Trump
es totalmente cierto
Aunque sean polos opuestos
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David
Porque con el fascismo tiene en común el Carisma. Al igual que cualquier líder demoliberal, como Trump
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David
Todos tienen el común la base Hierocratica del derecho divino
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David
En el texto sociología del poder de Max Weber, hace referencia al punto de quiebre hacia el Fascismo
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David
Herrschaft
uuyy voy a buscarlo
David
De resto tiene todos el mismo contrató Social que parte de la democracia
Por eso Concuerdo con Cristian en que la democracia parece estar en el centró de la izquierda y la derecha
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David
Pero para mí está democracia actual y globalizada, tiene un problema popular-productivoque no permite la solución de la crisis entre las 2 categorías
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David
A la gente le importa muy poco de lo que nosotros hablamos... Y eso es la opinión popular... Un número amplio de opiniones subjetivas acerca de los fenómenos sociales sin un capital mínimo para aventurarse a hacerlo. Me refiero a capital intelectual, conocimiento. Lo contrario de la idiotez. Según la epistemología griega idiota es la persona egoísta que no le interesa nada de lo social, colectivo,grupa,comunal, etc. Todo lo contrario a la democracia participativa!. La educación en Ciencias políticas permite formar un activo para la superación de las diferencias Político Sociales. En ese punto es arte la política participativa, cuando cuenta con un pueblo educado.
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Comparto un poco
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David
Voy a proseguir con nuestra conversación en el grupo
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David
Dios te Bendiga nuevamente parcero un gusto nuestra concentración.
El pensamiento débil reproduce al pensamiento fuerte pero el pensamiento fuerte también reproduce al débil, el "capital" intelectual de uno esta en el pensamiento académico el del otro en la legitimación o deslegitimación de la calle ante el poder ambos no son libres y parecieran no tener conexión pero uno no existiría sin el otro, uno mas concentrado otro mas disperso pero ambos funcionando, en márgenes hasta que el poder se los apropie
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Enviaste
me cuesta leer tan chiquito pero muchas gracias
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David
No puedes ampliar la imagen?
Exactamente. Existe una reciprocidad organizativa entre los actuales fuertes y débiles. El poder, en términos de superar una dificultad Social comienza en la apropiación de las condiciones para legitimarlo y debe partir de la capacidad de concentración de quienes superan la legitimación de la calle o Popular, debido a no reconocerce inmiscuidos inconscientemente en unas relación de dominación y producción desde un pensamiento fuerte que se auto legítima como apropiado y uno débil que en reciprocidad lo legítima.
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David
Cristian te recomiendo baja también el PDF del Estado Judío de Theodor Herlz
Eddy Garcia
Colaborador estelar
No existe izquierda ni derecha, existe gente luchando por el poder en bandos contrarios y t0nt0s siguiéndolos y apoyándolos.
50 minutos
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Christian Franco Rodriguez
Autor
Colaborador en ascenso
Eddy Garcia En el sistema solo existe izquierda o derecha por eso mismo para manejarlo necesitas a las dos pero sobre todo dividir la izquierda y la derecha para que nadie puede manejar el sistema más a nosotros no nos interesa manejar el sistema y entonces lo esoterico nos lleva a la derecha y encontramos la izquierda y lo exóterico nos lleva al izquierda y encontramos la derecha así podemos elevar a ambas a la idea no idea y y bajar ambas hasta la materia no materia pero lo mas hermoso es estar en el centro no de la herida sino del logos.
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