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lunes, 14 de marzo de 2022

Mañana volverán mis hijos al colegio

 Mañana volverán mis hijos al colegio

¿Para qué?
Todo este tiempo los he formado desde un método noumenológico que a diferencia de la fenomenología transcendental que llevara a Heidegger y a Sartre a un existencialismo, la noumenología lleva a una experiencia de redención y es que la conciencia se proyecta hacia el mundo con sus intenciones y eso es lo que estudia la fenomenología, mientras que la noumenología estudia al Espíritu volviendo del mundo para integrarse en el ser, siendo la base la experiencia cero el paso del ser al no ser para ser.
Lo terrible de ir al colegio, es que no hay ser, el sistema opera en base a la exclusión de toda inseguridad ontológica y forma a gente que se va a adecuar a sistemas, forma operadores de máquinas en distintos niveles y hace de la propia gente máquinas que se operan por otra gente convertida en máquinas, en la era digital esto es formar ciborgs, organismos procesadores de información, porque la clave para operar las máquinas y todo sistema de máquinas es la información. Entonces no tenemos una conciencia intencional sino una programada que renuncia a si propia libertad como conciencia, esto es lo que denuncia siempre Sartre la mala fe, el hombre huyendo se su propia libertad y mucho menos esta conciencia se pregunta por el sentido de su ser, toda angustia debe quedar fuera para una operación eficaz, el hombre renuncia a su ser y lo olvida eso es lo que denuncia Heidegger.
Lo bueno del sistema de educación peruano es que es muy malo, muy ineficaz, y siempre hay espacio para encontrarse con otro ser humano, lo malo es que el otro ser humano no es consciente de su humanidad y no la cuida, venden su alma al primer postor sin importan nada ni nadie, la corrupción es la clave del sistema peruano y esto trae frustración y violencia pero aún se puede encontrar humanidad bruta.
Después de la pandemia y con una educación virtual pésima, se puede hablar de toda una generación perdida, lejos de asumir el reto de recuperar a esta generación, el sistema educativo pretende seguir como si nada hubiera pasado y los padres asumen que la educación que se les da a sus hijos es la adecuada, nada más lejos de la realidad, porque las operaciones están cambiando radicalmente hay nuevas tecnologías que los profesores actuales ni siquiera soñaron.
El paradigma constructivista en la educación hace agua y las competencia que se tendrían que lograr no se logran se necesita de un esfuerzo mayor y esto es imposible en la educación en general, mucho pero en la educación pública, el paradigma constructivista es posmoderno y no valora el conocimiento, sino que vive la crisis epistemológica y axiológico naufragando en ella y entonces ¿Para qué vuelven al colegio?
Encima mis hijos no se han vacunado y por lo menos mi hijo no piensa vacunarse está dispuesto a hacer toda una lucha, valorando su libertad.
Quisiera decir que he logrado muchas cosas con mi proceso y que temo que se pierdan en el colegio, pero mi proceso permite tomar conciencia de las inseguridades ontológicas ante Dios, ante la naturaleza, ante los otros, y ante mí mismo, superar estas inseguridades es un trabajo de toda la vida.
Se requiere vivir la experiencia religiosa el misterio tremendo fascinante para superar la inseguridad ontológica ante Dios
Se requiere vivir la experiencia creativa y lograr la transferencia del tenor a un vehículo en base a un fundamento analógico y así poder expresarme e ir superando las inseguridades ante mi propia naturaleza.
Se requiere vivir la experiencia dialéctica reflexiva para superar la inseguridad ontológica subjetiva y acercarme a la sabiduría de mi subjetividad de mi yo.
Se requiere vivir la experiencia de alteración de sistemas para superar la inseguridad con los otros y lograr el espíritu objetivo.
Y luego es importante invertir los campos ontológicos y vivir la experiencia de una religión profana de un arte abyecto de una filosofía existencia y de una ciencia compleja que no se contente con una respuesta.
Lo siguiente es integrar los dos campos ontológicos y esto produce una alteración y contra alteración de sistemas superando los conflictos ontológicos entre el ser y el tener, los conflictos morales-éticos entre el querer y el deber, los conflictos gnoseológicos entre la verdad y el poder, el conflicto integral del amor, los conflictos políticos entre el poder y la verdad, los conflictos psicológicos entre el querer y el deber, los conflictos ecológicos entre el tener y el ser, para por fin superar el conflicto entre la iglesia y Cristo entre el hombre y Dios.
Cada conflicto es un infierno donde se enfrenta la ira de Dios y al menos que nos acojamos a la gracia no podremos superarlo, solo en la gracia divina es posible la vuelta al ser.
Estamos en un tiempo apocalíptico donde la ira de Dios se derrama hay un calentamiento global toda la naturaleza esta reaccionado a la actividad humana, hay una pandemia aun en curso y esto se le suma una guerra global porque la guerra en Ucrania nos afecta a todos ¿Ha reflexionado el sistema educativo el contexto en el que se encuentra? No.
Y entonces otra vez la pregunta que me llena de angustia ¿Para qué mando a mis hijos al colegio?
Pues para probar mi propio entrenamiento y ver como superan su mundo ser testigo de su aventura de vida y aprender de ellos, yo no pude con el colegio, ellos lo pueden hacer mejor, aunque el reto es más gran qué el que yo tuve, los niños irán con muchas cargas después de estar encerrados tanto tiempo, que Dios los acompañe a todos ellos, a todos los que vuelven a la escuela y que les de sabiduría a sus profesores y maestras, mi mujer y yo junto a muchos otros padres estaremos apoyando y vigilando.
Nota
Aquí comparto el proceso educativo con mis hijos que seguiré haciendo a la par que mis hijos están en la escuela, no podemos renunciar como padres a ser los primeros educadores de nuestros hijos mucho menos ahora.

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