Esquema de la experiencia noumenológica
1 Sensibilidad religiosa auto sensibilidad certeza
2 Percepción creativa auto percepción recreación de la percepción
3 Entendimiento critico auto entendimiento conócete a ti
mismo
4 Razón reflexiva conciencia autoconciencia.
5 Idea inteligencias
6 Voluntad: inversión de la idea voluntad de esclavo libre
camello voluntad de ser, voluntad de león voluntad de poder, voluntad de niño o
voluntad de sabio, voluntad revelada Esposa de Cristo.
7 Espíritu integración de la conciencia con la voluntad
en el logos de amor.
Hermenéutica de la
revelación de la salutación en la carta a los romanos primera caminada del
espíritu
Pablo, siervo de
Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios,
2que él había prometido antes por
sus profetas en las santas Escrituras,
3acerca de su Hijo, nuestro Señor
Jesucristo, que era del linaje de David según la carne,
4que fue declarado Hijo de Dios con
poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos,
5y por quien recibimos la gracia y
el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su
nombre;
6entre las cuales estáis también
vosotros, llamados a ser de Jesucristo;
7a todos los que estáis en Roma,
amados de Dios, llamados a ser santos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro
Padre y del Señor Jesucristo.
Sensibilidad religiosa creo el absoluto libera, separa.
Experiencia cero de Damasco
Rito de separación se escoge el trigo simbólicamente Formula yo te elegí desde el vientre de tu madre.
Mito llamado de profeta, (Jeremias) pruebas (David
supera a Goliat a Saúl a su deseo, a la
violencia para recibir la revelación de
la salvación en Jesucristo) Retorno como apóstol para las naciones.
Surge la certeza de la salvación divina.
Percepción creativa
Música compongo un ritmo una melodía
Danza una coreografía se va revelando una contra
transferencia a la imagen de la salvación
Poesía:
Me lastima la luz
Al igual como a la rata le lastima la esperanza
Déjame con los otros, no tengo oxigeno como para soportar tu
silencio
¿Amado de Dios? ¿Todo este tiempo?
¿Eras tú en el mar acariciándome?
¿Eras el calor en la peña esa noche?
Me lacera tu luz y tiemblo.
Arte visual
Líneas del color de una rata con plumas ahogándose en la luz
del sol.
Teatro
Es un drama en el que el personaje no acepta el fin de la
tragedia.
Performance
Entro con esta salutación a Iglesias, burdeles, comisarias,
escuelas
Registro
Muchos entran con esta salutación a diversos lugares yo los voy registrando.
Entendimiento critico
Contexto:
La Epístola a los Romanos, a menudo abreviada
como Romanos, es el sexto libro del Nuevo Testamento. Los eruditos bíblicos
coinciden en que fue compuesta por el apóstol Pablo para explicar que la
salvación es ofrecida a través del evangelio de Jesucristo. Es la más larga de las epístolas paulinas y
es considerada su «legado teológico más importante», así como su magnum opus.
Índice
·
2Autoría
·
5La vida de Pablo en relación a su epístola
·
7Estilo
§ 9.1.2Oración de Acción de Gracias (1:8-15)
o
9.2La salvación en Cristo (1:16-8:39)
§ 9.2.1La justicia de Dios (1:16-17)
§ 9.2.2Condenación: La corrupción universal
de los gentiles y los judíos (1:18-3:20)
§ 9.2.2.1El juicio de Dios (1:18-32)
§ 9.2.2.2La advertencia de Pablo contra los
hipócritas (2:1-4)
§ 9.2.2.3Justificación: El regalo de la gracia
y el perdón a través de la fe (3:21-5:11)
§ 9.2.2.4La seguridad de la salvación (5-11)
o
9.3La transformación de los creyentes
(12-15:13)
§ 9.4.1Ministerio y planes de viaje de Pablo
(16:14-27)
o
10.2Interpretación protestante
Presentación
general[editar]
En opinión del estudioso jesuita Joseph A. Fitzmyer,
el libro «abruma al lector por la densidad y la sublimidad del tema con el que
se trata, el evangelio de la justificación y la salvación de los judíos y de
los griegos por igual por la gracia de Dios por la fe en Jesucristo, que revela
la rectitud y el amor de Dios Padre».
N. T. Wright anota que Romanos no es:
[...] ni
una teología sistemática ni un resumen del trabajo de la vida de Pablo, sino
que es de común acuerdo su obra maestra. Se empequeñece a la mayoría de sus
otros escritos, un pico de los Alpes se eleva sobre las colinas y los pueblos.
No todos los espectadores han visto en la misma luz o desde el mismo ángulo, y
sus instantáneas y cuadros de él son a veces muy disímiles. No todos los
escaladores han tomado la misma ruta hasta sus lados escarpados, y hay
desacuerdos frecuentes sobre el mejor enfoque. Lo que nadie pone en duda es que
estamos aquí ante una obra de sustancia masiva, presentando un desafío
intelectual formidable al tiempo que ofrece una visión teológica y espiritual
impresionante.
Autoría[editar]
El consenso académico es que Pablo es el autor de la Epístola a
los Romanos.
C. E. B. Cranfield, en la introducción a su comentario sobre
Romanos, dice:
La
negación de la autoría de Pablo a los Romanos por tales críticos [...] es ahora
justamente relegada a un lugar entre las curiosidades de la erudición del Nuevo
Testamento. Hoy ninguna crítica responsable disputa su origen paulino. La
evidencia de su uso en los Padres Apostólicos es
evidente, y antes del final del siglo II aparece y es citada como de Pablo.
Cada lista temprana existente de libros del Nuevo Testamento la incluye entre
sus cartas. La evidencia externa de autenticidad podría de hecho difícilmente
ser más fuerte; y está totalmente corroborada por la evidencia interna,
lingüística, estilística, literaria, histórica y teológica.
Datación[editar]
Una
pintura de Pablo escribiendo sus epístolas (siglo XVII). Sólo siete de las 13 cartas
que llevan el nombre de Pablo son aceptadas como auténticas. Romanos 16:22 indica que Tercio
actuaba como su amanuense.
Artículo
principal: Datación de la Biblia
La carta fue escrita muy probablemente durante la estadía de
Pablo en Corinto, y
probablemente mientras se alojaba en la casa de Gayo, y fue transcrita por
Tercio, su amanuense. Existe un número de razones por las que Corinto es más
plausible. Pablo estaba a punto de viajar a Jerusalén al escribir la carta, lo
que coincide con Hechos (Hechos 20:3), donde se informa que
Pablo se quedó por tres meses en Grecia. Esto probablemente implica Corinto, ya
que fue el lugar de mayor éxito misionero de Pablo en Grecia. Además Febe (Romanos 16:1) era una diaconisa de la
Iglesia en Cencrea, un puerto al este de Corinto, y habría sido capaz de
transmitir la carta a Roma después de pasar por esa ciudad y tomar un barco
desde su puerto occidental. Erasto, mencionado en Romanos 16:23, también vivió en
Corinto, siendo comisionado de la ciudad para obras públicas y tesorero de la
ciudad en varias ocasiones, lo que indica una vez más que la carta fue escrita
en Corinto.
El momento preciso en que fue escrita no es mencionado en la
epístola, pero lo fue obviamente cuando la ofrenda para Jerusalén estaba preparada y Pablo estaba
a punto de «ir a Jerusalén a ministrar a los santos», es decir, al cierre de su
segunda visita a Grecia, durante el invierno anterior a su última visita a esa
ciudad. La mayoría de los especialistas que escriben sobre Romanos proponen que
la carta fue escrita a finales de 55/inicios de 56 o finales de 56/inicios de
57. Tanto una fecha en inicios de 58 como en inicios de 55 tienen algo de
apoyo, mientras que el especialista alemán en Nuevo Testamento Gerd Lüdemann
argumenta a favor de una fecha tan temprana como 51/52 (o 54/55), siguiendo a
Knox quien propuso 53/54. Lüdemann es el único que desafía seriamente el
consenso general que data la epístola de mediados/finales de la década de 50.1
Suscripciones[editar]
Algunos manuscritos tienen una suscripción al final de la
Epístola:
·
προς Ρωμαιους («a los Romanos») se encuentra en estos
manuscritos: Codex Sinaiticus, Codex Alexandrinus, Codex Vaticanus, Codex Ephraemi
Rescriptus, Codex Claromontanus;
·
προς Ρωμαιους εγραφη απο Κορινθου («a los Romanos, escrita desde
Corinto»): B2, D2 (P);
·
προς Ρωμαιους εγραφη απο Κορινθου δια Φοιβης της διακονου («a
los Romanos, escrita desde Corinto por Febe la diaconisa»): 42, 90, 216, 339, 462, 466*, 642;
·
εγραφη η προς Ρωμαιους επιστολη δια Τερτιου επεμφτη δε δια
Φοιβης απο Κορινθιων της εν Κεγχρεαις εκκλησιας («la epístola a los Romanos,
escrita por Tercio y enviada por Febe, de los
corintios de la iglesia en Cencrea»): solamente en 337;
·
προς Ρωμαιους εγραφη απο Κορινθου δια Φοιβης της διακονου της εν
Κεγχρεαις εκκλησιας («a los Romanos, escrita desde Corinto por Febe, la
diaconisa de la iglesia en Cencrea»): 101, 241, 460, 466, 469, 602, 603, 605, 618,
1923, 1924, 1927, 1932, seguida por el Textus Receptus.2
La vida de
Pablo en relación a su epístola[editar]
Durante diez años antes de escribir la carta (aprox. 47-57),
Pablo había viajado por los territorios que bordean el mar Egeo, evangelizando.
Se habían establecido iglesias en las provincias romanas de Galacia, Macedonia, Acaya y Asia.
Pablo, considerando su tarea completa, quería predicar el evangelio en España,
donde no habría de «edificar sobre fundamento ajeno» (Romanos 15:20). Esto le permitiría
visitar Roma en el camino, una ambición suya de larga data. La Carta a los
romanos, en parte, los prepara y da razones de su visita. Además de la
ubicación geográfica de Pablo, sus puntos de vista religiosos son importantes.
En primer lugar, Pablo era un judío helenístico con un fondo farisaico
—discípulo de Gamaliel—, integral con
su identidad. Su preocupación por su pueblo constituye una parte del diálogo y
discurre a lo largo de la carta. La otra parte del diálogo refiere a la
conversión de Pablo y el llamado a seguir a Cristo a principios de la década de
30.
Las iglesias
en Roma[editar]
Véase también: Primeros
centros de la cristiandad#Roma
El registro antiguo más probable de los inicios del cristianismo
en Roma está dado por un escritor del siglo IV conocido como Ambrosiastro:
Está
establecido que había judíos viviendo en Roma en los tiempos de los apóstoles,
y que los judíos que habían creído [en Cristo] dieron a los romanos la
tradición que se debía profesar a Cristo, pero manteniendo la ley [Torá] [...].
Uno no debería condenar los romanos, sino alabar su fe, porque sin ver signos o
milagros y sin ver a ninguno de los apóstoles, ellos, sin embargo, aceptaron la
fe en Cristo, aunque según un rito judío.
De Adam Clarke:
Con
motivo de escribir la epístola: [...] Pablo se había familiarizado con todas
las circunstancias de los cristianos en Roma [...] y encontró que eran [...] en
parte paganos convertidos al cristianismo, y en parte judíos que, con muchos
prejuicios restantes, creían en Jesús como el verdadero Mesías; y que muchas
contiendas surgieron de las reclamaciones de los gentiles para igualar los
privilegios que tenían los judíos, y de la negativa absoluta de los judíos a
admitir tales reclamaciones, a menos que los conversos gentiles fueran
circuncidados; él [Pablo] escribió esta epístola para adaptar y resolver estas
diferencias.
En este momento, los judíos conformaban un número importante en
Roma y sus sinagogas, frecuentadas por muchos, permitieron a los gentiles
familiarizarse con la historia de Jesús de Nazaret. En consecuencia, se
formaron en Roma iglesias integradas por ambos, judíos y gentiles. Según Ireneo, un Padre de la Iglesia del siglo II,
la Iglesia de Roma fue fundada directamente por los apóstoles Pedro y Pablo.
Sin embargo, muchos eruditos modernos no están de acuerdo con Ireneo,
sostieniendo que, si bien poco se sabe de las circunstancias de la fundación de
la Iglesia, no fue fundada por Pablo:
Muchos de los hermanos fueron al encuentro de Pablo en su
aproximación a Roma. Hay evidencia de que los cristianos estaban entonces en
Roma, en cantidades considerables y probablemente tenían más de un lugar de
reunión.
—Easton's Bible Dictionary
[Diccionario de la Biblia de Easton]
Nótese el gran número de nombres en Romanos 16:3-15 de los que estaban
entonces en Roma, y los versículos 5, 15 y 16 indican la existencia de más de
una asamblea de la Iglesia o sociedad de creyentes en Roma. El versículo 5
menciona una iglesia que se reunía en la casa de Aquila y Priscila. Los versículos 14 y 15,
cada uno menciona agrupaciones de creyentes y santos.
Los judíos fueron expulsados de Roma en torno al año 49 a causa
de los disturbios por el edicto de Claudio. Joseph A. Fitzmyer afirma
que ambos, judíos y cristianos judíos, fueron expulsados como
consecuencia de su lucha interna. Claudio murió alrededor del año 54 d. C., y
su sucesor, el emperador Nerón, permitió a los judíos
regresar a Roma. Pero después del gran incendio de Roma de
64, los cristianos fueron perseguidos. Fitzmyer argumenta que, con el regreso
de los judíos a Roma en 54, un nuevo conflicto surgió entre los cristianos
gentiles y los cristianos judíos que anteriormente habían sido expulsados. Keck
piensa que los gentiles cristianos pudieron haber desarrollado una aversión o
desprecio a los judíos, porque teológicamente racionalizaron que los judíos ya
no eran el pueblo de Dios.
Estilo[editar]
Los estudiosos suelen tener dificultades para evaluar si Romanos
es una carta o una epístola, una distinción relevante en el análisis de forma
crítica:
Una carta es algo no literario,
un medio de comunicación entre las personas que están separadas unas de otras.
De naturaleza confidencial y personal, está destinada solamente para las personas
o persona a las que se dirige, y de ningún modo para el público o cualquier
tipo de divulgación. [...] Una epístola es una forma literaria artística, al
igual que el diálogo, la oración, o el drama. No tiene nada en común con la
carta, excepto su forma: además de que uno podría adentrarse en la paradoja de
que la epístola sea lo opuesto a una carta real. Los contenidos de la epístola
se destinan a la difusión —apuntan al «público» interesado.3
Joseph A. Fitzmyer argumenta,
a partir de la evidencia presentada por Stirewalt, que el estilo de Romanos es
un «ensayo-carta».4 Philipp Melanchthon,
un escritor de la Reforma,
sugirió que Romanos es caput et summa universae doctrinae christianae («un
resumen de toda la doctrina cristiana»).5 Mientras que algunos estudiosos
tratan de sugerir, como Melanchthon, que se trata de un tipo de tratado
teológico, este punto de vista ignora en gran medida los capítulos 14 y 15 de
Romanos. También hay muchos «elementos destacados» que faltan en Romanos que se
incluyen en otras áreas del corpus paulino.6 El desglose de la imagen de Romanos
como tratado comenzó con F. C. Baur en 1836, cuando sugirió que «esta carta
tiene que ser interpretada de acuerdo con las circunstancias históricas en las
que Pablo la escribió».5 Pablo usa a veces un estilo de escritura
común en su época llamado «diatriba». Él parece estar respondiendo a un
«alborotador» (probablemente uno imaginario basado en los encuentros de Pablo
con objeciones reales en sus predicaciones anteriores), y la carta está
estructurada como una serie de argumentos. En el flujo de la carta, Pablo
cambia sus argumentos, dirigiéndose a veces a los miembros judíos de la
iglesia, a veces a los miembros gentiles, y a veces a la iglesia en su
conjunto.
Propósitos
del escrito[editar]
El objetivo principal de la epístola a los Romanos puede ser
dado por Pablo en Romanos 1:1, en el que revela que él
está apartado por Dios con el propósito de predicar el Evangelio, que explica.
Desea impartir a los lectores romanos un regalo de aliento y seguridad en todo
aquello que Dios les ha dado libremente (Romanos 1:11-12; 1 Corintios 2:12).
Los propósitos del apóstol, dictando esta carta a su amanuense
Tercio (Romanos 16:22), también se articulan en
la segunda mitad del capítulo 15:
1.
Pablo pide oraciones para su próximo viaje a Jerusalén; espera
que la ofrenda recogida de las iglesias gentiles será aceptada allí.
2.
Pablo está planeando viajar a Roma desde Jerusalén y pasar algún
tiempo allí antes de pasar a España; espera que la iglesia romana respalde su
misión en España.
3.
Puesto que Pablo nunca ha estado en Roma, él resume su evangelio
para que su enseñanza no sea confundida con la de los «falsos maestros».
4.
Pablo es consciente de que hay algún conflicto entre los
cristianos gentiles y los cristianos judíos en
la iglesia romana, e incluyó esas preocupaciones (los capítulos 13 y la primera
mitad del 14). Mientras que la iglesia romana fue teóricamente fundada por los
judeocristianos, el exilio de los judíos de Roma en el año 49 por Claudio dio
como resultado que los cristianos gentiles tomaran posiciones de liderazgo.
Para revisar los puntos de vista académicos actuales sobre el
propósito de Romanos, junto con una bibliografía, véase Dictionary of
Paul and His Letters [Diccionario de Pablo y Sus Cartas]. Para
una visión reformada «lolarda» del siglo XVI, véase la obra de William Tyndale. En su prólogo a su traducción
del libro de Romanos, que fue tomada en gran parte del prólogo del reformador
alemán Martín Lutero,
Tyndale escribió:
[...] esta epístola es la
principal y más excelente parte del Nuevo Testamento, y el evangelion más
puro, es decir, las buenas nuevas y lo que llamamos el evangelio, y también una
luz y un camino hacia toda la Escritura [...] La suma y la causa general de los
escritos de esta epístola es demostrar que el hombre es justificado solamente
por la fe: proposición que quienquiera niega, no solamente niega esta epístola
y todo lo que Pablo escribió, sino también toda la Escritura, un encerrado que
nunca deberá entender la salud de su alma. Y para llevar a un hombre a la
comprensión y la sensación de que la fe solamente justifica, Pablo demostró que
toda la naturaleza del hombre está tan envenenada y tan corrompida, y tan
muerta en relación con la vida piadosa o el pensamiento divino, que es
imposible [para el ser humano] mantener la ley ante los ojos de Dios.
Contenido[editar]
Esta carta-ensayo compuesta por Pablo fue escrita para un
público específico en un momento determinado; para entenderla, las situaciones,
tanto la de Pablo como la de los receptores, también deben ser entendidas.
Prólogo (1:1-15)[editar]
Saludo (1:1-7)[editar]
La introducción (Romanos 1:1-16) proporciona algunas
anotaciones generales sobre Pablo. Él presenta su apostolado aquí y en las
notas introductorias sobre el evangelio que desea predicar a la iglesia de
Roma. La estirpe humana (literalmente, «según la carne») de Jesús proviene de
David (Romanos 1:3). Pablo, sin embargo, no
limita su ministerio a los judíos. La meta de Pablo es que también los gentiles
pudieran escuchar el evangelio (Romanos 1:5).
Oración de Acción
de Gracias (1:8-15)[editar]
Elogia a los romanos por su fe (Romanos 1:8). Pablo también habla de
los últimos obstáculos que han bloqueado su llegada a Roma antes (Romanos 1:11-13).
La salvación en
Cristo (1:16-8:39)[editar]
La justicia de
Dios (1:16-17)[editar]
El anuncio de Pablo de que él no está «avergonzado» (epaiscúnomai)
de su evangelio, ya que tiene poder (dúnamis). Estos dos versículos
forman un telón de fondo para el resto del libro. En primer lugar, observamos
que Pablo no se avergüenza de su amor por este evangelio que predica sobre
Jesucristo. También señaló que él está hablando con el «judío primeramente» (Romanos 1:16). Existe relevancia en
esto, pero es en gran parte es una conjetura académica, así como la relación
de el apóstol
Pablo y el judaísmo, que sigue siendo objeto de debate. Estamos
apremiados encontrar una respuesta a esa pregunta sin saber más sobre la
audiencia en cuestión. Los estudiosos tratan de encontrar una respuesta a esa
pregunta sin saber más acerca la audiencia en cuestión. Wayne Brindle
argumenta, basándose en antiguos escritos de Pablo contra los judaizantes
en Gálatas y 2 Corintios, que los rumores sobre la total
negación de Pablo de la existencia judía probablemente se había extendido en
todo el mundo cristiano, véase Supersesionismo. Pablo pudo haber utilizado el
enfoque del «judío primeramente» para contrarrestar ese punto de vista.
Condenación: La
corrupción universal de los gentiles y los judíos (1:18-3:20)[editar]
El juicio de Dios
(1:18-32)[editar]
Pablo ahora empieza con el eje principal de su carta. Comienza
por indicar que los seres humanos han asumido la impiedad y la injusticia,
causando la ira de Dios (Romanos 1:18). La gente ha tomado la
imagen invisible de Dios y la convirtió en un ídolo. Pablo parece aquí basarse
en la Sabiduría de Salomón.
Condena el comportamiento sexual antinatural y advierte de que tal
comportamiento se traducirá en un cuerpo y una mente depravados (Romanos 1:26-27), y dice que las
personas que cometen este tipo de cosas (incluyendo el asesinato y la
maldad; Romanos 1:29) son dignas de muerte (Romanos 1:32). Pablo se mantiene firme
contra el sistema de la adoración de ídolos, que era común en Roma.
La advertencia de
Pablo contra los hipócritas (2:1-4)[editar]
En la interpretación tradicional protestante, Pablo aquí clama
contra los judíos que están condenando a los demás por no seguir la ley cuando
ellos mismos tampoco están siguiendo la ley. Stanley Stowers, sin embargo, ha
argumentado por razones retóricas que Pablo está en estos versículos no
abordando al judío en absoluto, sino más bien una caricatura fácilmente
reconocible de la típica persona jactanciosa (ὁ ἀλαζων). Stowers escribe: «No
hay absolutamente ninguna justificación para leer Romanos 2:1-5 como el ataque de
Pablo sobre ‹la hipocresía de los judíos›. Nadie en el siglo I habría
identificado ho alazon con el judaísmo. Esa interpretación popular depende
anacrónicamente de una lectura con caracterizaciones cristianas tardías de los
judíos como ‹fariseos hipócritas›».
Justificación: El
regalo de la gracia y el perdón a través de la fe (3:21-5:11)[editar]
Pablo dice que la justicia de Dios se ha dado a conocer, al
margen de la ley, a lo que tanto la ley y los profetas dan testimonio: la
justicia de Dios por medio de la fe en Jesús a todo aquel que cree (Romanos 3:21-22). Él describe la justificación (limpiar
legalmente al creyente de la culpa y el castigo del pecado) como un don de Dios
(Romanos 3:24), y no obra del hombre
(para que no puede jactarse), sino por la fe (Romanos 3:28).
La seguridad de la
salvación (5-11)[editar]
En los capítulos cinco al ocho, Pablo afirma que los creyentes
pueden tener la seguridad de su esperanza en la salvación, después de haber
sido liberados de la esclavitud del pecado. Pablo enseña que a través de la fe
(Romanos 3:28, 4:3), los fieles se han
unido a Jesús (Romanos 5:1) y se han liberado del
pecado (Romanos 6:1-2, 18). Los creyentes deben
tener la certeza de la salvación (Romanos 12:12). Esta promesa está
abierta a todo el mundo ya que todos han pecado (Romanos 3:23), salvo el que pagó por
todos ellos (Romanos 3:24).
En los capítulos 9-11, Pablo se refiere a la fidelidad de Dios
con los hijos de Israel, señalando que Dios ha sido fiel a su promesa. Pablo
espera que todos los israelitas llegarán a darse cuenta de la verdad (Romanos 9:1-5) puesto que él mismo era
un israelita (Romanos 11:1), que en el pasado fue
perseguidor de los primeros cristianos. En Romanos 9-11, Pablo explica que la
nación de Israel ha tropezado, y las condiciones en que Israel será nuevamente
la nación escogida de Dios: cuando Israel vuelva a su fe, dejando a un lado su
incredulidad (Romanos 11:19-24).
En Romanos 7:1, Pablo dice que los seres
humanos están bajo la ley, mientras vivimos: «¿Acaso ignoráis [...] que la ley
se enseñorea del hombre entre tanto que éste vive?». Sin embargo, de acuerdo
con una interpretación antinomista, la muerte de Jesús en la cruz hace a los
creyentes muertos a la ley (Romanos 7:4: «Así también vosotros,
hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo»).
La transformación
de los creyentes (12-15:13)[editar]
Desde el capítulo 12 hasta la primera parte del capítulo 15,
Pablo describe cómo el Evangelio transforma a los creyentes y el comportamiento
que resulta de esa transformación. Esta transformación es descrita como una
«renovación de vuestro entendimiento» (Romanos 12:2), una transformación que
Douglas J. Moo caracteriza como «el núcleo del tema». Es una transformación tan
radical que equivale a una «transfiguración del cerebro», una «metanoia», una «revolución mental».
Pablo continúa describiendo cómo los creyentes deben vivir. Los
cristianos ya no están bajo la ley, es decir, ya no es obligado por la ley de
Moisés, sino bajo la gracia de Dios. No necesitamos vivir bajo la ley, porque
en la medida en que nuestras mentes han sido renovadas, sabremos «casi
instintivamente» lo que Dios quiere de nosotros. La ley proporciona entonces un
«criterio objetivo» para juzgar el progreso en el «proceso de toda la vida» de
la renovación de nuestra mentes.
En la medida en que han sido liberados del pecado por mentes
renovadas (Romanos 6:18), los creyentes ya no
están obligados a pecar. Los creyentes son libres para vivir en obediencia a
Dios y el amor a todo el mundo. Como dice Pablo en Romanos 13:10, «el amor (ἀγάπη) no hace
mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor».
El fragmento en Romanos 13:1-7 sobre la obediencia
a los poderes del mundo es considerado por algunos, por ejemplo James Kallas,
como una glosa incorporada más tarde.
Epílogo
(15:1-16:23)[editar]
·
Amonestación (Romanos 15:1-6)
·
Resumen de la Epístola (Romanos 15:7-21)
Ministerio y
planes de viaje de Pablo (16:14-27)[editar]
Las frases finales contienen una descripción de sus planes de
viaje, saludos personales y salutaciones. Un tercio de los veintiún cristianos
identificados en los saludos son mujeres, algunas de las cuales jugaron un
papel importante en la iglesia primitiva en Roma. Además, ninguno de estos
cristianos responden al nombre de Pedro, aunque de acuerdo con la línea
histórica católica, él habría estado gobernando como papa en
Roma durante unos 25 años. Posiblemente está relacionado con el incidente de
Antioquía entre Pablo y Pedro.
·
Saludos personales (Romanos 16:1-23 [24])
·
Doxología de cierre (Romanos 16:25-27)
Hermenéutica[editar]
Interpretación
católica[editar]
Los católicos aceptan la necesidad de la fe para la salvación,
pero destacando Romanos 2:5-11 sobre la necesidad
de vivir una vida virtuosa, así:
Pero por tu dureza y por tu
corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de
la revelación del justo juicio de Dios, el cual pagará a cada uno conforme a
sus obras: vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y
honra e inmortalidad, pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen
a la verdad, sino que obedecen a la injusticia; tribulación y angustia sobre
todo ser humano que hace lo malo, el judío primeramente y también el griego,
pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío primeramente y
también al griego; porque no hay acepción de personas para con Dios.
A lo largo de sus escritos, Agustín de Hipona afirma
enérgicamente la concepción católica de esta y otras admoniciones bíblicas. En
sus sermones a sus congregaciones, es especialmente cuidadoso para advertirles
contra un deseo excesivo para una completa seguridad de la salvación. En
su Exposición del Salmo 147, por ejemplo, afirma:
El evangelio nos advirtió, «Estad
alerta para el último día, el día en que el Hijo del Hombre vendrá», porque va
a significar un desastre para aquellos que encuentran seguros como ahora;
seguros por las razones equivocadas, quiero decir, seguros en los placeres de
este mundo, cuando deberían estar seguros solamente cuando hayan dominado los
deseos de este mundo. El apóstol ciertamente nos prepara para la vida futura,
en palabras que yo también recordé en esa ocasión.
Una vez más, en su Exposición del Salmo 85, Agustín
es quizás aún más específico:
No esperemos seguridad mientras
estamos en peregrinación. Cuando nos encontramos queriéndolo, lo que estamos
buscando es la quietud del cuerpo en lugar de la seguridad personal.
Interpretación
protestante[editar]
Artículo principal: Sola fide
En la interpretación protestante, las epístolas del Nuevo
Testamento (incluyendo Romanos), describen a la salvación como proveniente de
la fe y no de acciones rectas. Por ejemplo, Romanos 4:2-5 (subrayado añadido):
Porque si Abraham fue justificado
por las obras, tiene de qué gloriarse, pero no para con Dios. Porque ¿qué dice
la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia. Pero al que
obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda; mas al que no
obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por
justicia.
También señalan que en Romanos 2:5-11, Pablo dice que Dios
recompensará a aquellos que siguen la ley y luego pasa a decir que nadie sigue
la ley perfectamente (véase también el Sermón de la Montaña).
En Romanos 2:21-25:
Tú, pues, que enseñas a otro, ¿no
te enseñas a ti mismo? Tú que predicas que no se ha de hurtar, ¿hurtas? Tú que
dices que no se ha de adulterar, ¿adulteras? Tú que abominas de los ídolos,
¿cometes sacrilegio? Tú que te jactas de la ley, ¿con infracción de la ley
deshonras a Dios? Porque como está escrito, el nombre de Dios es blasfemado
entre los gentiles por causa de vosotros. Pues en verdad la circuncisión
aprovecha, si guardas la ley; pero si eres transgresor de la ley, tu
circuncisión viene a ser incircuncisión.
Martín Lutero describió
la carta de Pablo a los Romanos como «la pieza más importante en el Nuevo
Testamento. Es Evangelio puro. Bien vale la pena a un cristiano no solamente
memorizarla palabra por palabra, sino también vivir en ella todos los días,
como si fuera el pan de cada día del alma».
Lutero, polémicamente, añadió la palabra «sola» (allein en
alemán) en Romanos 3:28, leyéndose: «por lo tanto,
tenemos, pues, que el hombre es justificado con la fe sola, sin hacer las obras
de la ley». La palabra «sola» no aparece en el texto griego original, pero
Lutero defendió su traducción al sostener que el adverbio «sola» era requerido
tanto por la idiomática alemana y significado pretendido de Pablo. Se trata de
un punto de vista literalista, en lugar de un punto de vista
literal de la Biblia.
El apologista James Swan enumera numerosas fuentes católicas que
también tradujeron Romanos 3:28 con la palabra «sola», o atestiguó otros
fuentes haciendo lo mismo antes de Lutero. Un comentario de la Biblia,
publicado en 1864, informa que:
Traductores católicos anteriores
a la época de Lutero habían dado la misma traducción. Así pues, en la Biblia de
Núremberg (1483), «Nur glauben durch den». Y así, en las Biblias italianas de
Ginebra (1476) y de Venecia (1538), per sola fede. Los Padres [de
la Iglesia] también suelen utilizar la expresión, «el hombre es justificado por
la fe sola» [...].
El Camino de los Romanos se refiere a un
conjunto de pasajes de Romanos que los evangelistas cristianos utilizan para
presentar un caso claro y simple de la salvación personal a cada persona. Ellos
son: Romanos 3:23, 3:10, 6:23, 5:8, 5:11, 10:13, 10:9, 10:17.
Romanos ha estado a la vanguardia de varios movimientos
importantes en el protestantismo. Las conferencias de Martín Lutero sobre
Romanos en 1515-1516 probablemente coincidieron con el desarrollo de su crítica
del catolicismo romano que dio lugar a las 95 tesis de 1517. En 1738, mientras
escuchaba el Prefacio de Lutero a la Epístola a los Romanos leído
en la iglesia de San Botolph en Aldersgate Street en Londres, John Wesley célebremente sintió que su
corazón estaba «extrañamente regocijado», una experiencia de conversión a
menudo vista como el comienzo del metodismo. En 1919 el comentario de Karl Barth a Romanos, La Epístola a los Romanos, fue la
publicación que es ampliamente considerada como el comienzo de la neo-ortodoxia.
Análisis
Ontología
Pablo, siervo de
Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios,
Pablo ha pasado del ser al no ser para ser Esta en el espíritu
absoluto y su tarea es la del espíritu revelado en el espíritu absoluto la de
evangelizar, es un apóstol evangelizador un guerrero espiritual. Quiere decir que
hay un nacimiento nuevo en el no solo espiritual como apóstol sino también en
su alma-mente como evangelizador.
2que él había prometido antes por sus profetas en
las santas Escrituras,
3acerca de su Hijo,
nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne,
4que fue declarado
Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de
entre los muertos,
5y por quien
recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las
naciones por amor de su nombre;
Pablo revela a Cristo su mente no es su mente es la mente de
Cristo, entiende el misterio pascual el paso del ser al no ser para ser, lo ha
vivido y desde ese misterio se fundamenta, este es su principio. Pablo es capaz
de transferir la gracia de Dios, su corazón está abierto.
Hay una meta estructura en el sahashara redonda, ajña redonda
anahatha blanca.
6entre las cuales estáis también vosotros, llamados
a ser de Jesucristo;
7a todos los que
estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos: Gracia y paz a vosotros,
de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
Pablo
pulsa el corazón de sus lectores, hace el llamado mítico.
Hermenéutica
Esta
es la revelación del ser saludando transfiriendo paz y gracia, para hacer el
llamado mítico al Espíritu Santo, lo que va a revelar es la experiencia del
Espíritu Santo, entonces hace una paso de lo real a lo real imaginario para que
aquellos que están en lo real imaginario pasen a lo real, pero ¿Y lo real simbólico?
Está dado por el nombre de Cristo que bien
en la línea del rey David, entonces se dirige a los que están en lo real
imaginario romanos y a los que están en lo real simbólico judíos para hacer el llamado
hacia lo real.
Metafísica
Entidad
salutación en el Espíritu Santo desde el espíritu absoluto apóstol y el espíritu
revelado evangelizador.
A
los que están en lo real imaginario Romano y en lo real simbólico Judíos
1→0→1
1→0→1/9 →0→Romanos (1→0) y(1→0→c/0) Judíos
0→C/0→1/2
Dialéctica
Tesis: salutación de paz y gracia para realizar el llamado a
los romanos y a los judíos a la salvación
del evangelio.
Antítesis: Comienzo de una batalla espiritual donde se toca
la fibras de lo romano y lo judío para convertirlos al pensamiento paulista
cristiano.
Síntesis: Entrada a la batalla espiritual revelando el
evangelio cristiano de salvación.
Tesis complementaria: Sistema de evangelización entrada
romanos y judíos, proceso Cristo los convierte en cristianos salida están salvados.
De entrada se ha expuesto el sistema.
Antítesis complementaria: No es paz ni gracia lo que viene a
traer sino esclavitud del alma y el espíritu.
Síntesis complementaria: esclavitud vs salvación ¿Salvado de
qué? ¿Esclavos de Cristo o esclavos de Pablo? ¿Se pretende sacarnos de una
esclavitud mental espiritual romana y judía para meternos a una esclavitud
cristiana paulina? ¿En qué consiste la
esclavitud y la salvación?
A Dialéctica de lo real
Lo real salvación
Lo real imaginario inversión pagana
Lo real simbólico ley judía
La realidad conversión de los judíos y romanos a la fe
cristiana por medio de la teología pauliana.
Irrealidad
virtualidad de Salvación, esclavitud romana y judía.
Meta realidad Cristo
como aquel que integra lo real y la realidad para lograr una meta realidad una
conciencia de nuestra perdición y de nuestro llamado a la salvación.
Apocalipsis Develacion de Pablo como Cristo apóstol y
evangelizador.
Razón reflexiva
Texto de Karl Barth sobre la salutación de la carta a los romanos
EL AUTOR A LOS LECTORES (1,1-7) Pablo, siervo de Cristo
Jesús, apóstol por llamamiento, escogido para el evangelio de Dios que éste
hizo predicar hace tiempo por sus profetas en las Escrituras Sagradas, y que
trata de su Hijo: nacido de la estirpe de David según la carne, constituido como
Hijo de Dios con poder según el Espíritu Santo mediante su resurrección de
entre los muertos -de Jesús Mesías, Señor nuestro, mediante el que hemos
recibido gracia y apostolado, para procurar a la fidelidad de Dios, que se
confirma en el evangelio, fe entre todos los pueblos en honor de su nombre,
entre los que también vosotros estáis como llamados por Jesús Mesías-, a todos
los amados de Dios en Roma, los llamados a la santidad. Gracia sobre vosotros y
paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesús Mesías. «Pablo, siervo de Cristo
Jesús, apóstol por llamamiento». «No la genialidad entusiasmada por su propia
acción» (Zündel), sino un emisario vinculado a su tarea es el que toma aquí la
palabra. No un amo, sino un siervo, el ministro de su rey. Con independencia de
quién y qué sea Pablo, el contenido de su misión está en último término no en
él, sino en una singularidad insuperable, en una lejanía inalcanzable superior
a él. Pablo no puede concebir su vocación de apóstol como si se tratara de un
momento de su propia evolución vital. «La vocación al apostolado es un hecho
paradójico que en el primer instante de su vida y en el último cae fuera de su
identidad personal consigo mismo» (Kierkegaard). El es y sigue siendo él mismo.
Todo hombre es semejante a él en lo esencial. Pero en contraposición a sí mismo
y a diferencia de cada uno de los demás hombres, él es a la vez llamado y
enviado por Dios. Así pues, ¿es Pablo un fariseo? Sí, un fariseo, aunque de
rango más alto, un «escogido», un ser aislado, distinto. En fila con todos,
piedra entre piedras en todos los aspectos, sólo en su relación con Dios es un
caso singular. Precisamente como apóstol se halla sin una condición acomodada a
la comunidad humana en su realidad histórica; visto desde ahí, es más bien un
fenómeno posible sólo como excepción, o incluso imposible. El derecho de esa
posición suya y la credibilidad de su discurso descansan en Dios. Ver
directamente ambas cosas es tan poco posible como ver directamente a Dios
mismo. Justo de ahí toma él el coraje para dirigirse a otros exigiendo escucha;
sin la preocupación de encumbrarse a sí mismo ni de acercarse demasiado a
ellos. Su autoridad deriva de que él quiere y puede apelar sólo a la autoridad
de Dios mismo. Pablo tiene que transmitir el «evangelio de Dios»; debe
comunicar a los hombres la verdad de Dios, totalmente nueva, buena y gozosa sin
par. Pero subrayamos: ¡de Dios.' No se trata, pues, de un mensaje religioso, de
noticia o indicación alguna sobre la divinidad o divinización del hombre, sino
del anuncio de un Dios que es distinto de todo, del que el hombre como hombre
jamás sabrá o tendrá algo y del que, precisamente por eso, viene la salvación.
No se trata, pues, de una cosa entre cosas que haya que comprender
directamente, que haya que captar de modo singular, sino de la Palabra del
origen de todas las cosas que debe ser percibida siempre de nueva, con temor y
temblor, porque es dicha siempre de nuevo. Así pues, no se trata de vivencias,
experiencias y sentimientos, por elevado que fuera su rango, sino de sobrio
conocimiento objetivo de aquello que ningún ojo vio, ningún oído escuchó. Y,
por tanto, es también una comunicación que no se conforma con que se la tenga
en cuenta, sino que aspira a que se participe de ella; se dirige no sólo a la
inteligencia, sino a la comprensión; persigue no sólo un compartir el
sentimiento, sino la colaboración; se trata de un comunicado que presupone,
creándola, la fe en Dios, en Dios mismo. Por ser el anuncio de Dios había sido “Predicado hace tiempo” Por eso, no es una
ocurrencia de hoy, sino el sentido, la madura cosecha de la historia, fruto del
tiempo como semilla de la eternidad, vaticinio cumplido. Es la palabra que los
profetas pronunciaron desde tiempos inmemoriales, que ahora se torna perceptible
y percibida. Esto es la esencia del mensaje de salvación encomendado al
Apóstol, y, al mismo tiempo, la confirmación de su discurso y la crítica a la
que éste está sometido. Las palabras de los profetas, tenidas bajo llave
durante largo tiempo, hablan ahora: lo que Jeremías, Job y el predicador
Salomón predicaron hace tiempo, eso se oye ahora; se puede ver y entender ahora
lo que está escrito; tenemos aho- ra «un acceso a todo el Antiguo Testamento»
(Lutero). Por tanto, el que habla aquí hace pie, sobre el suelo de la historia
patentizada y bien entendida. «El no se permite el honor de ser innovador»
(Schlatter). Jesús Mesías Señor nuestro: eso es el evangelio, el men- saje de
salvación; eso es el sentido de la historia. En este nom- bre se encuentran y
separan dos mundos, se cortan dos pla- nos, uno conocido y otro desconocido. El
conocido es el mundo de la «carne», el mundo del hombre, del tiempo y de las
cosas, nuestro mundo, creado por Dios, pero caído de su original unidad con
Dios y, por ello, necesitado de redención. Este plano conocido es cortado por
otro desconocido, por el mundo del Padre, por el mundo de la creación original
y de la redención finita. Pero es preciso conocer esa relación entre nosotros y
Dios, entre este mundo y el mundo de Dios. Ver la línea secante entre ambos
mundos no es algo obvio.
El punto de la línea de intersección en que ella debe ser
vista y es vista es Jesús, Jesús de Nazaret, el Jesús «histórico», «nacido de
la estirpe de David según la carne». <<Jesús» como realidad histórica
significa el lugar de la fractura entre el mun- do conocido por nosotros y otro
desconocido. Tiempo, cosas y hombres en este sitio del mundo conocido por
nosotros no difieren de suyo de otros tiempos, cosas y hombres, pero sí en
cuanto que concretan aquel punto que permite hacer visible la oculta línea
secante de tiempo y eternidad, cosa y origen, hombre y Dios. Por tanto, tiempo
de revelación y de descu- brimiento son los años 1-30 de la era cristiana. En
ese tiempo -como muestra la mirada a David- se ve la concreción nueva, distinta
y divina de todo tiempo; y su peculiaridad frente a otros tiempos radica en que
abre la posibilidad de que todo tiempo pueda convertirse en tiempo de
revelación y de descu- brimiento. Pero aquel punto de la línea secante misma,
como todo el plano desconocido cuya existencia él anuncia, no se extiende al
mundo conocido por nosotros. Las irradiaciones, o, más bien, los sorprendentes
vacíos y cavidades mediante los que él se hace notar dentro de la evidencia
histórica, no son, aunque se llamen «vida de Jesús», el otro mundo que en Jesús
se toca con nuestro mundo. Y este mundo nuestro, al ser to- cado en Jesús por
el otro mundo, deja de ser histórica, tempo- ral, objetiva y directamente
evidente.
Jesús está «constituido como Hzjo de Dios con poder según el
Espíritu Santo mediante su resurrección de entre los muertos». Este su estar
constituido es la verdadera significación de Jesús, que, como tal, escapa a
toda posible definición histórica. Jesús como el Cristo, como Mesías, es el final
del tiempo. Hay que entenderlo sólo como paradoja (Kierkegaard), sólo como
vencedor (Blumhardt), sólo como historia primordial (Overbeck). Jesús como el
Cristo es el plano desconocido para nosotros que secciona perpendicularmente,
desde arriba al conocido por nosotros. Jesús como el Cristo puede ser dido
dentro de la evidencia histórica sólo como problema, sólo como mito. Jesús como
el Cristo trae el mundo del Padre del que nosotros nada sabemos ni sabremos
dentro de la evi- dencia histórica. La resurrección de entre los muertos es el
punto de inflexión, la «constitución» de aquel punto desde arriba y la
correspondiente inteligencia desde abajo. La resurrección es la revelación, el
descubrimiento de Jesús como Cristo, la manifestación de Dios y el conocimiento
de Dios en él, la entrada de la necesidad de glorificar a Dios, de contar en
Jesús con el Desconocido e Invisible, de admitir a Jesús como el final del
tiempo, como la paradoja, como la proto-historia, como vencedor. En la
resurrección, el nuevo mundo del Espíritu Santo toca al viejo mundo de la
carne. Pero lo toca como la tangente a un círculo, sin tocarlo; y al no tocarlo
lo toca como su delimitación, como nuevo mundo. Así, la resurrección es el
evento a las puertas de Jerusalén en el año 30, en cuanto que ella «aconteció»,
fue descubierta y conocida allí. Mas ella en modo alguno lo es en cuanto que su
necesidad, manifestación y reno están condicionadas por aquel acontecer,
descubrIr y conocer, sino que son su condicionante. En cuanto que Jesús se revela
y es descubierto como el Mesías, él está «constituido como Hijo de Dios» ya
antes del día de Pascua, aunsin duda, también después de esa fecha. Este es el
significado de Jesús: la constitución del Hijo del Hombre como Hijo de Dios. Lo
que él es prescindiendo de esa constitución es tan importante y tan
insignificante como puede serlo de suyo todo lo temporal, objetivo y humano.
«Aunque hemos conocido también a Cristo según la carne, sin embargo ahora no le
conocemos ya así». Puesto que él fue, es; es, lo que.élfue pertenece al pasado.
Ningún marIdaje nt fusIOn entre DIOS y hombre tiene lugar aquí, ningún impulso
del hombre a lo divino ni derramamiento alguno de Dios en el ser humano. Por el
contrario, lo que nos toca en Jesús Mesías sin tocarnos, eso es el Reino de
Dios, del Creador y Redentor. Ese reino se ha hecho actual, se ha acercado mu-
cho (3,21s). Este Jesús Mesías es «Señor nuestro». Mediante su presen- cia en
el mundo y en nuestra vida somos elevados como hom- bres y fundamentados en
Dios; mirándole a él somos inmovi- lizados y puestos en movimiento, aguardamos
y caminamos presurosos. Porque él está como el Señor sobre Pablo y sobre los
romanos, por eso «Dios» no es una palabra vacía en la Car- ta a los Romanos. De
Jesús Mesías, «gracia y apostolado» de Pablo. Gracia es el hecho inconcebible
de que Dios se complace en un hombre y de que un hombre puede alegrarse en
Dios. La gracia es gra- cia sólo cuando es reconocida como inconcebible. Justo
por eso hay gracia sólo en el reflejo de la resurrección, como rega- lo de
Cristo, que salva la distancia entre Dios y hombre rom- piéndola. Pero al
conocer Dios al hombre desde lejos y siendo conocido por el hombre en su altura
insondable, el hombre viene a sus semejantes, inevitablemente, convertido en «emi-
sario». «Un sino hay sobre mí. ¡Pobre de mí si no predico el evangelio!» (1 Cor
9,16). La diferencia entre Pablo y otros cristianos sólo puede ser
cuantitativa. Donde está la gracia de Cristo, allí, incluso en medio del mayor
recato y escepticismo, el hombre participa en la predicación del punto de
inflexión de todos los tiempos y cosas, es decir, de la resurrección. Para él
la existencia del mundo se ha convertido en una pregunta que debe abordar, y la
existencia de Dios pasa a ser la espe- ranza por la que él tiene que pelear. No
se trata de imponer y difundir su convicción, sino de testimoniar la fidelidad
de Dios con la que él se encuentra en Cristo y con la que, al co- nocerla, ha
contraído la deuda de responder con la fidelidad. La fidelidad de un hombre, es
decir, la fe que acepta la gracia, es de suyo invitación a obedecer, invitación
que se dirige tam- bién a otros hombres. Ella llama, ilumina, sacude, es
misión, y fuera de ella no hay otra misión. El nombre de aquel en el que los
dos mundos se encuentran y separan tiene que ser dado a conocer. La gracia da
autoridad para hacerlo porque la gracia misma es ruptura. El mismo Dios que ha
hecho a Pablo apóstol de los pue- blos (1,1) se ha apropiado también de los
cristianos romanos para su Reino próximo. En su condición de llamados a la san no
se pertenecen ya a sí mismos ni al viejo mundo SlllO a aquel que los ha
llamado. También para ellos HIJO del Hombre está constituido como Hijo de Dios
medIante el poder de la resurrección. También ellos son capturados aquí y ahora
en el conocimiento de la gran necesidad y esperanza. También ellos son
escogidos y aislados a su manera Dios. También su nuevo supuesto es «gracia y
paz de DlOS nuestro Padre y del Señor Jesús Mesías». ¡Ojalá este supuesto
suceda de continuo! ¡Ojalá su sosiego sea su desasosiego y su desasosiego su
sosiego! Esto es el principio el final y el contenido de la Carta a los
Romanos.
Uno pensaría que lo real es una negación surgida por la insatisfacción
con la relación con la madre en lo real imaginario y con la relación con el padre
en lo real simbólico, pero lo real es una experiencia vivida, como en el experimento
de las ratas, donde se las salva justo antes de morir ahogadas más o menos en
15 minutos de nado en un cubo de agua, luego se las vuelve a poner en el agua y
ahora nadan días porque han experimentado la salvación ¿Es la mente tan potente
como para crear esta experiencia de lo real? No lo creo esto es el espíritu de
Dios actuando en nosotros y no actúa una vez sino muchas veces a diferencia de
las ratas Dios no nos deja nadando días hasta ahogarnos él nos salva
permanentemente dándonos gracia y paz.
¿Pero en qué consiste
esta gracia y paz?, En entrar al ser a la vida eterna a lo inexistente de lo
que proviene toda existencia por lo tanto no estamos supeditados a la vida
terrenal sino que tenemos verdadera vida espiritual el problema es que la vida
espiritual se ha invertido y en su inversión se ha perdido ¿Cómo creer en un
Pablo que nos saluda de esta manera? Cuando no somos capaces de ver lo
inexistente, cuando nuestra sensibilidad ha sido tan lastimada ,cuando las aguas del
mundo y sus tribulaciones nos han
ahogado y cuando aquellos que dicen venir de Dios más bien nos hacen naufragar
el problema es muy grande y somos incapaces de recibir la transferencia de la
paz y la gracia.
¿Y entonces como saludaría un evangelizador en este tiempo?
Christian sombra de Cristo llamado a ser profeta en
constante lucha contra Dios y los hombres, sufriendo el apocalipsis divino, que
El Amen había prometido al final de los tiempos por sus profetas en las santas
escrituras. He aquí en mi esta y no está
Cristo, el señor de los Espíritus, el verbo creador muere en mí y
resucita todo el tiempo, ante el rechazo su gracia y vuelve luego como perro a
implorarla y él me afirma como profeta de las naciones pero yo me encuentro
como un profeta equivoco perdido entre ustedes atormentándome una enorme
tristeza porque el llamado de salvación es para ustedes, hijos pródigos amados
de Dios, el llamado de santidad que quema mi alma, que Dios los maldiga
entonces como a mí me maldice con el
fuego de su amor.
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