Sócrates y Wittgenstein: acerca del bien
Ambos
destacaron la importancia de la ética, que no aporta conocimiento empírico,
factual, pero sí comprensión y trascendencia
7 junio, 2022 02:15GUARDAR
¿Cómo
era la sombra de Sócrates?
¿Deforme y monstruosa, como aventuraría Nietzsche, según el cual el maestro de Platón era
un genio del resentimiento y tan poco agraciado que no podía ser griego? Quizás
no era una sombra particularmente armoniosa, como la de Aquiles o Alcibíades, pero no ha cesado
de crecer con los siglos, convocando a todos los que no se resignan a transitar
por el mundo sin hacer preguntas, incluso cuando saben que no hay respuestas
para disipar ciertas perplejidades.
Sócrates
quizás fue el primero en buscar definiciones universales para la virtud, el
bien, la justicia, pero no llegó a conclusiones definitivas. Solo apuntó que la virtud era conocimiento y
que el mal brotaba de la ignorancia. Los malvados no son
criaturas maliciosas, sino hombres equivocados, pues nadie que conozca el
verdadero bien, puede obrar de forma deliberadamente perversa. Enseguida
surgieron las objeciones contra este planteamiento. Aristóteles argumentó que
un borracho sabe que el vino le perjudica, pero sin embargo lo bebe porque le
proporciona placer. El mal no es un problema relacionado con el saber, sino con
la voluntad.
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Aristóteles
no reparó en que la ebriedad puede llegar a ser considerada un bien objetivo,
una forma de experimentar sensaciones placenteras y evadirse de los sinsabores.
Es cierto que el alcohol puede dañar el hígado, pero algunos opinan que ese
estrago constituye un mal menor comparado con la alegría, el júbilo y el
frenesí derivados de una intoxicación etílica. Algo similar podría decirse de
conductas más lesivas, como la guerra. Para nuestra mentalidad representa una
calamidad, pero para los griegos era una oportunidad de adquirir poder y gloria.
En
tiempos de Homero, la
virtud se identificaba con la fuerza, la salud, el poder, pero en la época de
Sócrates el significado de los términos morales había dejado de ser tan claro y
consistente. Algunos especulaban que la virtud no se correspondía con la
fuerza, sino con el logos. Los sofistas optaban por una perspectiva pragmática,
asociando la virtud al éxito y convirtiéndola, por tanto, en una técnica.
Humanamente,
Sócrates es una figura ejemplar, pero su incapacidad de definir el bien deja a
la ética suspendida en el vacío
El tábano de Atenas, el hombre más
sabio porque –según la pitonisa del tempo de Apolo en Delfos– era el único que
sabía que no sabía nada, utilizó la inducción y el silogismo para elaborar una
definición del bien, pero el razonamiento lógico, con todos sus recursos y
ardides, no le permitió alcanzar conclusiones firmes. Eso sí, afirmó que el
sabio es feliz incluso en la adversidad, pues la virtud es una recompensa en sí
misma. Fiel a esa idea, afrontó su injusta condena a muerte con gran entereza y
serenidad.
Humanamente,
Sócrates es una figura ejemplar, pero su incapacidad de definir el bien deja a
la ética suspendida en el vacío. Su
teoría de que el mal nace de la ignorancia solo subraya la urgencia de
determinar en qué consiste la virtud. Los grandes criminales de
la historia, los artífices de las carnicerías más espeluznantes, siempre
opinaron que obraban movidos por causas justas. Es el caso de Hitler y Stalin, que recurrieron a las
políticas de exterminio para implantar supuestos paraísos. Los campos de
extermino no son fruto del sadismo, sino de aspiraciones utópicas.
Casi
dos mil quinientos años después, Ludwig
Wittgenstein afrontó el mismo problema que Sócrates había
dejado sin resolver. Definir el bien mediante una proposición con sentido le
pareció una tarea imposible, pues –como apuntó en su Diario filosófico (1914-1916)–
"la ética no trata del mundo". En todo caso, ha de ser "una
condición del mundo, como la lógica", pero lo cierto es que "no
resulta expresable". La ética "es trascendente". Está situada
más allá de los hechos susceptibles de ser descritos mediante proposiciones.
En
1930, Wittgenstein, que seguía especulando sobre la naturaleza de la ética,
impartió en inglés una breve conferencia sobre el tema en una sociedad conocida
como "The heretics". Nueve años antes, había publicado el Tractatus Logico-Philosophicus,
explicando a su editor que su obra se dividía en dos partes, "la expuesta,
más todo lo que no he escrito. Y esa segunda parte, la no escrita, es realmente
la importante". Al igual que Kant cuando
se preguntó en la Crítica
de la Razón Pura (1781) qué podemos saber, Wittgenstein se
propuso en el Tractatus (1921)
averiguar "lo que puede ser dicho con sentido".
Ambos
filósofos coinciden en que la metafísica no es una ciencia. Después de examinar
los hechos, las imágenes y el lenguaje, Wittgenstein concluye que las
proposiciones filosóficas no revelan nada sobre el mundo, pues la mayoría son
absurdas y no se corresponden con ningún hecho. La función principal de la filosofía es
delimitar el ámbito de lo que puede conocerse y expresarse. Eso
no significa que lo que no puede decirse no sea importante. De hecho,
Wittgenstein investigará ese dominio que escapa a la ciencia y el lenguaje, y
en el que presumiblemente se halla el sentido del mundo.
Wittgenstein
concluye que las proposiciones filosóficas no revelan nada sobre el mundo, pues
la mayoría son absurdas y no se corresponden con ningún hecho
El Tractatus finaliza con una
frase tajante: "De lo que no se puede hablar hay que callar". Para
comprender esta frase hay que rescatar la distinción kantiana entre conocer y
pensar. Hay ciertas cosas que pueden ser conocidas: las verdades matemáticas,
los fenómenos físicos, los hechos históricos. Otras solo podemos pensarlas: la
existencia de Dios, la libertad, el ser como totalidad, la inmortalidad. Así
como Kant pretende definir los límites del conocimiento para hacerle un sitio a
la fe racional, Wittgenstein intenta averiguar de qué se puede hablar para de
ese modo poder especular (pensar) sobre lo que no se puede explicar mediante
proposiciones, como la ética o la religión.
Los
positivistas lógicos celebraron las tesis del Tractatus, interpretándolas como un argumento
definitivo para organizar el sepelio de la filosofía. Olvidaban que en la
proposición 6.52 Wittgenstein apuntaba: "Sentimos que aun cuando todas las
posibles cuestiones científicas hayan recibido respuesta nuestros problemas
vitales todavía no se han rozado en lo más mínimo". Lo inexpresable no
puede decirse, pero sí mostrarse. "Es lo místico" (6.522). En
su Diario filosófico,
Wittgenstein apunta que "considerado en sí mismo, el mundo no es bueno ni
malo". Las proposiciones de la ética
valoran el mundo, pero lo cierto es que en el mundo no hay valor alguno.
El bien no es un hecho contrastable.
En la conferencia de 1930,
Wittgenstein apuntaba que "ningún enunciado de hecho puede nunca ser ni
implicar un juicio de valor absoluto". Los términos del lenguaje
científico son recipientes que contienen y transmiten "significado y
sentido, significado y sentido natural […] La ética, de ser algo, es
sobrenatural". No porque venga de Dios, sino porque no expresa hechos del
mundo. Siempre apunta a un más allá inverificable. Del mismo modo que una taza
de té solo puede contener una cantidad limitada de agua, el lenguaje no puede
albergar lo que trasciende lo empírico y contingente.
El
lenguaje hace referencia a lo que se puede comprobar universalmente. Cualquiera
puede apreciar que la línea es el trayecto más corto entre dos puntos,
pero jamás habrá un consenso
universal sobre qué es el bien. Pensar lo contrario es "una quimera".
Las expresiones éticas y religiosas se basan en símiles, no en significados
precisos. Decimos que algo es correcto, pero si prescindimos de ese
calificativo y describimos la situación a la que se refiere, no encontramos
ningún hecho. Los valores no son cosas del mundo. Ciertamente, "es una
paradoja que una experiencia, un hecho, parezca tener un valor sobrenatural".
Wittgenstein
concluye que la ética nunca podrá ser una ciencia, pues "no añade nada a
nuestro conocimiento". Eso no significa que deba ser menospreciada.
"Es un testimonio de una tendencia del espíritu humano que yo
personalmente no puedo sino respetar profundamente y que por nada del mundo
ridiculizaría". Sócrates y Wittgenstein coinciden en que es imposible
hallar una definición universal del bien. Por distintos motivos. Sócrates
porque no consigue afinar suficientemente el lenguaje, disipando la ambigüedad
que acompaña a los valores morales. Nadie desea el mal en sí, pero ¿cómo
establecer inequívocamente qué es el mal? Wittgenstein excluye la posibilidad
de una definición porque entiende que el bien es un asunto ajeno al lenguaje. A
pesar de su fracaso, los dos destacan la importancia de la ética. La ética no aporta conocimiento empírico,
factual, pero sí comprensión y trascendencia. Aunque está fuera
del mundo, nos muestra el sentido del mundo.
El bien,
como apunta Wittgenstein, se halla fuera del mundo, pero acude a nuestra
conciencia ante el espectáculo de un rostro herido
¿Hay
alguna forma de definir el bien? Muchos pensadores lo han intentado. Hume advirtió la
impotencia de la razón y planteó que son los afectos y no los argumentos los
que nos hacen obrar éticamente. Kant objetó que algunas personas no
experimentan emociones que les impulsen hacia el bien, pero eso no les excusa
de hacer lo correcto. La ética debe basarse en el deber, que obliga
incondicionalmente, y no en la compasión, inestable e imprevisible. El
planteamiento de Kant se tambalea cuando surge la necesidad de definir el
deber.
Adolf Eichmann, uno de los arquitectos de la
Shoah, invocó el imperativo categórico para justificar su obediencia a las
órdenes recibidas de exterminar a judíos, gitanos, homosexuales y otras
minorías. Olvidó que Kant había afirmado que el hombre siempre es un fin y
nunca un medio, y que un programa de exterminio no es susceptible de
convertirse en una ley universal, pero al margen de estas omisiones puso de
manifiesto que el deber es un concepto difuso y expuesto a interpretaciones
divergentes. ¿Hay alguna solución filosófica al problema del bien? ¿Podemos
definirlo o no?
Creo
que Emmanuel Lévinas formuló
una alternativa sumamente interesante. El bien no es un objeto, sino algo que
nos precede y "que viene a la idea" cuando confrontamos nuestra
mirada con la de un semejante y comprendemos nuestra responsabilidad hacia él.
Esa responsabilidad, que nos convierte en "rehén del otro", no es
algo aprendido, una convención, sino la huella de algo indecible, sobrenatural
e infinito. El bien, como apunta Wittgenstein, se halla fuera del mundo, pero
acude a nuestra conciencia ante el espectáculo de un rostro herido. Se trata de
un enigma inexpresable. Sin embargo, es la experiencia más decisiva, la que nos
constituye como hombres, evidenciando nuestra excepcionalidad como
especie. Estamos en el mundo, pero lo
que nos humaniza viene de fuera y es un misterio que trasciende el lenguaje y
la razón.
La sombra de Sócrates quizás no era
hermosa, pero sí fecunda. Wittgenstein prolongó su esfuerzo por definir el bien
y, en cierto sentido, preparó respuestas como la de Lévinas, según el cual el
sentido ético es un signo de trascendencia. Se escapa a las definiciones, pero
introduce en el mundo la preocupación por el otro, el deseo de aplacar su
hambre y cubrir su desnudez, ese amor no concupiscente que se ofrece
gratuitamente, sin esperar reciprocidad y al que a veces llamamos santidad.
El bien es
transferido por Dios en el acto de ser junto a los otros transcendentales.
Autor
Christian Franco Rodriguez por Dios? Explícate
compañero?:)
Manuel Díaz Curotto Bien esto requiere de la
explicación de mi teoría de la transferencia, me tomara un tiempo.
¿Qué es lo que
transferimos?
Queda claro en mi reflexión filosófica (https://teatrolocoteorico.blogspot.com/2022/06/12-leccion-la-comprension.html
) que en los sistemas transferimos
energía, materia e información.
Y que esta
transferencia es espiritual.
El espíritu en sí mismo es amor
Por eso se invierte del ser al no ser y se convierte en ser que integra y
supera el no ser.
1→0→101
Ahora la primera de estas transferencias que se puede probar
de manera empírica es la transferencia de la energía cinética:
¿Qué es la energía cinética?
Aprende qué significa la energía cinética y cómo se relaciona con
el trabajo.
Google ClassroomFacebookTwitter
¿Qué es la
energía cinética?
La energía cinética es la
energía que un objeto tiene debido a su movimiento.
Si
queremos acelerar un objeto debemos aplicar una fuerza. Para hacerlo
necesitamos realizar un trabajo. Como resultado, transferimos energía al
objeto, y este se moverá con una nueva velocidad constante. A la energía
transferida la conocemos como energía
cinética, y depende de la masa y la velocidad alcanzada.
La
energía cinética puede transferirse entre objetos y transformarse en otros
tipos de energía. Por ejemplo, una ardilla voladora podría chocar con una
ardilla inmóvil. Tras la colisión, parte de la energía cinética inicial de la
ardilla voladora se habrá transferido a la ardilla en reposo o se habrá
transformado en otra forma de energía.
¿Cómo
podemos calcular la energía cinética?
Para
calcular la energía cinética, seguimos el razonamiento descrito anteriormente y
comenzamos por encontrar el trabajo realizado, WWW, por una fuerza, FFF, en un ejemplo sencillo.
Considera una caja de masa mmm que es empujada a lo
largo de una distancia ddd por una fuerza paralela
a la superficie. Como aprendimos anteriormente…Continua en este link-
Nosotros trabajamos la transferencia de la energía cinética
por medio de la técnica pre expresiva y
de la técnica meta expresiva
https://www.facebook.com/100063626560608/videos/452152716679842
meta expresivo
https://www.facebook.com/100063626560608/videos/727212671735663
pre expresivo
La técnica pre expresiva tiene como finalidad liberar los
impulsos logrando acciones y reacciones de
manera fluida, transfiriendo energía cinética la cual transfiere
movimiento y este produce calor.
La técnica meta expresiva es una técnica para la
transferencia de pulsiones, en su base Muladhara transferimos
termodinámicamente pero en el svadhisthana transferimos el libido.
https://www.facebook.com/christian.francorodriguez/videos/423160956306722
Transferencia del libido
Él libido no es otra cosa que el deseo y la energía libidinal es la energía llevada
por el deseo, la transferencia de la libido se da a aquello que se desea y como
tal esta desplazando los primeros deseos infantiles a nuestros padres,
hermanos, hermanas a otros objetos y sujetos, el psicoanálisis entiende la
transferencia como una resistencia a la terapia pero justamente al serlo
posibilita la misma, el psicoanalista se pone en el lugar de SSS del sujeto
supuesto a saber , lo que le da autoridad y el manejo del imago parental permitiendo trabajar con la transferencia,
claro que ese lugar del gran otro ahora está
erosionado por la misma teoría Lacaniana
que nos dice que ese gran otro es una fantasía que se debe atravesar,
más en Jung el otro es mucho más poderoso su lugar es un sí mismo, un lugar
divino que le permitió chamanes, sacerdotes, apóstoles, profetas, maestros,
lograr transferencias poderosísimas donde se hacen pulsiones insoportables que
luego son relajadas, este es el sujeto no supuesto sino activo del amor , al
que también hay que atravesar en dinámicas contra trasferenciales,
retransferenciales, sintransferenciales
para encontrar el ser.
https://www.aacademica.org/000-029/314.pdf
Transferencia del ki manipura
En la filosofía china,
el taoísmo y en la medicina china se llama qì (en chino
simplificado, 气; en chino
tradicional, 氣; pinyin, qì; literalmente,
‘vitalidad, disposición de ánimo’, pronunciado qì[tɕʰi˥˩] en mandarín estándar) a una cualidad intangible
de todo ser vivo. El concepto se define como "flujo de energía vital".
El término está extendido también en otros países de Extremo
Oriente como Corea, Japón y otros, siendo frecuente su
transcripción como chí o chi'i. El concepto chino
respecto a la qì o chí similar a conceptos
occidentales como energeia, magnetismo
animal, élan vital o energía vital (vitalismo), también es muy semejante al
concepto hindú del prāṇa aunque el prāṇa es considerado
principalmente una energía que desde el aire respirable se adquiere en la
respiración, mientras que el concepto chino del qì se entiende
también como la energía del macrocosmos (todo el universo), en
el microcosmos (el cuerpo humano y su
psique). Sin embargo en la tradiciónes de la India, como el Yoga y el Tantra,
tal energía ha sido entendida más como un factor místico (los cuerpos supra-racionales son
de hecho un continuum del qì o prāṇa) aunque tenga derivados en la
medicina ayurveda; en cambio en la MCT (Medicina
China Tradicional) el qì o la chí ha llegado
a ser entendida como la energía cósmica circulando de un modo polarizadamente
reciproco (yin/yang) en el cuerpo de todo ser viviente y
que la armoniosa y continua circulación de tal energía llamada qì (o, ch'i)
mantiene a la salud del cuerpo y de la psique mientras que una alteración del
circuito energético corporal (ya que la qì discurre principalmente por kin o
"canales" o "meridianos" naturalmente ordenados, teniendo
nodos o "puntos" clave llamados xue, que se evidencian
principalmente en la dermis).
De acuerdo a la medicina tradicional china, el qì es
una energía que fluye continuamente por la Naturaleza, y la interrupción de su
libre flujo en el cuerpo es la base de los trastornos físicos y psicológicos.1
Los practicantes de ciertas disciplinas afirman que el ser
humano puede controlar y utilizar esta energía, a través de diversas técnicas,
acrecentándola, acumulándola y distribuyéndola por todo el cuerpo o usarla en
forma concentrada, como en el Tàijíquán, el Daitō-ryū aiki-jutsu,
el Aikido y otras artes marciales. Otros afirman poder curar
cierto número de enfermedades y otros efectos liberando el libre flujo
del Qì por el cuerpo humano. Este es el caso de medicinas alternativas como
el magnetismo curativo, reiki, la acupuntura, la digitopuntura; y de algunas disciplinas como
el qìgōng.
La ciencia no admite el
concepto de qì como un fenómeno real desde el momento que no
resulta medible y sus efectos pueden ser explicados como sugestión. La
controversia en torno al qì está relacionada con la
explicación de su operatividad como resultado de la intervención del qì como
un fluido inmaterial (energía). Algunos maestros de qìgōng proclaman
que pueden detectar y manipular de forma directa el qì e
incluso operar con el mismo a distancia. Hay una corriente que incluye a
algunos maestros de qìgōng tradicionales, que considera que
el qì puede ser visto como un proceso biológico y su
efectividad puede ser explicada en términos familiares para la medicina
occidental. Sin embargo, ningún estudio ha demostrado la existencia de esta
energía.
Y es que Esta energía al igual que él libido es una energía
noúmenica, que quiere decir esto, que
está concebida, de hecho la energía
misma es una concepción, pero pasa a ser fenomenológica porque es medible
cuantificable, mientras que el noúmeno que también es operacional en ese sentido científico no puede ser
cuantificable, ni medible, así que se queda como un concepto análogo
metafórico, donde la transferencia, del ser en símismo al yo actúa por medio de la fe en la
concepción noúmenologica.
El qì 气 en la medicina china
tradicional[editar]
El qì 气 es un concepto básico de
la medicina tradicional china. En ella el qì 气 preserva
el fundamento material de la vida, se encarga de mover el flujo sanguíneo y de
mantener en armonía los órganos internos.
El Qì en la
espiritualidad[editar]
El Qì y
la respiración[editar]
Practicando
el qìgōng.
En la mayoría de los sistemas espirituales y terapéuticos
orientales se incluyen métodos de atención a la respiración o algunas técnicas
de respiración. La herramienta principal para el conocimiento del qì es
la respiración, una de las más reconocidas y difundidas prácticas de
respiración energética china es el qìgōng pronunciado correctamente en
español como chi kung. En japonés,
dada la tendencia polisémica de este idioma, ki se traduce a
veces como energía, presencia, voluntad, salud "mente"
o respiración. En el yoga hindú,
la palabra sánscrita prāṇa tiene el mismo
significado, queriendo decir energía, respiración, sabiduría.
En algunos contextos, la palabra japonesa ki se traduce
directamente por respiración. A través
de la meditación en la respiración o de técnicas de respiración, se afirma que
se puede desarrollar la energía natural de la persona y armonizar su
personalidad y metabolismo.
Algunos maestros de zen y budō afirman que la respiración es la
respiración del cosmos, ya que todos los elementos de la naturaleza son una
pieza del todo, y la realidad se expresa en procesos de opuestos que alternan (día/noche,
invierno/verano, movimiento/quietud...), lo que se conoce como Yīnyáng. En meditación, la respiración se
considera un vínculo entre el pensamiento, las emociones, el instinto y los
estados físicos, y, al igual que en la ciencia occidental, una expresión del
estado de ánimo.
Qì y tradición
espiritual[editar]
El concepto de qì viene a menudo de la mano de
doctrinas espirituales como el taoísmo y el budismo, y de prácticas espirituales como
el yoga y el Taichí.
En el entrenamiento Qigong médico, se entiende que uno necesita
entrar en un estado de no movimiento (wu wei). De este estado, uno puede
entonces entrar en un estado de calma. Del estado de calma uno entonces podrá
entrar en un estado de tranquilidad. Una vez en él, el cuerpo tendrá una
ocasión de reajustar cualquier desequilibrio. En el Qigong médico, un estado de
tranquilidad también proporciona una condición favorable para que la mente
ayude en el ajuste del balance energético del cuerpo y en la cura.
Cuando se entra en un estado profundo de tranquilidad, es
posible aunque raro que el Yuan Shen (Espíritu original) deje el cuerpo. No
sucede generalmente en la mayoría de los principiantes en el entrenamiento
médico de Qigong a menos que ese sea su objetivo. Casualmente, en el Qigong
Budista y Taoísta, el objetivo más alto del entrenamiento es trabajar con el
Yuan Shen como laboratorio. Un qi ligero (una vibración alta de qi no
restringida al plano físico) es el combustible, el medio, que asiste el Yuan
Shen a ir más allá de los límites del cuerpo físico. En el entrenamiento taoísta,
se desea purificar el cuerpo físico para no restringir el componente original
al mundo material y poder viajar a los planos más altos para aprender y para
desarrollarse.
Los individuos interesados solamente en la salud y la parte
curativa del Qigong 2 no necesitan tener conocimiento sobre
este asunto. En el Qigong médico, solamente la vitalidad, la manifestación o la
expresión de su energía vital es de preocupación.
https://www.youtube.com/watch?v=1JqHNpNxahQ
chi
Nosotros trabajamos el qi con los 4 elementos en la técnica
meta expresiva integrando las otras energías.
https://www.facebook.com/100063626560608/videos/535726911526070
4 elementos
https://www.facebook.com/100063626560608/videos/1473212959783014
4 elementos
En el anahatha trabajamos las transferencias noumenologicas
de la pacha.
https://www.youtube.com/watch?v=sXKqBZxxEUw&t=7334s
https://www.youtube.com/watch?v=ZltAz8K55Kg
En el Visshudha trabajamos las traferencias noumenologicas
del logos en lo dionisiaco y lo apolíneo.
Platón y Nietzsche
https://web.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/Nietzsche%20Friedrich%20-%20El%20nacimiento.pdf
https://www.filosofia.org/cla/pla/img/azf02257.pdf
En el Ajña trabajamos las transferencias del Dharma
file:///C:/Users/PC/Downloads/Los_Upanishads.pdf
file:///C:/Users/PC/Downloads/Espiritualidad%20hind%C3%BA.%20Sanatana%20dharma.pdf
Y en el Sahashara trabajamos la transferencia noumenologica del ser desde el cristianismo
Teniendo como base la metafísica de lo uno en Plotino pero
desde san Agustín en la retransferencia el reditus
Uno Dios← logos Cristo ←alma
Donde el hombre se arrepiente y se convierte a Dios
Y en la transferencia el exitus el acto de ser de Tomas de
Aquino
Donde Dios da el ser:
Dios que es el acto de ser qué, es el acto de amar →transfiere su ser
espiritual a la potencialidad material→ dándole a la criatura los transcendentales del
ser el bien, lo uno, lo bello, la verdad.
Más no nos quedamos en la santo Tomas porque reflexionamos
estos transcedentales y en lo uno encontramos el ser el no ser y la entidad
misma que es y no es en una sintraferencia constitutiva, lo que nos lleva a
toda nuestra reflexión dialéctica y a postular la dialéctica de lo real.
Siendo la transferencia un invertirse del amor para crear a las criaturas dándoles el acto de
ser y un redimir a las criaturas para convertirlas al amor.
Aquello que Wittgenstein no se atrevió a escribir pienso por un respeto místico y por
un entendimiento empírico del lenguaje nosotros lo escribimos comprendiendo que
el lenguaje es transferencial mítico noumenologico y que siempre estará concibiendo
ya que la experiencia del hombre siempre será espiritual transferencial, aquello que la sombra de Sócrates apunto, nosotros
intentamos encarnarlo, como lo encarno el, no hay definición en su sombra y en la
nuestra tampoco son un huevo de reflexiones de transferencias internas de
nuestro propio pensamiento que nos llevan a transferencias externas del bien de lo uno de lo bello de lo verdadero,
superando toda moral heterónoma como toda moral autónoma en el acto de ser en
sí mismo que es el acto de amar y que como tal está lleno de contradicciones más solo el amor santo
puede superarlas.
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