¿Qué es el noúmeno?
El noúmeno es una intuición espiritual.
Esta intuición generara un arquetipo en nuestro inconsciente,
entonces así como hay intuiciones
sensible conscientes, hay intuiciones inconscientes, ambas intuiciones son
espirituales, solo que la física está asociada a nuestros sentidos externos,
mientras que la metafísica a “sentidos
internos, dicho metafóricamente” y entre una y otra intuición hay una transferencia
originando la poesía, el lenguaje.
Kant nos dirá que el hombre no tiene la posibilidad de una
intuición metafísica, pero en su explicación sobre la libertad:
Queda claro que la libertad
es un noúmeno en el que tenemos que creer para actuar como seres morales, ¿Entonces
es una invención, una creación, una imaginación? Si es una fe y como tal es lo
real porque toda creación es una develación de lo que realmente hay en los
arquetipos y a lo que solo podemos acceder
metafóricamente.
El noúmeno se representa como un arquetipo, como un software que posibilita la
realidad y que no está en el espacio fenoménico
por esto solo se accede a él por fe. Al no
estar en el espacio fenoménico no se rige por el principio de causas sino que se
transfiere a nosotros.
Así como la intuición sensible da paso a un entendimiento y a
una razón, la intuición espiritual da paso a una creación logrando una certeza interior, una
fe.
Podemos abrir estos arquetipos con experiencias religiosas,
creativas, reflexivas transcendentales, o alteraciones donde todos nuestros
sistemas sufren catástrofes, no porque estas experiencias los causen si no
porque nos llevan a una crisis donde nos atrevemos a invocar, en estos arquetipos hay conocimiento, energía,
sentimientos en si modos del ser.
El más importante de estos arquetipos es el arquetipo en sí mismo,
que es Cristo para los cristianos, Buda
para los budistas, Mahoma para los islámicos, Krisna para los Hindús es decir que
el arquetipo interior se transfiere a una representación exterior a un fenómeno
pero luego este fenómeno tiene que ser capaz de un camino de redención hasta el
noúmeno.
Así tenemos un éxitus del noúmeno al fenómeno y un reditus
del fenómeno al noúmeno, para lograr una integración, esto es el paso del ser
al no ser para ser.
La base de toda nuestro noumenología y es que todo ese
movimiento es el movimiento de la transferencia espiritual y la transferencia
espiritual es la base de toda la realidad.
Nuestra conciencia no es fenoménica es noumenológica, espiritual,
aunque es ella la que posibilita toda la estructura fenoménica, siendo el espacio
y el tiempo y todo lo que hay estructuras del espíritu, como tal reales
materiales, estando condicionados por nuestra propia conciencia a este mundo
material, hasta que salimos de la caverna y comprendemos que podemos recrearlos,
por lo mismo aunque nuestro cuerpo está determinado por el mundo material, nuestra
Alma no, esta alma es arquetípica y lo único que la “condiciona” es el clamor
del Espíritu para que retorne a ella
misma, más el alma se puede negar y vivir eternamente en el infierno o aceptar
el llamado al reino divino donde todo está
por fin integrado.
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